Es clave para tu desarrollo profesional y para tu vida personal
¿Quieres hallar una nueva pareja o atraer a un nuevo socio para un proyecto especial en el año que está por comenzar?
Si es así, tienes que aprender a enviar las señales correctas. Tu forma de hablar, tus acciones, tu actitud y tu manera de vestir pueden incidir en ello.
Es así como funciona: si eres negativo, atraerás a personas negativas. Si eres agradable y equilibrado, atraerás a personas de iguales características.
Sin embargo, tienes que analizar todos los aspectos. Por ejemplo, si eres demasiado optimista y positivo, y tienes paciencia para escuchar los problemas de los demás, puedes atraer a personas negativas. Tu amabilidad puede convertirse en tu perdición.
Si quieres calificar cómo va tu vida, basta con que analices el círculo de las personas con las que te relacionas. Si entre ellas no hay gente confiable que pueda darte apoyo, ¡despierta!, tal vez estás enviando una señal errónea: que no eres la persona más emocionalmente sana en el mundo.
Asumir el control de tu mundo, obliga a otros a cambiar la forma en la que se relacionan contigo, ayúdate siguiendo estos pasos de autoanálisis:
- Examina tus pensamientos: La dirección que ha tomado tu vida está impulsada por tus pensamientos. Recuerda que fijas tus metas y controlas tu tiempo con base en esos pensamientos.
- Analiza tu forma de hablar: ¿Hablas constantemente sobre tus problemas? ¿Actúas a menudo de forma frívola y nunca en serio? Tu manera de hablar envía señales potentes al mundo que te rodea.
- Reflexiona sobre tu rutina diaria: ¿Es estructurada la forma en la que se desarrollan tus actividades diarias? ¿Te distraes con frecuencia y buscas más formas de relajarte?
Todos hemos escuchado el consejo de que debemos pretender ser la persona que deseamos ser, que tenemos que “fingir hasta que lo logremos”. Sin embargo, la clave para lograr el éxito es que vayas tomando medidas específicas. Tendrás que llevar a cabo muchos cambios pequeños para ver qué funciona.
Aunque todos tenemos amistades que tienen alguna necesidad o que son negativas o bien que necesitan algún tipo de consuelo, no queremos ser arrastrados por ellas. No es justo para nosotros.
Solemos vivir sobre la base de la fortaleza de la gente que nos rodea. Todos, desde una tía prudente hasta nuestro financieramente competente jefe, desempeñan un papel en lo que hacemos y lo que damos.
Si dedicamos tiempo a reflexionar sobre nuestro círculo de relaciones, podemos definir varias formas para corregir lo que no está funcionando.
“Solía reunirme con mucha gente divorciada porque yo también me divorcié en 1991”, dice una mujer que pidió ser nombrada por su primer nombre, Julie. “Todos nos compadecíamos por nuestro dolor y sufrimiento, y la verdad que eso nos hacía sentir bien. Algunas de esas personas todavía se reúnen para hablar sobre el fracaso de sus matrimonios. Pero yo seguí mi camino.”.
Julie sabía que tenía que dejar de proyectarse como víctima. “Han pasado más de 20 años desde mi divorcio”, dice. “Acabo de celebrar el décimo sexto aniversario de mi segundo matrimonio. Tengo 10 años con mi exitosa empresa. Cuando cambié, empecé a moverme en círculos diferentes y a elegir la mejor gente que uno puede imaginar”.
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