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jueves, 20 de marzo de 2014

Valores morales y cristianos


Todos los valores sobre los que hemos venido hablando han sido elevados y transformados
por Jesucristo. Con la llegada de Cristo los valores humanos se insertan,
elevándose y transformándose, en el orden de la redención. El cristianismo no suprime
ni menosprecia los valores humanos, sino que les da una nueva orientación, un nuevo
espíritu, una nueva inspiración. Surgen así los valores cristianos que Cristo nos dejó
consignados en su mensaje evangélico. 

Quizás su mejor resumen sean las bienaventuranzas
que nos presentan una radiografía de lo que debería ser el corazón del hombre
evangélico: la pobreza de espíritu, la mansedumbre, la misericordia, la pureza de corazón,
la búsqueda de la paz y de la justicia, la paciencia de frente a la persecución.

Junto a las bienaventuranzas, los Evangelios subrayan también la importancia de
algunas actitudes que Cristo exige de sus discípulos: la fe, la confianza absoluta en la
Providencia, la humildad, la sencillez, la capacidad de llevar la propia cruz, la abnegación,
el perdón de los enemigos y, sobre todo, el amor mutuo que es el distintivo que caracterizará
a quienes quieran seguirle y que Jesús propone en forma de un «mandamiento
nuevo» que sustituye a la multiplicidad de mandamientos de la antigua ley (Jn 13,
34).

La venida de Cristo al mundo ha operado en él la mayor revolución que jamás se
haya podido pensar: revolución pacífica del Evangelio que cambia al hombre desde dentro,
purificándolo del pecado y abriendo su alma a la acción transformante del amor y de
la gracia. Cristo no solamente ha sanado al hombre de la herida del pecado original, sino
que ha elevado todo lo humano a un nivel superior. Por eso podemos decir con verdad,
siguiendo la gran tradición cristiana, que la gracia no suprime, sino que perfecciona y
lleva a su plenitud a la naturaleza.

Creo que el mejor modo de considerar los valores cristianos es verlos reflejados en
la persona misma de Jesucristo. La contemplación de su personalidad es fuente de perennes
gracias para nuestra vida. El Evangelio nos presenta a Cristo en un acto de continua
donación de sí mismo al Padre y a los hombres. Jesucristo vive en perenne actitud
de servicio (Mt 20, 28). Lo que le preocupa por encima de todo es realizar siempre el
querer supremo del Padre (Jn 4, 34), agradarle en todo (Jn 8, 29). Y por ello no le perturba
ni inquieta la opinión de los hombres (Mt 22, 15).

Pero el hecho de vivir siempre pendiente de las cosas del Padre (Lc 2, 49) no le impide
apreciar en todo su valor las realidades creadas: la belleza de los pajarillos del cielo,
las flores de los campos (Mt 6, 26-28), la majestuosidad de los montes solitarios
adonde se dirige para orar (Mc 1, 35; 9. 2), la soledad del desierto donde fue tentado. Es
también sumamente sensible ante las realidades que tocan la vida de los hombres. Quiere
participar del gozo de los esposos, santificando el matrimonio, con su presencia en las
bodas de Caná. Aprecia la amistad que le ofrecen Lázaro y sus hermanas (Lc 10, 38). Se
conmueve ante el dolor de la viuda que ha perdido a su hijo (Lc 7, 13), o ante el abandono
del hombre que ha caído en manos de ladrones y a quien nadie ayuda (Lc 10, 25-37).

Observa la desesperación del paralítico que no tiene a nadie que lo lleve al agua de la
piscina de Betesda para ser curado (Jn 5, 6). Le llena de admiración la fe de la madre
cananea que desea ardientemente la curación de su hija (Mt 15, 28). Le duele la desorientación
de las multitudes que caminan como ovejas sin pastor (Mt 9, 36). Se compadece
de la vergüenza de la mujer sorprendida en flagrante adulterio (Jn 8, 1-11). Le llena
de gozo el alma el deseo de conversión y de renovación interior de Zaqueo (Lc 19, 1-

10). Jesucristo es un apasionado del hombre. Le interesa lo humano porque ha venido a
rescatar al hombre del pecado y mostrarle el camino seguro de su salvación.
Cristo sabe que no todos los valores son iguales y por ello no teme en exigir la renuncia
a algunos de ellos para alcanzar otros superiores. Aprecia el valor de las riquezas,
pero sabe que la verdadera riqueza es Dios y por ello pide a sus discípulos la pobreza
de corazón. Tiene en mucho el valor del matrimonio, pero sabe que Dios puede llamar
a algunos hombres a vivir exclusivamente para el Reino de los cielos y a ellos les
propone el carisma de la consagración virginal. Estima en mucho el valor del cuerpo,
pero al mismo tiempo asigna al alma un mayor valor: «No tengáis miedo a los que matan
el cuerpo y no pueden matar el alma. Temed más bien a quien puede echar el alma y
el cuerpo en la gehenna» (Mt 10, 28). 

Surgen así las paradojas evangélicas del morir
para vivir (Jn 12, 24), de servir para reinar (Mt 20, 27-28), de humillarse para ser el mayor
en el Reino de los cielos (Mt 18, 4). Son paradojas que se esclarecen al considerarlas
a la luz de los valores supremos: morir a sí para vivir en Dios; servir a los hombres para
reinar en el cielo; humillarse en la tierra para ser grande a los ojos de Dios. 

Jesucristo sabe que si exige la renuncia a bienes transitorios es para poder obtener los eternos.

Él es el hombre perfecto y nos revela el ideal de la perfección humana. Cuando Pilato,
después de haberlo mandado azotar, pronuncia ante la multitud las palabras: Ecce
homo!, no sabía que en realidad estaba presentando ante la historia el hombre perfecto,
aquél que, como ningún otro, encontró el sentido más profundo de su existencia en la
entrega oblativa de su vida al Padre por amor a la humanidad, y en quien todos los valores
hallan su plenitud y su consumación. Él es el hombre maduro que lucha por alcanzar
su ideal, movido por una conciencia totalmente lúcida del porqué de su existencia. Esta
percepción tan honda y tan clara del sentido de su vida hizo que viviera en todo instante
en clave de misión. Sabía que había venido a este mundo para realizar la redención y no
perdió nunca el sentido de lo esencial. Por ello, cuando dio cumplimiento en la cruz a la
obra para la que el Padre lo había enviado, a pesar de que los hombres lo consideraban
como un fracaso o un iluso, Cristo se sabe triunfador porque ha cumplido a la perfección
su misión, ha vivido con total plenitud el sentido de su existencia.

Esta continua tensión que se percibe en su vida en orden al cumplimiento de su misión,
nos presenta a Jesucristo como alguien que no toma la vida a medias, sino que se
compromete a fondo. Pasó su vida haciendo el bien (Hch 10, 38) y sirviendo a la verdad
(Jn 18, 37), amando al Padre y a los hombres. Él es el hombre por antonomasia en quien
todos los valores alcanzan su cima. Basta contemplar la profundidad y clarividencia de
su inteligencia, la reciedumbre y fuerza de su carácter, el equilibrio perfecto de su vida
pasional, emotiva y afectiva. Él es el hombre de principios, coherente con los mismos,
fiel a su palabra, amigo de sus amigos y enemigos, hombre de una sola pieza. Él sabe
resistir las dificultades inherentes a la vida humana: no se desespera ante el fracaso, ni
se abate ante el sufrimiento; sabe dar sentido al dolor, sobreponerse a la angustia, no se
arredra ante la incomprensión, no se deja vencer por la fatiga. Nació por amor, vivió
amando y murió sin dejar de amar: «habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin»
(Jn 13, 1). No tenemos otro modelo mejor ni más perfecto que el de Jesucristo para dar
sentido pleno a la vida, para llenarla de valores, para vivirla en plenitud.


http://www.es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=549&capitulo=6970

jueves, 13 de marzo de 2014

Envían Biblias en globos para cristianos perseguidos de Corea del Norte.


El pastor estadounidense Eric Foley y su esposa, se ubican cerca a la frontera de Corea del Norte paraenviar Biblias a los cristianos clandestinos del vecino país comunista.

Los globos son hechos de "plástico de granja" y se llenan de hidrógeno antes que las Biblias y tratados sean enviados.
 

Se utilizan contadores de tiempo para liberar el gas en etapas, así cuando se encuentran en Corea del Norte van descendiendo lentamente. Foley y los miembros de su grupo de la Misión Cristiana, Seúl EE.UU., utilizan la tecnología GPS para ayudar a ubicar donde  aterrizan las Biblias. Alrededor de 50.000 de ellos han caído de los cielos en el último año. 
 

"Me emociono, cada vez que veo despegar los globos", dijo Foley a Fox News.
Son los creyentes más perseguidos en la tierra”, dijo Foley, refiriéndose a los cristianos de Corea del Norte estimada en 100.000 cristianos. 


Se cree que 30.000 de los cuales están encerrados en campos de concentración, donde están sobrecargados de trabajo, pasando hambre, torturados e incluso asesinados. Otro grupo de activistas, como Open Doors USA, estiman que esa cifra sea aún mayor, informando que la nación tiene unos400.000 cristianos clandestinos.
 

En Corea del norte, la práctica del cristianismo es ilegal. Poseer una Biblia es un crimen, y cualquier persona atrapada con uno es enviado – junto con tres generaciones de su familia – a la cárcel. Foley dice que a pesar de los riesgos, la demanda de Biblias es fuerte dentro de Corea del Norte. Su grupo se enfoca en zonas rurales donde las Biblias pueden ser recogidas discretamente, dijo. Foley, ya tiene 40 años, su esposa es una surcoreana que emigró a los EE.UU. en 1984. 

Fundó Seúl EE.UU. en 2003, los dos junto a otros miembros del grupo, lanzaron su primer globo con Biblias desde Corea del Sur en 2006. Además de suministrar material cristiano  por el aire, el grupo de Foley produce programas de radio de onda corta con los desertores norcoreanos que leen la Biblia

"Cada vez que llenamos uno de estos globos con Biblias, lo sostenemos y oramos juntos en inglés y coreano", dijo Foley. "Oramos en voz alta y siempre con lágrimas."



jueves, 20 de febrero de 2014

ALICE COOPER, DE ROCKERO SATÁNICO A CRISTIANO COMPROMETIDO


 EE.UU.-(AGENCIALAVOZ) Alice Cooper, la estrella del rock maldita, ha abandonado el mundo de lo satánico y ha vuelto al mundo de Cristo. Su verdadero nombre es Vincent Damon Furnier, pero tomó el artístico de Alice Cooper porque ésta era una bruja y una hechicera de las que fueron matadas en Salem, Estados Unidos, a finales del siglo XVII a manos de unos de unos protestantes radicales.

Alice ha sido durante años uno de los más exitosos y aclamados músicos del Heavy Metal. Sus conciertos eran macabros, con guillotinas que mataban maniquíes, muñecas empaladas y, por supuesto, la serpiente pitón que solía llevar sobre su cuello. Con su maquillaje agresivo, Cooper inspiró a otros artistas como los del grupo Kiss o a Marilyn Manson.

El cristianismo no es cuestión de reglas Alice, que actualmente tiene 65 años, ha ofrecido varias entrevistas a la prensa estadounidense explicando su cambio radical de vida. En una de ellas, al Cherokee Tribune, confirmaba la noticia y explicaba: “Sí, es cierto, soy un cristiano vuelto a nacer. Porque cada uno de los que creen en Cristo vive una vida nueva, tiene una percepción diferente de la propia existencia –explica el cantante. No es como en la Cienciología, en donde todo se basa en tus fuerzas, en tus capacidades, en tu esfuerzo por mejorarte. El cristianismo, en cambio, es una relación personal con Cristo: no es una cuestión de reglas o de técnicas…” También le preguntaron cómo compaginar su nueva vida con la de artista, a lo que respondió que “en la Biblia no está escrito en ninguna parte que una estrella del rock no pueda ser cristiana. El pastor, cuenta el propio Cooper, le lanzó “un sermón incendiario sobre el infierno“, que llegó a tal grado que el músico se le fueron las ganas de ir allí y seguir mofándose de lo sagrado. En otra entrevista, Alice Cooper lo confirma con rotundidad: “Yo quiero decir: ¿tengan cuidado! Satanás no es un mito; no vayan por ahí creyendo que Satán es una broma”.
 El que antes era un modelo para algunos cantantes, ahora ha sabido encontrar su sitio: “No quiero convertirme en una celebridad cristiana”, ha asegurado en la revista musical Hard Music Magazine, porque “es muy fácil concentrarse en Alice Cooper y no en Cristo. Yo soy un cantante de rock. No soy nada más que eso. No soy un filósofo. Me considero muy abajo en la escala de cristianos conocedores. Así que no busques respuestas en mí”.
Alaben a Dios por lo que soy ahora 

Ser cristiano es algo en lo que vas progresando, es una dinámica en movimiento. Uno va aprendiendo. Uno va a su estudio bíblico. Uno debe rezar. Yo era una cosa antes. Ahora soy algo completamente nuevo. No juzguen a Alice por lo que solía ser. Alaben a Dios por lo que soy ahora”, .

Fuente:Unidos Contra La Apostasia. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

EL CRISTIANISMO EN ÁFRICA (estudio)

0. Presentación

África es un continente que ha sido, desgraciadamente, presentado como sinónimo de hambre, guerras fratricidas, salvajismo, Sida o paisajes exóticos con una multitud de animales y de árboles sin especificar; la famosa África del tam-tam y del baile graciosamente frenético: esta África que suele presentarnos los medios de comunicación europeos es, en definitiva, una África pre-conocida.

Hablamos de un continente de unos 30 millones de km2 -casi 61 veces mayor que España, más de 800 millones de habitantes, dos mil culturas, más de mil lenguas y más de 50 Estados "soberanos". Visto así, es inevitable afirmar que África es tan grande y tan distinta que pretender conocerla no basta un par de fotos y unos cuantos reportajes.

1. Tres grandes bloques religiosos en África

El mapa religioso de África es bastante amplio y diferenciado. Podemos decir que existen tres grandes bloques de religión:

1) religiones tradicionales (28,4% de la población) que se fundamentan en la influencia de las tradiciones y creencias de los antepasados sobre las que se articula la vida entera. En efecto, los antepasados garantizan la cohesión y la vitalidad del clan. Sus espíritus ofrecen el beneplácito, la protección y la fuerza vital. Gran parte de las prácticas religiosas consiste en adivinar y conocer la voluntad de estos espíritus en relación con los humanos.

2) islam (40,3% de la populación): los musulmanes son el grupo religioso más numeroso de África. El islam está sólidamente consolidado en el África septentrional y en la mayoría de los países del Sahel. A excepción de unos pocos países como Nigeria, Argelia, Egipto o Sudán, en el resto del continente conviven pacíficamente cristianismo e islam.

3) cristianos (católicos: 14,7 %; coptos y protestantes: 16,6%): desde el s. II al s. IV la vida cristiana en las regiones septentrionales de África fue intensa. De sus restos sobresalen santos, confesores, vírgenes, y sobre todo los cristianos coptos que son miembros de una iglesia que perdura en el suelo africano de Etiopía y Eritrea desde los primeros siglos del cristianismo.


2. Breve historia de la Iglesia Católica en África

La introducción del cristianismo en África hunde sus raíces en las iglesias que florecieron en África del Norte y ofrecieron al mundo, entre los siglos II y V, pensadores como Tertuliano, Cipriano, Agustín, Lactancio y Papas de origen africano como Víctor I en 189, Melquíades en 311 y Gelasio I en 492. Desgraciadamente, las invasiones de los vándalos y las grandes disputas teológicas contra gnósticos, marcionistas y maniqueos perturbaron fuertemente a esta vigorosa iglesia africana del s. IV que desapareció dejando sólo huellas.

A excepción de Etiopía donde la Iglesia cuenta con una tradición de más de quince siglos, podemos decir que el cristianismo se ha introducido recientemente en África, y que la edad media de las iglesias africanas es de unos cien años.

Todo empieza cuando en 1795 Inglaterra pone su pie en el Cabo de Buena Esperanza, inaugurando así la época colonial. Por estas fechas surgen congregaciones religiosas que se dedican a la evangelización. Crónicas escritas al filo de los mil y un acontecimientos del trabajo de los misioneros, redactadas con el sudor todavía caliente y pegajoso de las arriesgadas expediciones de éstos tras los caminos abiertos por los exploradores nos informan de su encuentro con culturas, lenguas y hombres hasta entonces para ellos desconocidos. El impacto de estas crónicas en la opinión pública del siglo XIX fue espectacular, estremecedor, sentido, estimulante, alertador de impulsos y generosidades occidentales. Pero la fundación de la mayoría de las iglesias africanas tuvo lugar durante el período colonial (1880-1960). El 29 de octubre de 1939 Pío XII consagró, en Roma, a los dos primeros obispos africanos de la edad contemporánea -las fuentes fidedignas cuentas que en 1518 hubo un obispo africano nativo: Enrique, hijo del rey Alfonso I del Congo que logró crear un reino cristiano durante unos cuantos más-.

De todas formas, había que esperar los años sesenta para, desde la perspectiva misional, hablar del decenio de África. Mientras que en 1950 todo el continente se hallaba prácticamente bajo dominación colonial europea, a finales de 1960 dos tercios de la población africana se encuadraban en naciones "soberanas". Frente a sólo dos obispos de origen africano en 1950, a comienzos de 1960 había ya 22 y en el consistorio del 28 de marzo de 1960, Juan XXIII creaba al primer cardenal de África.

El desarrollo misional no sólo evolucionó al mismo tiempo que el sociopolítico sino que, a su modo, contribuyó a su preparación y promoción. Sin embargo, no todos los Estados tributaron el debido reconocimiento al leal comportamiento de la iglesia, a su ayuda en los conflictivos años de la transición del dominio colonial a la independencia política. A título de ejemplo, recordemos que en el año 1964 fueron expulsados de las provincias meridionales del Sudán todos los misioneros europeos con el pretexto de no haber querido ayudar a la africanización de la iglesia. En 1967, sacerdotes y religiosos fueron expulsados de Guinea Bissau. Más tarde la situación se repitió en Burundi, Gabón, Uganda, Zimbabue y Sudáfrica.

A parte de estos tristes encuentros entre la Iglesia y el Estado, hay tres acontecimientos inolvidables para la iglesia africana:

a) la canonización, el 18 de octubre de 1964, de 22 mártires de Uganda, beatificados por el Papa Benedicto XV el 6 de junio de 1920. Hallaron muerte en los años 1885-1887, junto con otros 80 católicos, anglicanos y protestantes, en el curso de una persecución contra los cristianos en Uganda. Con su canonización, fueron los primeros bantúes incluidos en las páginas del santoral de la iglesia católica.

b) el mensaje que el 31 de octubre de 1967, el Papa Pablo VI dirigió a toda África, analizando sus problemas de entonces y poniendo de relieve los valores de las culturas africanas.

c) el viaje de Pablo VI a Uganda, del 31 de julio al 2 de agosto de 1969. Así, el Santo Padre pudo presidir personalmente la sesión de clausura del primer simposio episcopal panafricano, celebrado del 28 al 31 de julio de 1969 en Gaba, cerca de Kampala.


3. Mirada crítica a la evangelización de África

La reciente evangelización de África tuvo lugar en momentos peores desde el punto de vista de teología (tiempo del Papa León XIII). El misionero que desembarcaba en África iba armado de una buena voluntad mal iluminada por una deficiente soteriología. Absolutamente convencido de que fuera de la Iglesia no hay salvación, el misionero consideraba el bautismo como el rito salvador que libraba de un estado de condenación segura e introducía al recién "convertido" en un estado de virtual salvación. Desde el principio, este misionero tuvo una doble desventaja heredada de la sociedad y de la iglesia a las que pertenecía como hijo. En efecto, la sociedad suya era la misma que se lanzaba alegremente a la aventura colonial. Quisiéra o no, el misionero, por el hecho de aparecer generalmente al lado del militar o del mercader blanco, falseaba en parte -sin saberlo ni quererlo- el sentido mismo de su presencia y de su mensaje. Quizás no tenía más opción que adoptar términos que tendían a subrayar esa complicidad tácita (cfr. misiones, puestos, sucursales). No obstante, Dios escribe derecho con líneas torcidas: los compromisos con los colonizadores, los prejuicios y los simplismos teológicos no impidieron que los misioneros pusieran los cimientos de lo que hoy constituye la iglesia de Cristo en África.

África ha tenido la suerte de que su definitiva evangelización tuviera lugar en el siglo XIX y se afianzara en el XX cuando ya todos los misioneros comenzaban a tener muy claro que la suerte del futuro de la Iglesia africana dependía de los sacerdotes nativos de que se dotara. Eran partidarias del clero nativo las grandes personalidades que acometieron la evangelización del continente africano -Libermann, Lavigeri, Comboni, Javouhey-. La madre Javouhey no paró hasta conseguir que en el año 1840 recibieran la ordenación sacerdotal tres jóvenes senegaleses. Su gesto fue profético, porque a partir de entonces la formación sacerdotal de los nativos se convirtió en una prioridad para los misioneros. Pero eso no impedía actitudes segregacionistas de los sacerdotes blancos hacía los sacerdotes negros. En los años 1930, una de las consultas a sus superiores era la siguiente: “¿Cómo un sacerdote blanco puede comer en la misma mesa que un sacerdote negro? ¿Cómo un sacerdote negro puede dormir en la misma residencia que un sacerdote blanco?” (cfr. los diarios consultados por Dominique Habiyakare en la redacción de su tesis doctoral). De todas formas me consta que en los años noventa, en el centro de Madrid, un sacerdote blanco nunca recibía la comunión de las manos de un sacerdote negro. Y creo haber leído (en 2001) una carta firmada por religiosos negroafricanos denunciando los comportamientos racistas y colonialistas de sus hermanos blancos en Camerún. De modo que el camino de la evangelización sigue teniendo muchas encrucijadas.


4. La teología africana

Los teólogos africanos están convencidos de que el cristianismo tal como se vive en África necesita encontrar un lenguaje propio, de que es preciso hablar de Cristo respetando todas las riquezas de la cultura africana y denunciando las múltiples formas de opresión y esclavitud, tanto en el plano económico y político como en el cultural.

Hay cuatro grandes temas relacionados entre sí, aunque separados, que están en la base de las grandes corrientes teológicas africanas:

a) la cultura como base del pensamiento africano. La teología propiamente africana arranca de la crítica a la llamada teología misionera de los finales del S. XIX. Proclama la necesaria adaptación del evangelio a los elementos de la cultura africana y a su visión propia del mundo, una teología atenta a la vida de las comunidades cristianas y respetuosa de las tradiciones africanas, de sus lenguas y de su filosofía. Así floreció, desde 1978 sobre todo, la llamada teología de la inculturación que es la mayoritaria en África (teólogos como Placide Tempels, Vincent Mulago, Barthelemy Adoukonou, Patrick Kalilombe, Gwuriyai Mozorerwaa, Kwesi Dickson, F. Eboussi Boulaga). Tiene como trasfondo y origen el esfuerzo de los primeros misioneros por interpretar el mensaje cristiano a través de conceptos africanos.

b) el color de la piel como la base de la teología africana negra: (teólogos como Desmond Tutu, Basil Moore, Steve Biko, Manas Buthelezi, Simon Maimela, Takatse Mofokeng) esta teología es el resultado de la reflexión cristiana que acompañó las luchas protagonizadas por el pueblo negro en África del Sur contra el apartheid -el régimen bochornoso caracterizado por la segregación y discriminación racial, que consideraba a los negros como seres inferiores- a finales de la década de los sesenta y comienzos de los setenta. Aunque se trata de una teología que nació claramente en el contexto del anti-apartheid, quiere ir más allá para lograr un proceso de "descolonización mental" y superar la situación de "pobreza antropológica".

c) la pobreza como la base de la teología africana de la liberación (teólogos como Meinrad Hebga, Jean-Marc Ela, Englebert Mveng, Laurenti Magesa, John Mutiso Mbinda)Convencidos de que la pobreza de los africanos es una cuestión de "ser o no ser" más que de "tener o no tener posesiones materiales", los teólogos africanos de la liberación piensan que el evangelio es fuerza de liberación y sostienen un discurso de contestación política planteando los problemas de liberación en términos de constitución de una nueva auténtica África, capaz de iniciativa histórica creativa. El contexto real de nuestra fidelidad al evangelio es el sobresalto de esperanza de un pueblo que está cansado de bellos discursos que no cambian en nada su miseria y su condición, un pueblo que quiere tener su verdadera identidad. Dice el pastor luterano Kä Mana que "identidad y liberación son un solo y mismo grito, procedente de un pueblo que busca darse una consistencia interior y salir del traumatismo que su derrota frente al mundo occidental ha inscrito en su propia carne, en su propia conciencia y en su espíritu". Por eso la teología africana de la liberación defiende la emancipación de la Iglesia africana con respecto al dominio y al paternalismo occidentales, así como la creación de una identidad cristiana africana.

d) la mujer como imagen de Dios sirve de punto de partida para la teología feminista (teólogas como Mercy Amba Oduyeye, Teresa Okure, Rose Mary Edet, Bette J. Ekeya, Justine Kahungu Mbwiti y Rose Zoe-Obianga) que sostiene que Jesús el liberador de las mujeres fue en contra de las normas de su sociedad con respecto a ellas y de este modo estableció una nueva perspectiva para entender la función de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. Al excluir a las mujeres de su centro de vida y acción, es la Iglesia la que sale perdiendo. La teología feminista trata de poner en claro la identidad de las mujeres como partícipes iguales con los varones en la comunidad humana.


5. Conclusión

El continente negro se encuentra en su infancia cristiana. Uno de sus enemigos es la pobreza tanto material como intelectual que le obligan a depender de lo que venga de fuera. La iglesia africana es pobre sobre todo porque África es pobre. Pero una dependencia total y prolongada por las ayudas financieras de origen extranjero no puede dejar de ser preocupante. Por eso las iglesias africanas muestran un interés renovado por las actividades de desarrollo y una evolución sensible en favor de la numerosa clase campesina y sus dificultades.

El Sínodo de los obispos africanos de abril-mayo 1994 ha sido la pública declaración y el público reconocimiento de que la Iglesia en África ha alcanzado ya su plena madurez. Fue un impulso para que los hijos de la iglesia africana salgan de su tierra para anunciar la Buena Noticia a otros pueblos. Con el Sínodo africano hemos dado un paso adelante hacia la colegialidad de las iglesias locales. Estos logros nos invitan a seguir de cerca la propagación de la fe en los pueblos africanos, sabiendo que el cristianismo llegó a África a través de su encarnación occidental y que aún no ha logrado enraizarse en los ámbitos más africanos como pueden ser la cultura y el ser mismo de los africanos.

http://mividaenmarcha.blogspot.com/2012/01/el-cristianismo-en-africa-estudio.html

viernes, 31 de enero de 2014

La plenitud


Era un joven buscador que había recorrido buena parte del mundo buscando enseñanzas y conociendo a maestros de todas las tradiciones. Sin embargo, nada le satisfacía, nunca se sentía completamente realizado.

Había pasado los primeros años de búsqueda viviendo aventuras intensas, aunque ciertamente mundanas. Diversiones y una vida poco ordenada habían regido sus días. Había hecho muchos amigos y tenido muchos amores, había conquistado a las mujeres más bellas y fascinantes, pero su insatisfacción iba creciendo sin parar. Hizo una fortuna considerable y obtuvo honores y privilegios. Y su insatisfacción iba en aumento.

La búsqueda filosófica no tardó en llegar. Pero ningún maestro le colmaba. Oyó hablar de un gran sabio. Pero ¡tantos había visitado ya y conocido! Se trataba de un sabio que vivía en el Tíbet, y sin nada que perder, decidió visitarlo.

El sabio que encontró el buscador era un solitario. Daba enseñanza a aquellos que lo buscaban, pero él nunca buscaba a los discípulos. El hombre llegó a su ermita y se sentó a su puerta. Guardó silencio. Transcurrieron unos días y el sabio le invitó a pasar.

-¿Cómo crees que puedo ayudarte? -preguntó el sabio.

El hombre le contó acerca de su larga búsqueda de la felicidad, le habló de sus logros y fracasos en los ámbitos espiritual y material. Concluyó diciendo:

-Mi insatisfacción es cada día mayor. Tengo conocimientos metafísicos y místicos; he obtenido mucho dinero y he disfrutado de los más leales amigos y las más bellas mujeres; he recibido honores; he conocido casi todo el mundo y he experimentado muchas diversiones. Aparentemente todo lo tengo, pero en realidad todo me falta. ¿Qué puedo hacer?

-Eres un buscador -dijo el sabio-, pero no has sabido buscar. Te has llenado de todo, pero has dejado vacío tu cuenco interior.

-¿Mi cuenco interior? -preguntó sorprendido el hombre-. ¿de qué me hablas?

-Todos tenemos un cuenco vacío cuando tomamos el cuerpo en que nos encontramos. Ese cuenco vacío no puede llenarse jamás con experiencias externas, sólo puede llenarse con uno mismo, con la propia felicidad que mana de la fuente interior cuando uno la halla.

-¿Y no crees que he hecho suficiente para conseguir llenarlo?

-No, pues no basta llenarse de conocimientos, sino que hay que realizarlos a través de la práctica interior, la disciplina ética y la meditación. Llena de ti tu cuenco interior.




jueves, 23 de enero de 2014

Tecnología Apple ayuda a la evangelización de millones de personas

Mientras el mundo cree que perdió a un visionario, las organizaciones cristianas están agradecidas por la tecnología que Dios le permitió crear al cofundador de Apple, Steve Jobs.

Mas Info: http://noticias.noticiascristianas.me/tecnologia-apple-ayuda-a-la-evangelizacion-de-millones-de-personas#ixzz2rFpZnCin
Mientras el mundo cree que perdió a un visionario, las organizaciones cristianas están agradecidas por la tecnología que Dios le permitió crear al cofundador de Apple, Steve Jobs. Jobs falleció el miércoles, después de luchar con un cáncer de páncreas.

Bill Lohr de Faith Comes By Hearing (La Fe Viene por el Oír, FCBH por sus siglas en inglés) asegura que la tecnología de Apple ha sido una plataforma para la Palabra de Dios: "Hemos entrado en el mundo digital en términos de llevar la Palabra de Dios, de modo que las personas puedan tener acceso a ella, y Apple ha sido un gran colaborador para ello: iPhone, iPad, la tienda de iTunes, a través de nuestra aplicación Bible.is, todas esas áreas pueden en realidad proclamar la Palabra de Dios".

Ahora se puede acceder a las Escrituras en 590 idiomas a las naciones de acceso creativo en iPhones y aparatos similares. Solamente para FCBH, Lohr comenta: "Ha habido 5,812,562 descargas de aplicaciones de la tienda. Entonces, esa tienda que fue creada por Apple por medio del ingenio de Steve Jobs ha permitido que muchas personas puedan tener acceso a la Palabra de Dios a través de esa aplicación".

Mas Info: http://noticias.noticiascristianas.me/tecnologia-apple-ayuda-a-la-evangelizacion-de-millones-de-personas#ixzz2rFpU3ncd

martes, 21 de enero de 2014

Experiencia de Dios



La “experiencia de Dios” no se identifica con la “experiencia religiosa”. Se puede tener la segunda, sin tener la primera.  La religiosidad es el cumplimiento de unas obligaciones religiosas; y en ese sentido, todos los pueblos de la antigüedad, incluso los más primitivos, han vivido esa religiosidad; todos han sido “religiosos” de alguna manera. La palabra “religión”, de la que procede religiosidad, viene del verbo latino “religare”.





 El hombre se siente ligado a Dios por un  conjunto de lazos dogmáticos, disciplinarios y salvíficos que unen al hombre con Dios, un ser superior y poderoso, al que hay que satisfacer de alguna manera, bien sea con sacrificios y ofrendas o bien con actos de culto , a poder ser fastuosos. Pertenece al orden del entendimiento y del sentimiento, pero no al experiencial. Si damos por asumido que el cristianismo no es una religión, sino un estilo de vida, concluiremos que “lo religioso” no es necesariamente cristiano, aunque puede predisponer  y facilitar la vivencia cristiana. En otras ocasiones, también lo puede dificultar, si no se pasa del mero sentimiento y mero conocimiento, a la propia experiencia de Dios.

Es muy conocida la expresión del gran teólogo Karl Rahner: “el cristiano del futuro será un místico, o no será nada”. Y el Papa Benedicto XVI en la catequesis de una de  las Audiencias Generales de los miércoles, aseguró que sin oración no hay experiencia de Dios“.  Pero ¿qué queremos decir cuando hablamos de “experiencia de Dios”?

La palara “experiencia” proviene del verbo latino “experiri”, que significa comprobar, saber por uno mismo y no por otros;  es una forma de conocimiento o habilidad derivados de la observación, de la vivencia de un acontecimiento,  o proveniente de las cosas que suceden en la vida. Según eso, diríamos que “experiencia de Dios” equivaldría a conocer a Dios (en la medida de lo posible) a través de vivencias como el perdón, el consuelo, la paz, el sentirse amado, saberse seguro junto a él, poder confiar contra toda esperanza humana, etc… Es decir, descubrir vivencialmente lo que es Dios para ti, pero no por un conocimiento de definiciones, dogmas o estudio. No se trata de un conocimiento científico, sino de un conocimiento empírico. En la experiencia de Dios, se da un movimiento de arriba abajo (Dios toma la iniciativa), mientras que en la religiosidad es el hombre el que trata de ascender hasta Dios, para complacerle.

Decía el Papa que “sin oración no hay experiencia de Dios”. La razón es que la oración nos lleva a la intimidad, al encuentro profundo y sincero con Dios. En la oración valoramos, también, la acción amorosa de Dios. Decía San Agustín que “Dios está más íntimo a  ti, que tú mismo”. Y ese Dios tan íntimo a uno mismo se le descubre, fundamentalmente, en la oración, y se llega a tener una experiencia de Él, de su ser y de su hacer. Y uno puede llegar al conocimiento de Dios por sus propios datos, sus vivencias, su experiencia, no ya por un tratado de teología ni por una catequesis sobre Dios (aunque esto también puede ayudar).

Todos los santos han tenido experiencia de Dios, porque han orado mucho. Yo creo que lo que Rahner decía sobre la necesidad de ser “místicos” para ser cristianos, iba en esa dirección. Hay una gran diferencia entre el que habla por experiencia, y el que habla “de libro”. Es muy diferente lo que te comunica alguien que ha vivido experiencialmente un acontecimiento (alegre o triste) y el que te lo cuenta de “oídas”. En este último caso es una mera trasmisión de conocimientos, mientras que en el primero, es la vivencia personal (o colectiva) la que actúa.

Creo que la inmensa mayoría de los cristianos, hoy día, carecen de esa “experiencia de Dios”, y su fe se alimenta de conocimientos (por cierto bien escasos, generalmente). Unas relaciones con Dios, desde ese aspecto,  deja  mucho que desear, y nunca serán gratificantes. Pero no nos engañemos; llegar a esa experiencia divina es gratuita, pero no fácil.
                                 


lunes, 13 de enero de 2014

Noticias 11 de Enero del 2014 Cristianos alemanes, contrarios a enseñar la diversidad sexual

Las iglesias cristianas de Alemania, que suman unos 45 millones de fieles, se pronunciaron en contra de introducir la "diversidad sexual" en el temario escolar, como lo propone el estado de Baden Württemberg.
Cristianos alemanes, contrarios a enseñar la diversidad sexual

Las iglesias expresaron hoy su rechazo al proyecto de ese gobierno regional, liderado por los Verdes, de incluir la aceptación de la homosexualidad en el temario lectivo, por considerar que implica "influir sobre la identidad sexual" de los escolares.

Este rechazo respalda implícitamente la campaña de recogida de firmas lanzada en internet por unos padres de familia del estado federado contra esa asignatura, que en apenas una semana ha recabado unos 80.000 suscriptores.

Otra iniciativa en la dirección inversa -es decir, a favor del plan del gobierno entre verdes y socialdemócratas- ha reunido en dos días las firmas de 9.000 partidarios.

El debate sobre diversidad sexual en las escuelas ha cobrado relevancia estos días en Alemania a raíz del reconocimiento público de su condición de homosexual del exfutbolista internacional alemán Thomas Hitzlsperger.

La declaración del futbolista ha desencadenado una ola de mensajes de apoyo, tanto del ámbito deportivo y de compañeros de profesión en activo como del político, incluido el Gobierno, pero a la vez ha desvelado los tabús que persisten alrededor de la homosexualidad.

Alemania se considera un país avanzado en lo que se refiere a los derechos de los homosexuales y muchos representantes de ese colectivo ocupan puestos políticos destacados -desde el ministro de Exteriores del anterior gobierno de Angela Merkel, Guido Westerwelle, al alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit.

Legalmente no existe una equiparación -como en España- con los derechos de las parejas entre personas del mismo sexo, ni en materia fiscal ni en adopción de hijos. El denominado matrimonio homosexual consiste fundamentalmente en la posibilidad de inscribirse como pareja de hecho en el registro civil.
 
Fuentes: Agencias
Editado por: Protestante Digital 201
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