El pastor y
educador Francisco Ramírez Gonzales fue víctima de un ataque mortal el pasado 1
de agosto en su domicilio, en la ciudad de Riberalta, en Bolivia, donde
desarrollaba su ministerio religioso y educativo en la Unidad Educativa
Maranatha, que había fundado hace más de 20 años.
Según los
informes oficiales, Francisco Ramírez fue atacado mientras guardaba su
motocicleta por tres individuos, los cuales le asestaron varias puñaladas y
huyeron. El pastor fue trasladado poco después a una clínica cercana, donde
falleció a causa de la gravedad de las heridas. Se encontraba solo, dado que su
esposa Edit Meier de Ramírez había viajado hacía poco a Suiza a visitar a su
familia.
La autoridad
policial descartó la hipótesis de robo y siguen investigando cual pudo ser el
móvil del crimen. Casi un mes después del suceso, aún continúan las pesquisas
para averiguar quién cometió el ataque, por el que tres sospechosos permanecen
detenidos.
El día
siguiente al asesinato, vecinos y sobre todo evangélicos de la comunidad de
Riberalta se manifestaron pidiendo que se refuerce la seguridad ciudadana.
Francisco
Ramírez era conocido también en España, donde pasó algunos años formándose en
el Instituto Bíblico y Seminario Teológico en España (IBSTE). Durante esta
etapa, sirvió como diácono en la iglesia de Llucmajor (Barcelona), junto a
Miguel Wickham y Máximo Aguirre.
Ramírez es
recordado como “un hombre admirable, de coraje, humilde y trabajador, siempre
con una sonrisa”, cuenta Miguel Wickham. Poco después de terminar sus estudios
“fundó el colegio de la iglesia y se dedicó años a la labor pastoral y
educativa” en Riberalta, Bolivia.
UN SUCESO
AISLADO
Ovidio
Ortiz, vicepresidente de la fundación Ágape vinculada al colegio Maranatha, en
la que Francisco Ramírez cumplía la función de presidente, explica a
Protestante Digital que el suceso conmocionó al pueblo evangélico, que al día
siguiente salió a las calles a pedir más seguridad.
“Él era mi
amigo y compañero”, cuenta Ortiz, que aclara que se trata de un hecho
“aislado”, y para el que es difícil encontrar explicación, una vez que son
varias las misiones e iglesias evangélicas que trabajan en Riberalta en un
ambiente “tranquilo y con buenas relaciones con las autoridades” y una buena
acogida entre la población. Con dolor comparte que de momento la esposa de
Francisco, Edith, no ha podido viajar a Riberalta desde Suiza, dado que las
autoridades del país europeo no aconsejan el viaje hasta que se aclare el
asesinato.
El colegio
Maranatha, del que Francisco Ramírez era director, sigue adelante con su labor
educativa. “Las autoridades se han llevado los ordenadores para completar la
investigación, pero el colegio sigue abierto”, cuenta Ovidio Ortiz. Ahora sólo
pide “oración” por este ministerio y por las iglesias de la zona, que han sido
golpeadas con la pérdida de Ramírez, un hombre conocido, querido y respetado en
la comunidad de Riberalta.
Fuente:
http://www.protestantedigital.com
es un hecho muy lamentable el era mi docente del colegio Dios solo Dios tiene la respuestas
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