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martes, 26 de febrero de 2013

EL PUEBLO DE ISRAEL


Historia de Israel

 Los Descendientes de Abraham
La historia de Israel comienza con el pacto de Dios con Abraham, aproximadamente en el 2.000 a.C.: "Y haré de ti una nación grande" (Génesis 12:2). El nombre "Israel" (significa "el que lucha victoriosamente con Dios" o "un príncipe que prevaleció con Dios") proviene del nuevo nombre que Dios le dio al nieto de Abraham, Jacob, después de que Jacob sostuvo una lucha espiritual en Jaboque (Génesis 32:28). Es en este punto que los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob son referidos a menudo como los "Hijos de Israel."


Historia de Israel: Su elección como una Nación Especial
La historia de Israel se remonta más allá del 2.000 a.C. De hecho, la elección de Israel como una nación especial fue parte del plan de Dios desde el principio de los tiempos. La elección de Israel por Dios como Su "pueblo elegido" no radica en un tamaño especial, naturaleza, o atracción. En realidad, la nación de Israel era la menos numerosa entre todas las naciones (Deuteronomio 7:6-8). Pero Dios escogió a este pueblo debido a Su amor por ellos y a Su pacto incondicional con Abraham. Esto no significa que Dios amó a Israel más que a otros pueblos, sólo que Él quiso utilizar a Israel como su instrumento para amar y bendecir a todo el mundo. El plan de Dios desde el principio fue traer al Mesías por medio de Israel, para actuar como el salvador del mundo entero.


Historia de Israel: El Registro Bíblico
La historia de Israel, como la detalla la Biblia, comprende cerca de 1.800 años. Proclama un dinámico relato de los milagros, juicios, promesas, y bendiciones de Dios. Israel comienza con una promesa unilateral a un solo hombre, Abraham. Por más de 400 años, Abraham y sus descendientes confiaron en esa promesa, hasta durante un periodo significativo de esclavitud en Egipto. Entonces, por medio de una serie de sorprendentes eventos milagrosos, Dios libera a los israelitas de Egipto en el Éxodo (hebreo: "salida"). El Éxodo es el evento que la mayoría de los judíos consideran como la fundación de la nación de Israel. El Éxodo es el acto de liberación que los israelitas recuerdan como la demostración del amor y la protección de Dios para Israel. Una vez que se completó el Éxodo, Dios estableció un pacto incondicional con los israelitas en el Monte Sinaí. Es allí que Dios proclamó Su ley (los Diez Mandamientos). Es allí que Dios prometió bendiciones por el cumplimiento de Su ley y maldiciones por el quebrantamiento. El resto de la historia de Israel, como lo registra la Biblia, es un continuo ciclo de bendiciones y castigos por la obediencia y desobediencia de la Ley de Dios. A través de tiempos de victoria y derrota, reyes y jueces, sacerdotes y profetas, restauración y exilio - los israelitas son bendecidos cuando obedecen a Dios y disciplinados cuando no lo hacen. Como nación, Israel fue destruido por los romanos en el 70 d.C. En ese tiempo, los judíos se esparcieron por todo el mundo, manteniendo la esperanza basados en las promesas proféticas de una eventual reunión en la tierra escogida que Dios le dio a Israel. En 1948, al cabo de casi 1.900 años, Israel fue declarada de nuevo una nación soberana y oficialmente re-establecida en la tierra prometida. A través de una serie de eventos milagrosos, incluyendo la recaptura de Jerusalén por los judíos en 1967, esta generación está presenciando el cumplimiento de las profecías con respecto a la nación especial de Dios.


Historia de Israel: El Propósito Final de Dios
¿Por qué tanto de la Biblia se enfoca en la historia de Israel y el futuro de su pueblo? ¿Por qué una nación es llamada "el pueblo elegido de Dios"? Estas preguntas son contestadas cuando examinamos el propósito final de Dios para Israel. Cuando Dios le dio Su promesa incondicional a Abraham de que haría de sus descendientes una gran nación, Dios también prometió bendecir a todo el mundo a través de esa nación (Génesis 12:1-3). Por lo tanto, Israel nunca fue considerado como el único recipiente de las bendiciones de Dios, sino en cambio, como un canal para las bendiciones de Dios para toda la humanidad. Los milagros de Dios con Israel, tales como la dramática liberación de Egipto, no estaban destinados solamente para los israelitas mismos, sino para evidenciar el absoluto poder y singularidad de Dios ante un expectante mundo politeísta (Éxodo 7:5; 14:18; Josué 2:9-11). El Mesías que vendría a través de la nación de Israel, siempre estuvo destinado a ser el Salvador de toda la humanidad (Isaías 49:6). El Antiguo Testamento también contiene muchas invitaciones dirigidas al mundo entero para venir y adorar al único Dios verdadero en Israel (Salmo 2:10-12; 117:1).

Basados en los eventos recientes en la Tierra Santa, es claro que la promesa de Dios a Abraham está siendo cumplida todavía. Por consiguiente, la promesa de Dios de bendecir a todos los pueblos a través de Israel es absolutamente evidente todavía. Las enseñanzas, muerte y resurrección de Jesucristo, y el crecimiento e influencia de Su iglesia, fueron posibles a través de la elección por Dios de Israel como Su pueblo. Todos los pueblos que acepten a Jesús como su Mesías, ya sean judíos o gentiles, reciben las grandes bendiciones de Dios, canalizadas a través de Su pueblo elegido, la nación de Israel.


 

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