El lavado de ropa es una actividad cuyo impacto medioambiental a menudo pasa desapercibido. El derroche de agua sumado a los desperdicios de jabón y enjuague son algunos de los factores más comunes y éstos se incrementan a medida que las familias se agrandan y, por lo tanto, las cantidades de prendas aumentan.
El día a día puede volverse un poco abrumador al compás de la acumulación de la ropa para ir a la escuela de los niños, el atuendo para ir a la oficina, las prendas para entrenar y las manchas de las patas del perro en algunos almohadones. Pero a no desesperar. Cuando estás en familia, el lavado puede (¡y debe!) hacerse en conjunto o por etapas, dividiendo la tarea entre todos los miembros del hogar o armando un calendario de turnos que especifiquen a quién le toca lavar según el día.
Por el contrario, cuando vives sola, el lavado de ropa puede llevar menos trabajo, aunque el efecto sobre el medio ambiente sigue siendo un problema a tener en cuenta.
Ya sea que vivas sola o en familia, existen diversas maneras de hacer que el lavado de ropa tenga menos impacto; se ahorre energía y agua; y sea más sustentable. A continuación, cinco nuevos hábitos de lavado que puedes adoptar para lograrlo:
Volver al lavado a mano
Seguramente pensarás: “¡Tantos años de perfeccionamiento técnico en lavadoras para volver al lavado a mano!”. Y aunque tengas este punto a favor, lo cierto es que es una gran opción para ahorrar energía y agua. Además, es una buena oportunidad para pasar tiempo con los niños y enseñarles cómo deben lavar cada pieza y cuáles son sus cuidados según el tipo de tela o color.
Un pequeño truco para esta actividad es lavar las prendas menos sucias primero, para aprovechar lo más que se pueda el agua. De lo contrario, deberemos cambiarla con mayor frecuencia, cosa que, precisamente, debemos evitar. En el caso de que debas lavar pocas prendas, puedes utilizar luego el agua usada para regar los árboles de tu jardín. En estos casos, puedes optar por un jabón biodegradable, el cual no dañará la tierra y las plantas. Caso contrario, puedes reutilizar el líquido para limpiar el piso de algún ambiente.
Aprovecha las duchas
Popular entre quienes viven solos y no tienen lavadora, o los que viajan mucho, el ejercicio de lavar ropa en la ducha ayuda a ahorrar agua, energía y –en algunos casos- jabón. Una buena estrategia para hacerlo es colocar las prendas junto a ti bajo la lluvia, para que se mojen al mismo tiempo que lo haces tú y luego sea más fácil lavarlas. Luego, puedes utilizar el mismo jabón que usas para tu cuerpo si se trata de un jabón multipropósito o bien recurrir a un jabón especial para ropa y dejarlo en la bañadera para tenerlo a mano. De esta manera, podrás dejar tu ropa limpia gracias al refriegue de tus pies sobre las prendas al tiempo que contribuyes al medio ambiente.
Aclaración: Esta técnica no debe derivar en duchas de media hora de duración. Si eso sucede, será mejor que la cambies.
©Kim
Secar la ropa al aire libre
Las secadoras son muy útiles para acelerar el proceso y tener la ropa lista en menos tiempo, pero consumen bastante energía y el agua que quitan a las prendas se desperdicia. Por ello, utilizar una soga que cruce el jardín en donde se pueda colgar la ropa y dejar que el sol y el viento hagan la tarea, es una técnica más sustentable. Además, secar ropa al sol ayudará a blanquear las prendas blancas, ahorrándote el uso de blanqueadores a base de cloro.
Para potenciar esta elección, también es posible optar por colocar tendederos fijos en la pared en algún área techada del hogar, para tener un lugar protegido de la intemperie en días de lluvia o durante los días de invierno.
Lavar de a grandes cantidades y usar sólo agua fría
Una pequeña estrategia que puede llevarte a ahorrar agua es dejar que se acumulen las prendas para lavarlas todas de una sola vez. Y si sólo cuentas con un par de prendas que necesitas limpias cuanto antes, recuerda que, cómo decíamos más arriba, el lavado a mano siempre será una buena alternativa. Por otra parte, acompañando a cada carga de ropa lo ideal es utilizar agua fría. Ésta limpiará en la misma medida que el agua caliente, con la salvedad de que el consumo de energía será mucho menor, puesto que no se necesitará calentarla.
Termina con el usar=lavar
Todas lo hemos visto y puede que tú también lo hagas: hay quienes toman una prenda limpia del cajón, la usan unas pocas horas y luego las devuelven al canasto de ropa sucia. Pues pongámosle fin a este hábito (en la medida de lo posible, claro). Usar más de una vez la misma prenda durante la semana no le hace daño a nadie. No te asustes, esto no aplica a la ropa interior, calcetines o prendas que se ensucian demasiado debido al trabajo o la actividad física, pero a menudo las remeras y los pantalones pueden ser reutilizados varias veces antes de pasar por el agua y el jabón.
Usa una lavadora con carga frontal
Si el lavado a mano no te termina de convencer, puedes optar por una lavadora cuya carga se realice por el frente y no por su parte superior. Este tipo de lavadoras utilizan menos agua y hay modelos que tienen buena eficiencia en la utilización de la energía, ayudando a reducir el consumo. Si a esto le sumamos el ejercicio de lavar cargas completas de prendas y no de pequeñas cantidades, el ahorro de energía y agua será notorio. ¿Qué piensas sobre estos cambios de hábitos en el lavado de la ropa?
http://www.discoverymujer.com/hogar/como-lavar-la-ropa-de-forma-amigable-con-el-medioambiente/
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