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miércoles, 26 de febrero de 2014

Marcas retro: los 10 productos que más extrañamos


Golosinas, alimentos y bebidas que fueron furor en los 80. ¿Cuál es el producto que más extrañas?

Muchos de los que hoy tienen más de 30 años se pondrán melancólicos al leer estas líneas. Recordarán los años en que se calzaban la campera de corderoy, encendían el enorme walk man Sony amarillo, con un tema de Pat Benatar sonando, y salían a reventar la noche clavándose un licuado de banana en La Lecherísima del barrio. 

Las cosas han cambiado desde entonces: muchos de los alimentos que eran furor en los 80 y 90 –verdaderos íconos de consumo de una generación- terminaron desapareciendo de un día para el otro, con penas y gloria, destrozando el corazoncito de sus fanáticos. 

Por eso, en esta nota queremos recordar estos productos y apelar al clamor popular para que alegren otra vez nuestras vidas. Estos son los 10 alimentos que más extrañamos. Queremos que vuelvan. 

1. Fruti Fru
Quienes probaron esta golosina y todavía conservan sus piezas dentales son auténticos casos de estudio para la odontología. El Fruti Fru era un cuadrado que a duras penas entraba en la boca; había que masticarlo casi hasta el punto del calambre mandibular, pero su sabor valía el sacrificio. De un día para el otro, los gloriosos Fruti Fru desaparecieron de los quioscos argentinos. 

2. Mobur
Este sándwich de la extinta cadena Pumper Nic fue el fetiche alimenticio de una generación dispuesta a masacrarse el hígado y morir feliz. Dos panes y un huevo frito aplastado en el medio componían el preciado bocadillo y deleitaban a miles de fanáticos. Acompañado por unas Frenny´s (así se llamaban las papas fritas de Pumper), el Mobur era lo máximo. Algunos aún escuchan en sueños la voz de la cajera sonando en los micrófonos descascarados del restaurante del hipopótamo: “Mobur y Frenny´s para caja dos”. 

3. Teem
Y un día tembló la Sprite… fue cuando apareció en el mercado la Teem, una gaseosa lima limón que entró en los hogares argentinos y cautivó a los adolescentes. Todavía hoy algunos treintañeros –que más bien pisotean los cuarenta- la piden en los bares y son traicionados por sus recuerdos, ante la mirada absorta del mozo: “Traéme una Teem… digo una Sprite”. 

4. Mendinet
Los quesos crema de hoy no tienen nada que hacer si se los compara con el famoso Mendinet, cuyos grumos blancos (eran casi pelotitas de ping pong) quedaron grabados en el paladar de muchos. Inclusive hay quienes insisten en batir el Mendicrim o el Casancrem para que se parezcan, aunque sea un poco, al grumoso recuerdo del Mendinet.

5. Caramelos Punch
Eran ladrillitos dulces de distintos colores de sabor indefinido. Los favoritos solían ser los multicolor que algunos catalogaban como "tutti frutti". Había que pedir de a varios paquetes porque uno se los devoraba en bloque. El producto fue discontinuado durante muchos años y luego reapareció. Hoy no queda claro si siguen existiendo, o no.

6. Tubby 3 y Tubby 4
“Vamos subidos a los bolsillos de una ciudad soleada: Tubby 3 y Tubby 4…”, decía el spot televisivo de esta golosina (lanzado en 1984), que es sin dudas la más ochentosa del listado. Una oblea bañada en maní y caramelo y otra bañada en chocolate componían las maravillosa dupla. Nadie supo que fue de ella. Se dice que algunos coleccionistas mandaron a embalsamar varios Tubby 3 para mantener vivo el recuerdo. 

7. Sandy de dulce de leche
Con el cierre de Gándara desapareció este postrecito, que vivió su pico de esplendor en los ´80. Fue uno de los primeros que supo reproducir fielmente el sabor del dulce de leche en un postre cremoso. Pero a no desesperar. Este año la marca fue comprada por inversores chinos así que existen altas posibilidades de que regrese. 

8. Alfajor Suchard
Es el alfajor más añorado por toda una generación. Fue el primero en introducir mousse de chocolate entre sus dos galletas. Venía envuelto en un papel dorado, marrón y naranja. Tan hondo caló el Suchard en la gente que se crearon más de 30 grupos en Facebook para pedir que vuelva. Por ahora, los reclamos son sólo un grito perdido en la web.

9. Mountain Dew
Al igual que la Teem, esta bebida también tuvo sus seguidores en la Argentina. En verdad nadie sabía de qué estaba hecha (demasiado dulce para ser una tónica), pero la Mountain Dew realmente era muy rica. En Estados Unidos se sigue vendiendo, pero aquí duró menos que Abel Alves como DT de Boca. 

10. Bauty
“Bauty es… coco, chocolate, chocolate y coco”, cantaba el finge de su pegadiza publicidad televisiva. Un clásico del quiosco que duró poco y pide una segunda chance. En alguna época apareció la golosina Prestigio que era similar, pero nada que ver con aquel mix dulce y equilibrado del Bauty ¿Volverá? 


¿Y vos? ¿Cuál es el producto que más extrañas? 

http://www.planetajoy.com.ar/?Marcas_retro%3A_los_10_productos_que_mas_extranamos&page=ampliada&id=1509

Por José Barki

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Engorda el chocolate?


La mayoría de nosotros siente una debilidad especial por el chocolate… ¿y quién no? Aún así,  muchas veces nos preocupamos porque “el chocolate engorda, además de otras muchas cosas”, y es lo primero que tachamos en nuestra lista cuando queremos adelgazar. Pero, ¿realmente engorda el chocolate?


El chocolate, ¿de qué se compone?
El chocolate se obtiene de la mezcla de la pasta de cacao (materia sólida) y la manteca de cacao (materia grasa), ambas provenientes de las semillas del cacao, y del azúcar. A partir de estos productos, utilizados en mayor o menor medida, e incorporando otros como pueden ser la leche, frutos secos o frutas naturales, se elaboran los diferentes tipos de chocolate.

El chocolate puede presentarse y tomarse de varias formas: en tableta, en polvo, como bebida, caliente, derretido, como cobertura de otros alimentos, en mousse, como base de postres y pasteles, etc. En todas sus formas, siempre aparece irresistible ante nuestros ojos, y resulta delicioso a nuestro paladar.


propiedades del chocolate
El chocolate contiene feniletilamina, que actúa sobre el cerebro provocando un estado de euforia y bienestar emocional. Por ello, mucha gente dice encontrarse mejor cuando ingiere chocolate, y es conocido como un antidepresivo. Además, como consecuencia de contener también alcaloides, que excitan nuestro sistema nervioso, nos encontramos más activos y despiertos.

El chocolate es rico en propiedades antioxidantes, por lo que actúa beneficiosamente en la sensibilidad a la insulina y en la presión sanguínea, y protegiendo al corazón, siendo así excelente para aquellas personas que presentan problemas o enfermedades cardiovasculares, y para aquellas que necesitan fortalecer su sistema inmunológico.


¿engorda el chocolate realmente?
Siempre se ha dicho, y es una creencia muy extendida, que el chocolate engorda. Es cierto que, al tener niveles de azúcar bastante elevados normalmente, el chocolate es uno de los alimentos con más calorías, y esto produce, si lo ingerimos de forma inapropiada, un aumento de peso. Pero nada más lejos que otros alimentos ricos también en azúcares y grasas. Si abusamos de este tipo de alimentos, y no sabemos cómo tomarlos, lo lógico es que las calorías afecten de forma negativa a nuestro organismo, proporcionándonos kilos de más.

El chocolate, consumido en su estado puro y con moderación, no engorda. Podemos incluirlo, especialmente el chocolate negro, en nuestra dieta, siempre que no abusemos de él, alternándolo con otros alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y cereales, de forma que se cree una compensación entre todos. Además, es aconsejable no comerlo en solitario, sino acompañado por los alimentos citados, ya que de esta forma la fibra obstaculiza la absorción del azúcar. Es preferible comerlo durante la mañana o al medio día, para que a nuestro cuerpo le dé tiempo durante el día a quemar la energía que aporta.



El mejor chocolate, para que sea beneficioso para nuestra salud, debe contener, al menos, un 70% de cacao. Por eso, a la hora de comprar, debemos tener esto en cuenta, ya que si no, quizás estemos consumiendo chocolates con otros productos que no aportan beneficios saludables a nuestro cuerpo.

Y ahora que ya sabes que el chocolate no engorda, siempre y cuando controlemos su consumo, tómate una taza de chocolate caliente, o un rico bombón, y ¡date este pequeño placer!

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sublime, Butterfield y las golosinas de la nostalgia

"Mi primer trabajo, trabajaba en una empresa de pieles con este viejo profesional escritor publicitario, un griego llamado Teddy. Él me contó que la idea más importante en publicidad es 'nuevo'. Crea un deseo: solo pones el producto allí, como un tipo de loción de calamina. Pero también habló de un lazo más profundo con el producto. Nostalgia. Es delicado, pero potente."
 
"Teddy me lo dijo en griego. Nostalgia literalmente significa el dolor de una vieja herida. Es una punzada en el corazón más poderosa que el mismo recuerdo." Luego de esta introducción, el ficticio publicista Don Draper (Mad Men) le demuestra a los gerentes de Kodak que que la rueda de diapositivas no era una nave espacial, sino una máquina del tiempo, que nos lleva al pasado y al presente, a un lugar donde ansiamos volver. No se llama la Rueda, se llama el Carrusel de diapositivas. En otras palabras, hizo que el producto aburrido y sin brillo significara y respirara nostalgia.

Butterfield

Hace aproximadamente un año (
leer post sobre el tema), la empresa Kraft, que había comprado Nabisco y este a su vez había comprado Field, decidió desempolvar aquella última y utilizarla por todo lo alto en su línea de golosinas. Sabía que Field no era una marca que comunicaba algo nuevo -estamos acostumbrados a que las golosinas se reinventen a cada rato-, pero como decía "Teddy", la nostalgia bien utilizada es delicada, pero potente.
 
Hace unas semanas Kraft eligió desenterrar una de sus golosinas más entrañables: el Butterfield. Y para eso, decidieron aplicar una de las leyes básicas en la comunicación digital: interactividad 2.0. ¿Cómo lo hicieron? Planteando el reto a sus fans en Facebook de conseguir 35 mil likes a la foto donde aparece el producto triunfante y aclamado como una estrella deportiva.

En otras palabras, no solamente se trata de buscar que las personas respondan, compartan o publiquen estados y mensajes en las redes sociales con un fin monetario (sorteos, premios) o con un fin gaseoso (complete la frase, "like si tu también piensas que..."). La mejor interactividad en las redes sociales es la que invita a que las personas forman parte de ella, no solo por un sentimiento de pertenencia y participación, sino también porque se sienten parte de un objetivo común. Es como trasladar los conceptos de sociedad, comunidad e identidad que utilizan las naciones con sus ciudadanos, al universo online. Recordemos que las redes sociales existen desde hace miles de años y lo único que ha pasado en el último decenio es que han cambiado de plataforma.

Evidentemente el regreso de Butterfield ya estaba programado con o sin los likes, pero hay una gran diferencia entre decirle a tu público objetivo que "la empresa decidió volver a comercializar el Butterfield" y que tus propios fieles consumidores digan frases como estas:
 
Estoy seguro que Kraft seguirá husmeando entre las marcas que heredó de Field y mantendrá en vilo a nuestra siempre agradecida nostalgia, esa que encuentra en cada golosina antigua un pedazo de un pasado que siempre lo recordamos como mejor.

Sublime

Ya lo vimos con el carrusel de diapositivas Kodak y el wafer Butterfield: el poder que tiene la nostalgia para hacer de un mismo producto, con las mismas características, en todo un fenómeno en el cerebro límbico de los consumidores, tan solo inyectándole una buena dosis de nostalgia. Dicho esto, pensemos en cómo un cambio del higiénico y seguro empaque aluminizado al antiguo y desfasado papel manteca está haciendo que consumamos (y pagáramos más) por el mismo chocolate Sublime.

"Recordar es ser feliz" es el eslogan del chocolate Sublime que hoy en día es vendido cinco veces por cada segundo, que tiene 47% de participación de mercado y que, luego del relanzamiento del empaque clásico,
la empresa espera vender 10% más. Tal como lo lee, un empaque que visto por los ojos de un extranjero es puede ser visto como anticuado e insípido, pero que tiene una carga emocional enorme. En su ADN está grabado nuestro pasado. Es ilógico, es irracional, ¿pero por qué lo hacemos? Porque somos sujetos, no objetos.
 
La estrategia del regreso del Sublime clásico también fue llevado inicialmente por las redes sociales, y de una manera muy inteligente. He aquí otra ley básica de la comunicación digital: sentimiento de exclusividad en las comunidades digitales. ¿Cómo lo hicieron? No solamente era importante comunicar en el fanpage de Sublime que el empaque clásico es una edición limitada (crea sentimiento de urgencia en la compra) sino que quien pertenecía a la comunidad digital Sublime podía obtener un cupón para canjear antes que todos los demás su lata 'edición de aniversario' a menor precio y que contenía, cual joya preciada, una docena de Sublimes en su empaque clásico.

"Antes que nadie" en Facebook es sinónimo de subir la foto de tu lata con Sublimes y compartirlo orgullosamente por toda la red social. Fue algo que hice personal e intencionalmente con efectos muy interesantes: amigos que me preguntaban dónde lo conseguí, personas totalmente desconocidas que me escribían pidiéndome cómo la conseguí y toda una serie de comportamientos más parecidos al descubrimiento por Indiana Jones del Santo Grial que por el lanzamiento de un empaque cargado de nostalgia. Esto generó tanta expectativa que el éxito de la campaña solo era cuestión de tiempo.
Adicionalmente, Sublime está difundiendo dos spots cargados de referencias ochenteras. Una en la que dos amigos juegan con una consola antigua y otra donde un grupo de chicas se divierte conversando y escuchando música en cassete. Ambos spots son muy buenos, aunque a veces muy sobreactuado y con alguno que otro exceso de referencia ochentera que pudo haberse solucionado realizando más versiones o situaciones, y así hacerlo más creíble.

Los sentimientos son poderosos en el comportamiento de los consumidores. Definen en gran medida nuestras decsiones y en algunos casos condicionan nuestra racionalidad. La nostalgia es una de las más fuertes, en tanto se relaciona a un pasado mejor, a nuestra niñez e inocencia, hacia algo que no es posible de recuperar, salvo que empresas como Field y D'onofrio decidan lo contrario.



Fuente:
["Anuncias, luego existes" se publica todos los lunes.]
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@alexanderchw