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martes, 25 de febrero de 2014

¿Estamos próximos de una nueva Edad de Hielo?


Científicos esperaban un gran aumento en la actividad del Sol en este momento, lo que podría complicar considerablemente la vida en la Tierra en algunos aspectos. Resulta que el Astro Rey contrarió los pronósticos. Ahora, los mismos hombres de ciencia están preocupados por lo contrario: la actividad de la estrella alrededor de la cual nuestro planeta orbita disminuyó mucho. Algunos incluso hablan del inicio de una Pequeña Edad de Hielo, como se conoce al período comprendido entre los siglos 17 y 19, que marcó las más bajas temperaturas jamás registradas en el hemisferio norte, matando a miles de personas y congelando ríos, lagos y canales en regiones en que esto nunca había sucedido con tanta intensidad desde la Edad de Hielo propiamente dicha.
Algunos estudiosos dicen que una prueba de ello es el hecho de que los inviernos serán mucho más fríos de lo normal a partir de ahora, como sucede en el hemisferio norte.
Especialistas de todo el mundo temen que el Sol esté entrando en el período llamado Mínimo de Maunder: una baja en la incidencia de las manchas solares y de la actividad total de la estrella – que, tal vez no por casualidad, coincidió con la Pequeña Edad de Hielo.
Esta disminución de actividad, cuando se esperaba que alcanzara el máximo, está sucediendo con una rapidez fuera de lo común, de acuerdo con la comunidad científica. En una entrevista con la red de comunicación BBC, Lucie Green, un científico espacial de TheLondon College University, dice que “cuando una estrella se vuelve muy inactiva, podría significar que esta enfriándose”, refiriendo que el Sol está más débil como “una bola durmiente de gas en el centro de nuestro Sistema Solar”. También a BBC, el físico Richard Harrison del Laboratorio Rutherford Appleton en Oxfordshire, se mostró muy sorprendido: “En más de 30 años como físico solar, nunca vi nada igual”.
                                                                                                                                          La incidencia de la radiación solar influye en la acaurora-borealtividad de los satélites artificiales y sistemas de comunicación basados ​​en ellos – como los dispositivos GPS que utilizamos en los automóviles. Los científicos están estudiando cómo estos sistemas operarán en estas nuevas condiciones y otros efectos – esperan, por ejemplo, un aumento de la aurora boreal, el bello espectáculo de luces en el cielo del extremo norte del planeta (foto al lado).
Algunos ven en la baja incidencia solar una clara señal del fin de los tiempos:
“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.  Mateo 24:29
Este y otros fenómenos espaciales a punto de suceder son claramente mencionados en  la Biblia, como parte de la Gran Tribulación: más allá del Mínimo de Maunder, también se espera en breve, a partir de 2014, una serie de eclipses lunares totales – que muchos creen ser las llamadas Lunas de Sangre mencionadas en Apocalipsis.

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