- La cadena CBS alerta del peligro creciente de burbuja inmobiliaria china.
- 'Si explota será un desastre', afirma el mayor constructor del país
Hace
quince años, el Gobierno chino abrió la veda para que los ciudadanos pudieran
adquirir su propia vivienda y que así pudieran convertirse en yezhu (propietarios,
en chino). Entonces, el régimen capital-comunista creía que cerca de 400
millones de ciudadanos se mudarían del campo a la ciudad y del mundo rural
interior a la costa. Las posibilidades de hacer negocio eran infinitas y el
sector de la construcción disparó sus constantes vitales. Tres lustros después,
el resultado de aquella invitación al desarrollismo son decenas de
ciudades fantasma, urbanizaciones vacías y casas cerradas salpicadas por todo
el país.
"Las
autoridades podrían haber propiciado la mayor burbuja inmobiliaria jamás
creada en la historia de la humanidad", destaca un reportaje de la cadena norteamericana CBS, que arrastrará a millones
de familias que han invertido en el mercado inmobiliario los ahorros de tres
generaciones y dejará sin empleo a buena parte de los 50 millones de
trabajadores que ocupa. Actualmente la construcción de edificios supone
entre el 20% y 30% de la actividad económica del país y, al año, se construyen
entre 12 y 24 ciudades nuevas.
Que la
burbuja china está a punto de estallar no es una idea solo de los analistas o
de los críticos de la especulación inmobiliaria, sino de Wang Shi,
magnate de Vanke, el mayor constructor de viviendas del
país. "Hay una burbuja y eso es un problema. Si explota será un
desastre", señala el empresario sin pestañear.
Wang Shi,
presidente de Vanke, la mayor inmobiliaria de China. | E.M
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"Un apartamento medio en Shanghai cuesta el equivalente a 44 veces el
salario medio anual de un trabajador chino", espeta la periodista de la
CBS.
- "Incluso más", apunta Shi.
- "Hay muchos promotores que dejan sus construcciones a medias", replica la periodista.
- "Sí, eso es un problema. Un enorme problema", concluye.
- "Incluso más", apunta Shi.
- "Hay muchos promotores que dejan sus construcciones a medias", replica la periodista.
- "Sí, eso es un problema. Un enorme problema", concluye.
"Hay una burbuja y eso es un
problema. Si explota será un desastre"
Los
mismos medios que han glosado la burbuja inmobiliaria española
buscan fenómenos similares a la crisis inmobiliaria yanki. Aquí han sido Seseña o Valdeluz. En China, la CBS se traslada a TianJin,
al norte del país, donde se muestran esqueletos de rascacielos cuyas obras
llevan meses paradas. Rascacielos y largas avenidas sin asfaltar donde no hay
señales de actividad y que despiertan las dudas sobre si la parálisis
del sector se debe a una crisis de crédito o a que los constructores las han
abandonado porque saben que no van a conseguir venderlas.
El
Gobierno chino fijó una serie de medidas para evitar la escalada de precios de años atrás y, el
año pasado, los precios cayeron levemente y hubo protestas . Pero, "como
en Estados Unidos [y en España], los chinos son incapaces de pensar en que la
vivienda puede caer", señala el reportaje.
-
"¿Los compradores se han manifestado alguna vez delante de sus
oficinas?", preguntan a Wang Shi
- "Sí, a menudo. Si la burbuja explota puede haber un estallido social. Esperemos que los líderes supremos sean lo suficientemente inteligentes para resolver la situación, pero será impredecible".
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