El éxodo que está viviendo la población
siria desde hace dos años aumenta en las últimas semanas, ante el inminente
peligro de la intervención de fuerzas extranjeras en el país. Pero todavía
algunos quieren quedarse.
Un pastor bautista en Siria, cuya identidad ha sido
protegida por seguridad, escribía un mensaje claro a su agencia misionera: “Yo
me quedo. Me dicen que me vaya, que emigre, pero – insiste - yo les digo que me
quedo”.
Se trata de uno de los muchos pastores que siguen sirviendo a la iglesia en Siria, en un contexto bélico interno que reconocen como su campo de misión. “Me quedo para la iglesia, para llevar el mensaje de Jesús como una luz a los perdidos y asustados”, dijo el pastor. “Me quedo porque la mies es mucha. Me quedo para servir a los necesitados”.
“A pesar de que estamos viviendo en tiempos
difíciles, no debemos dejar de ser fieles a nuestro Señor”, expresa en la
misiva, dada a conocer por diferentes ministerios este fin de semana.
MILLONES DE DESPLAZADOS
En los últimos dos años se cuentan 5 millones de
desplazados internamente y unos 2 millones que se refugian en las naciones
vecinas (Turquía, Irak, Líbano y Jordania). De estos, la mitad son niños, según
informaron hace quince días las agencias de la ONU, Acnur y Unicef.
“Lo que está en juego es nada menos que la
supervivencia y el bienestar de una generación de personas inocentes”, dijo
entonces Antonio Guterres, de Acnur. “La juventud de Siria está perdiendo sus
hogares, sus familias y su futuro. Incluso después de haber cruzado la frontera
llevan consigo traumas, depresión, y realmente necesitan una razón para la
esperanza”. El secretario general visitó esta semana el campo de refugiados de
Domiz, en Irak, donde han llegado casi 50.000 personas en los últimos siete
días.
En Beirut, capital de Líbano, se nota la cada vez
más notoria presencia de refugiados sirios. Un voluntario cristiano que ayuda
en la atención de estos desplazados cuenta sus sensaciones, según recoge
Baptist Press: “Estamos hablando de niños que han visto terribles asesinatos,
han oído historias de violaciones y torturas. Han perdido trágicamente hasta la
última gota de esperanza. La mayoría de ellos sólo quieren seguir con vida, y
algunos días no quieren siquiera eso”.
En este sentido, las misiones cristianas intentan
mostrar que aún “hay esperanza” para aquellos que han huido de la guerra. “Cada
familia tiene una historia trágica que contar. Podemos aprender a llorar con
los que lloran y escuchar con atención y obediencia a lo que Dios está llamando
a sus siervos a hacer”, dijo Don Alan, responsable de una agencia misionera en
Oriente Medio.
INTERVENCIÓN MILITAR INMINENTE
El mensaje del presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, favorable a una intervención militar, aunque limitada, ha suscitado
diversas respuestas entre los cristianos en la zona.
“Es fácil dar inicio a los ataques aéreos contra
Siria, pero es difícil poner fin a la guerra y a las consecuencias de estos
ataques para todo Oriente Medio” comentó el metropolita Eustathius Matta Roham,
arzobispo siro-ortodoxo de Jazirah y Éufrates, preocupado y entristecido por la
situación que vive el país, en declaraciones a la Agencia Fides. “En todas
partes de Siria y fuera de ella, los fieles están rezando para que no suceda el
ataque por parte de los países extranjeros contra Siria y para que se pueda
construir la paz en toda la región. Todos rezamos para que nuestro Señor
Jesucristo ilumine las mentes de las personas que están en el poder, para que
actúen de acuerdo con la justicia y la paz, por el bien de los seres humanos”.
La Iglesia Ortodoxa Rusa, en la línea del gobierno
de su país, ha expresado su oposición a una intervención militar, expresando
“preocupación” por los escenarios bélicos que podrían desplegarse a causa de
una intervención. “Una vez más, como en el caso de Irak, los Estados Unidos se
comportan como justiciero internacional”, denunció un portavoz de la Iglesia.
El Vaticano, por su parte, no ha realizado una
declaración formal, aunque el papa Francisco expresó este domingo que “el uso
de la violencia nunca lleva a la paz: la guerra llama a la guerra, la violencia
llama a la violencia” y animó a las naciones implicadas a “emprender con
valentía y decisión la vía del encuentro y de la negociación, superando la
contraposición ciega”. Una negociación que, en todo caso, parece complicado que
se pueda encontrar en los próximos días, en los que el ataque de fuerzas
militares extranjeras en territorio sirio parece irreversible: sólo falta saber
cuándo y cómo.
Fuentes: Baptist Press, Religion
Digital, Open Doors
Editado por: http://www.protestantedigital.com
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