G de Gestión.
Foco, simplificación y perfección como motores del éxito de Apple transformaron
la industria de la computación personal. Y después de su muerte, sigue siendo
una de las empresas más valiosas de la historia.
Steve Jobs
co-fundó Apple en el garaje de sus padres en 1976; 36 años después, su
emprendimiento se convirtió en la empresa más valiosa de todos los tiempos. La
imaginación –que nace en la intersección de las humanidades y de las ciencias,
y que es rigurosamente aplicada a la tecnología y a los negocios– es lo que le
permitió a Jobs transformar industrias como la computación personal, la
computación móvil, la publicación digital y la música, y, de esta manera,
entrar en el panteón de los grandes innovadores junto a Thomas Edison, Henry
Ford y Walt Disney. ¿Qué podemos aprender sobre cómo Jobs construyó una de las
empresas más valiosas de la historia?
Foco. Para
Steve Jobs, decidir qué no hacer era tan importante como decidir qué hacer.
Cuando regresó a Apple en 1997, la compañía fabricaba un sinfín de modelos de
computadoras. Luego de revisar el portafolio, Jobs decidió enfocar la compañía
en cuatro: computadora de escritorio y portátil para un usuario básico, y
computadora de escritorio y portátil para un usuario avanzado. Esta decision
salvó la empresa. En un retiro con sus más altos ejecutivos, Jobs les pidió que
prepararan una lista con las diez cosas que la empresa debería hacer en el
futuro. Tan pronto recibió la lista, Jobs tachó siete. Su argumento: “sólo
podemos hacer tres”.
Simplificación. Para
Steve Jobs, lo sencillo era la máxima sofisticación; lo sencillo era resultado
de conquistar la complejidad y no de ignorarla. Luego de visitar el Xerox Palo
Alto Research Center y ver el mouse que tenía tres botones y costaba $300, Jobs
le pidió a su equipo que diseñe un mouse de un botón y que cueste $15, así lo
hicieron. Para diseñar el software del iPod, Jobs le pidió a su equipo que
permitiera al usuario hacer cualquier cosa en no más de tres “clicks”. Para
lograrlo, Jobs mismo sugirió eliminar el botón de on/off y dejar que el iPod se
apague solo cuando se deje de usar. Esta opción había sido evaluada por su
equipo, pero descartada bajo criterios de sentido común.
Perfección. En
prácticamente todos productos desarrollados por Apple, Jobs detuvo los
proyectos para rediseñar las experiencias porque no las sentía perfectas.
Estando a punto de lanzar las iStore, Jobs decidió reorganizar las tiendas por
actividades en vez de productos, lo que retrasó su lanzamiento en varios meses.
¿Han estado alguna vez en una tienda de Apple? Valió la pena esperar. Luego de
nueve meses de diseñar el iPhone como una pantalla de vidrio dentro de un marco
de aluminio, Jobs decidió rediseñar el teléfono para que la pantalla se sienta
limpia.
Asimismo,
Jobs sabía que los consumidores juzgarían el iPhone por la forma cómo este es
empacado y presentado; incluso la experiencia táctil de abrir la caja tenía que
ser perfecta.
Pese a ser
impaciente y duro, Steve Jobs tenía una habilidad natural para atraer gente con
la aspiración de cambiar el mundo e inspirarlos a lograr lo imposible. En sus
palabras: “Mientras algunos los ven como locos, nosotros los vemos como genios.
Porque es la gente suficientemente loca de creer que puede cambiar el mundo la
que realmente lo hace”.
Fuente: Gestion
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