Para ser
buenos vendedores debemos hacer un análisis del producto y del cliente. Aquí te
ofrecemos algunos consejos para tener más éxito a la hora de vender.
Consejos para ser un buen vendedor
Se dice que el arte de vender es algo con que debes nacer, y parte de ello es verdad. Hay quienes han nacido con el gusto y con la facilidad de vender lo que sea, mientras que los demás pueden aprender algunas buenas técnicas y trucos para facilitar esta labor de intercambio comercial.
Ser honestos a la hora de vender
Hay quienes recurren a artilugios y mentiras a la hora de vender. Lo cierto es que son herramientas absolutamente innecesarias pues, como sucede con la publicidad, no se trata de engañar a alguien y de darle un producto que no es el explicado, sino que se trata de fomentar el deseo en la mente del comprador.
Conocer el producto para saber venderlo
Lo primero a tener en cuenta a la hora de vender es creer en el producto. Aunque se trate de uno que no es indispensable ni necesario, debes creer en el aporte beneficioso que el elemento o el servicio tiene para ofrecer.
A la hora de vender es bueno creer en el producto, y también conocerlo. De este modo, podrás responder todas las preguntas que el comprador potencial pudiera tener. Nuevamente: si mientes, podrías terminar por perder al cliente, y a todos sus referidos. En cambio, infórmate y aprende sobre el producto de la venta, para poder ofrecerlo de una manera honesta. También, conociendo las características del producto, podrás hallar nuevos usos, situaciones ideales para ello, o bien encarar la venta desde un ángulo más apropiado.
La marca y la empresa productora son otro tema de interés. Si no tienes nada bueno por comentar sobre este aspecto, entonces no digas nada: lo último que quiere el cliente es escuchar al vendedor despotricar sobre su jefe. Procura hablar bien o de manera neutral de la marca, conocer sus detalles y su historia, y enfoca tu discurso en los beneficios y propiedades del producto en venta.
Conocer al comprador
Finalmente, recuerda que todo proceso comercial se da entre dos partes. Por mucho que conozcas, creas y confíes en el producto, si no tienes en cuenta al comprador potencial todo intento será en vano. Imagina si fueras a vender un producto exitoso a un país donde no hablas la lengua y no conoces las costumbres: por mucho que muestres el producto, es difícil que alguien venga a comprártelo.
Por tal motivo, debes conocer a tu comprador potencial, reconocerlo, anticiparte a su modo de vida y a sus costumbres, para así enfocar el discurso de ventas a partir de lo que a tu cliente le interesará, para que pase de ser potencial, a ser real.
Habla "en su idioma", es decir: si el comprador está interesado en lo técnico, no te enfoques en el aspecto emocional, céntrate primero en la información rígida: datos, historias, valores, niveles y hasta en el proceso de producción. Así atraparás la atención del compradorinmediatamente.
En cambio, si intentas vender los chocolates rellenos del ejemplo anterior, entonces procura atender al aspecto emocional: a la delicia de compartir el chocolate con el ser amado, demuestra el bello embalaje en el que se ofrece, indicando que es ideal para hacer un regalo, etc.
Si se trata de un cliente que no es un consumidor habitual, entonces centra el discurso en que siempre es bueno tener delicias en casa para agasajar a los invitados, en que se mantiene bien guardado en tales condiciones, pudiendo estar siempre a mano para cuando lo quiera, o bien destaca la capacidad de usarlo con otros fines, como guardar dicho chocolate para cocinar y hornear galletas.
De este modo, hablando el idioma del comprador, podrás anticiparte a sus gustos y necesidades, y fomentar el deseo por la compra. Creyendo en el producto y ofreciendo un precio justo y accesible de acuerdo al cliente, seguro podrás encarar ventas exitosas y aumentar tu rendimiento como vendedor... sin importar lo que ofrezcas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario