Para ser buenos vendedores debemos hacer un análisis del producto y del cliente. Aquí te ofrecemos algunos consejos para tener más éxito a la hora de vender.
Consejos
para ser un buen vendedor
Se dice que
el arte de vender es algo con que debes nacer, y parte de ello es verdad. Hay
quienes han nacido con el gusto y con la facilidad de vender lo que sea,
mientras que los demás pueden aprender algunas buenas técnicas y trucos para
facilitar esta labor de intercambio comercial.
Ser honestos
a la hora de vender
Hay quienes
recurren a artilugios y mentiras a la hora de vender. Lo cierto es que son
herramientas absolutamente innecesarias pues, como sucede con la publicidad, no
se trata de engañar a alguien y de darle un producto que no es el explicado,
sino que se trata de fomentar el deseo en la mente del comprador.
A veces nos
toca vender un producto que no es "indispensable", de hecho a menudo
ni siquiera es necesario. Por eso, no podemos, y no debemos intentar venderlo
engañando al consumidor diciéndole que no podrá vivir sin él. En cambio,
debemos comprender cuál es el deseo por el mismo. Así, comprendiendo qué es lo
que fomenta el gusto por "tener" ese producto específico, podremos encarar
una venta exitosa, honesta y justa.
Conocer el
producto para saber venderlo
Lo primero a
tener en cuenta a la hora de vender es creer en el producto. Aunque se trate de
uno que no es indispensable ni necesario, debes creer en el aporte beneficioso
que el elemento o el servicio tiene para ofrecer.
Analicemos
eso con un ejemplo. Si vendes leche o azúcar, alimentos básicos, sabes que la
venta se hará casi por cuenta propia. No debes engañar ni aplicar técnica
alguna, pues se trata de alimentos que el consumidor "necesita". En
cambio, si vendes chocolates rellenos, se trata de alimentos que las personas
no "necesitan", sino que "quieren". El primer paso,
entonces, es conocer cuál es la delicia de este chocolate relleno, para poder
encarar la venta desde ese aspecto.
A la hora de
vender es bueno creer en el producto, y también conocerlo. De este modo, podrás
responder todas las preguntas que el comprador potencial pudiera tener.
Nuevamente: si mientes, podrías terminar por perder al cliente, y a todos sus
referidos. En cambio, infórmate y aprende sobre el producto de la venta, para
poder ofrecerlo de una manera honesta. También, conociendo las características
del producto, podrás hallar nuevos usos, situaciones ideales para ello, o bien
encarar la venta desde un ángulo más apropiado.
Si vas por
allí intentando vender algo que te parece innecesario, de mala calidad, o que
proviene de una empresa poco exitosa, entonces tú mismo minimizarás las
posibilidades de venderlo. En cambio, procura "enamorarte" un poco
del objeto o servicio a vender.
La marca y
la empresa productora son otro tema de interés. Si no tienes nada bueno por
comentar sobre este aspecto, entonces no digas nada: lo último que quiere el
cliente es escuchar al vendedor despotricar sobre su jefe. Procura hablar bien
o de manera neutral de la marca, conocer sus detalles y su historia, y enfoca
tu discurso en los beneficios y propiedades del producto en venta.
Conocer al
comprador
Finalmente,
recuerda que todo proceso comercial se da entre dos partes. Por mucho que
conozcas, creas y confíes en el producto, si no tienes en cuenta al comprador
potencial todo intento será en vano. Imagina si fueras a vender un producto
exitoso a un país donde no hablas la lengua y no conoces las costumbres: por
mucho que muestres el producto, es difícil que alguien venga a comprártelo.
Por tal
motivo, debes conocer a tu comprador potencial, reconocerlo, anticiparte a su
modo de vida y a sus costumbres, para así enfocar el discurso de ventas a
partir de lo que a tu cliente le interesará, para que pase de ser potencial, a
ser real.
Habla
"en su idioma", es decir: si el comprador está interesado en lo
técnico, no te enfoques en el aspecto emocional, céntrate primero en la
información rígida: datos, historias, valores, niveles y hasta en el proceso de
producción. Así atraparás la atención del comprador inmediatamente.
En cambio,
si intentas vender los chocolates rellenos del ejemplo anterior, entonces
procura atender al aspecto emocional: a la delicia de compartir el chocolate
con el ser amado, demuestra el bello embalaje en el que se ofrece, indicando
que es ideal para hacer un regalo, etc.
Si se trata
de un cliente que no es un consumidor habitual, entonces centra el discurso en
que siempre es bueno tener delicias en casa para agasajar a los invitados, en
que se mantiene bien guardado en tales condiciones, pudiendo estar siempre a
mano para cuando lo quiera, o bien destaca la capacidad de usarlo con otros
fines, como guardar dicho chocolate para cocinar y hornear galletas.
De este
modo, hablando el idioma del comprador, podrás anticiparte a sus gustos y
necesidades, y fomentar el deseo por la compra. Creyendo en el producto y
ofreciendo un precio justo y accesible de acuerdo al cliente, seguro podrás
encarar ventas exitosas y aumentar tu rendimiento como vendedor... sin importar
lo que ofrezcas.
http://trabajo.comohacerpara.com/n4444/como-vender-un-producto.html
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