- Fallece a los 87 años el
empresario Tomás Maestre Aznar, artífice de La Manga
- La crisis de los setenta y
la ley de costas trucaron su faraónico plan
- 'Era mi sueño de juventud.
Donde no hay aventura, nunca habrá beneficio'
Si los Banús
construyeron Marbella, Tomás Maestre Aznar fue el padre de La Manga del Mar
Menor, el gran hito turístico en la costa murciana, junto a base militar de San
Javier. Abogado y empresario del sector urbanístico, falleció en la noche del
miércoles 17, en Madrid, a los 87 años de edad.
Madrileño,
nacido en 1925, se crió en el seno de una familia de empresarios y
políticos. Su padre, José Maestre Plaza, fue ministro durante el gobierno de
Maura y yerno del empresario Miguel Zapata Sáez propietario de yacimientos
mineros de la sierra de Cartagena-La Unión y socio de la multinacional Sociedad
Minero Metalúrgica de Peñarroya (SMMP), adquiriendo de ésta sus pertenencias en
Portmán.
Tras la
guerra civil la familia había perdido su patrimonio fabril, conservando
únicamente propiedades en Cartagena, incluidas algunas al norte de San Javier.
Recibió el apoyo de Fraga para
impulsar su proyecto
Maestre,
que había hecho sus pinitos inmobiliarios en Madrid y la Costa del Sol, estudió
Derecho y se licenció en 1948, al tiempo que se hacía cargo del patrimonio
familiar agrícola.
Con el
despertar de la dictadura, en 1956 compró a su tío, Tomás Maestre Zapata, los
derechos de La Manga Norte. No sin litigios y disputas familiares -se le acusó
de emplear técnicas poco transparentes- hizo lo propio con otros familiares del
numeroso 'clan Maestre' y José Celdrán, dueño de La Manga Sur y parte
del Cabo de Cabos, para comprar el brazo de tierra completo.
Hito turístico
Con los
títulos de propiedad en la mano contactó con el conocido arquitecto Antonio
Bonet e inició los trámites para construir su faraónico proyecto, diseñado
para 70.000 personas, para lo que contó con el respaldo de los dos
ayuntamientos implicados (San Javier y de Cartagena), el de varios a promotores
locales e incluso del ministro de Turismo, Manuel Fraga, que visitó La
Manga en 1962.
Su
mega-proyecto fue respaldado con entusiasmo a nivel local, pero no por la
Diputación de Murcia, cuyo presidente tenía familiares que en ese momento
litigaban con el empresario.
Pero el
gobierno militar sí le respaldó. En 1963, por arte de magia la zona pasa a
convertirse en Centro de Interés Turístico, pierde cualquier tipo de protección
y Maestre, solucionados los aspectos financieros y de suministro de agua,
inicia las obras de la urbanización de Los Cubanitos, Hoteles Entremares
-el primero de los hoteles, construido en 1966- y Galúa, así como los
bungalows.
Después,
entró en contacto con el magnate norteamericano Gregory Peters, con
quien explota el negocio del golf en Atamaría. En él se involucraron la familia
de Severiano Ballesteros y Jack Nicklaus.
A finales de los 70, tuvo que
desprenderse numerosas propiedades, que cayeron en manos de promotoresMaestre hizo y deshizo en La Manga al abrigo de la dictadura, pero la crisis de los 70, las fuertes inversiones y algunos negocios ruinosos, como el casino, le obligaron a desprenderse de numerosas propiedades, que cayeron en manos de promotores. El plan de Maestre y Bonet sucumbió pasto de planes parciales que alimentaron la especulación en la zona y el destrozo del litoral a pasos agigantados.
Otro de
los frenos de los planes de Maestre fueron los deslindes y desclasificaciones
de terrenos la Ley de Costas de los años 80, que criticó con dureza, pues le
obligó, por ejemplo, a desmantelar la carretera que unía la Isla del Ciervo
-de su propiedad-, con la restinga. Maestre siempre defendió la propiedad
privada del litoral. La ley también había desclasificado como zona urbana la
antigua Bahía del Vivero, en la zona de Cartagena, que Maestre había desecado y
rellenado.
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