El mayor escándalo referente a la
seguridad y la privacidad de los usuarios podría haber estallado este jueves,
cuando el Washington Post y el Guardian han dado a conocer un informe secreto
según el cual el Gobierno de Estados Unidos tendría acceso al contenido de los
servidores de nueve grandes empresas de Internet que dan servicio a millones de
usuarios en todo el mundo.
Según la información publicada la
Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y el FBI espían a los usuarios en la red
gracias a un programa secreto con nombre en clave PRISM. Las dos agencias de
seguridad rastrean millones de conversaciones, correos electrónicos,
fotografías, transacciones con tarjetas de crédito y todo tipo de información
personal directamente desde los servidores de nueve de las principales
compañías de Internet en los EEUU y de una gran compañía de telecomunicaciones,
tales como Microsoft (Outlook), Google, Facebook, Skype, Verizon, Apple, AOL,
Yahoo!, Youtube y PalTalk.
El PRISM permitiría a las
agencias tener acceso a chats de audio, vídeos, fotografías, documentos,
correos electrónicos y registros de conexión con el fin de hacer un seguimiento
a un objetivo o trazar una red de colaboradores de éste. El diario aseguró que
el programa, de nombre en clave PRISM, no se ha hecho público en ningún
momento, aunque lleva operando desde 2007.
La mayoría de las empresas han
salido al paso de esta información, negando que participaran en este programa.
La investigación se realizó después de que el propio Washington Post y el periódico británico Guardian
hubiesen recibido un documento powerpoint que al parecer era utilizado para
adiestrar a los agentes de inteligencia en el uso de PRISM. En este
documento se describe que la obtención de datos se realiza directamente desde
los servidores centrales de las compañías proveedoras de servicios en los EEUU,
por lo que se deja entrever que el programa se ejecuta con la ayuda de éstas.
LAS EMPRESAS LO NIEGAN
Según la información del Post, en
el PRISM participarían voluntariamente Microsoft, Facebook, Google, Apple,
Yahoo, Skype, YouTube, AOL y PalTalk, que ha sido muy útil para el seguimiento
de la Primavera Árabe y de la guerra civil siria. Además, el documento secreto
apunta a que Dropbox podría sumarse “pronto”.
El objetivo del PRISM es recabar
información a través del tráfico internacional - aunque también estadounidense
- que pasa por los servidores de estas compañías en correos electrónicos,
fotografías, audios y vídeos para seguir la pista a un objetivo extranjero o
nacional de interés para la Inteligencia.
Los responsables del PRISM han
tratado de proteger al máximo a los participantes. “El 98 por ciento de la
producción del PRISM se basa en Microsoft, Google y Yahoo. Necesitamos
asegurarnos de que estas fuentes no sufran daños”, dice el documento secreto.
La mayoría de las nueve empresas
citadas por 'The Washington Post' han desmentido ya que hayan permitido a la
Inteligencia estadounidenses acceder a sus servidores centrales. Microsoft, que
según el diario estadounidense fue el primero en sumarse al PRISM, ha asegurado
que no participa voluntariamente en ninguna campaña de recolección de datos del
Gobierno y que solo cumple “con solicitudes sobre cuentas o identidades
específicas”.
“No hemos proporcionado a ninguna
organización gubernamental acceso directo a nuestros servidores”, ha dicho el
jefe de Seguridad de Facebook. “Cuando recibimos una solicitud de ese tipo, la
escrutamos cuidadosamente con la legislación vigente”, ha aseverado.Google, en la
misma línea, ha negado tajantemente que haya creado una “entrada secret”a para
la Inteligencia estadounidense, subrayando que nunca ha dado semejante acceso a
los datos de sus usuarios.
“Nunca hemos oído hablar del
PRISM”, ha sostenido, por su parte, un portavoz de Apple. “No damos acceso a
nuestros servidores a ninguna agencia gubernamental y cualquiera que quiera
hacerlo debe traer una orden judicial”, ha subrayado.Yahoo, a través de un
comunicado, ha dicho que se toma “muy en serio la privacidad de los usuarios”.
En el mismo Washington Post se
duda de la veracidad de estos desmentidos. Eugene Robinson, columnista del
diario, se cuestiona el concepto de privacidad. “Tal vez esa idea vieja de que
el gobierno es respetuoso con los asuntos de cada individuo es una pintoresca
reliquia de otra época. Las cámaras de vigilancia nos observan mientras
caminamos por la calle y toma fotos de nuestras placas cuando nos dirigimos a
través de las plazas de peaje. Dejamos un rastro electrónico cada vez que
utilizamos nuestras tarjetas de cajero automático. Nuestras vidas se registran
de una manera que era imposible en otros tiempos, y la historia sugiere que no
hay vuelta atrás”.
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