El gigante asiático está desacelerando su crecimiento
por voluntad propia para reformar su economía y lograr el “sueño chino”. Para José Sam, CEO
de SamCorp, esto no debe preocupar a América Latina porque la relación va mucho más allá del comercio y
commodities.
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Luis Fernando Alegría
luis.alegria@diariogestion.com.pe
La desaceleración de la economía
China no es un tema que realmente deba preocupar. José Sam, presidente y CEO de
SamCorp, explicó que lo que sucede en el gigante asiático es producto de un
plan elaborado para hacer sostenible el crecimiento en el largo plazo.
“La China está enfrentando, con
bastante inteligencia y audacia, un proceso de reformas y parte de eso es no
priorizar un crecimiento tan acelerado que vaya a ser insostenible en el
tiempo”, sostuvo.El objetivo -indicó- es crecer a tasas que sean sostenibles en el largo plazo, aunque estas reformas a emprender sean muy difíciles de llevar a cabo. La idea es lograr una China que sea una nación próspera y estable, lo que el presidente Xi Jinping ha bautizado como “el sueño chino”.
“La información que tengo es que
el premier, Li Kiqiang, está viendo hasta qué punto pueden desacelerar. No nos
sorprendamos si es que no es un 7.5%, sino llega a un 6.5% y están viendo cuál
es el punto en el que hay dolor. Por ahora hay tranquilidad, hay ánimo, hay
expectativas de crecimiento y la economía china se sigue moviendo”, dijo.
Riesgos para ChinaLos dos peligros más grandes que amenazan a la economía asiática son una burbuja inmobiliaria y un problema de bancarización “en las sombras”. Sobre el primer punto, Sam observó que es el más preocupante porque puede generar ruido social al afectar el día a día de las familias. El gobierno -anotó- está en proceso de controlarla.
Sobre el shadow banking,
reconoció que viene un problema más importante: los chinos no confían en el
sistema financiero y eso genera un “sistema paralelo”, pues no hay alternativas
de inversión ni ahorro. Respecto a este tema, el ejecutivo apuntó que aún no
hay una propuesta de solución concreta.
Impactos en América LatinaSi bien el comercio de commodities es un factor de preocupación, para Sam la relación de China con la región es mucho más profunda que eso, pues la inversión extranjera directa del país asiático (y sus préstamos) son clave. También resaltó que, durante los últimos 30 años, los productos chinos de bajo precio han ayudado a los consumidores latinoamericanos.
“La desaceleración china asusta a
muchos porque no se conoce la total relación holística que hay con China. Aún
hay cientos de millones de personas por sacar de la pobreza, eso significa
millones y millones de toneladas de minerales que van a seguir comprando los
chinos a nuestros países. China va a seguir comprando”, destacó.
Finalmente, insistió en que
crecer 6% en lugar de 10% no es nada malo, sobre todo considerando que la base
es más grande. Debido a la agenda que maneja el gobierno chino, es muy difícil
pensar que demandarán menos de nuestra oferta exportadora.
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