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jueves, 16 de enero de 2014

Mayoría o minoría, ¿quién es usted?

     Jesús apareció, después de Su resurrección, ante más de 500 personas.
En 1 Corintios 15:6 dice que ¡Él Se les apareció a más de 500 hermanos de una sola vez!
Jesús resucitó y, durante 40 días, conforme dice Hechos 1:3, dio pruebas irrefutables de Su resurrección: predicó el Reino de Dios y les dijo que esperasen el derramamiento del Espíritu Santo en Jerusalén.
El Jesús Resucitado predicó, insistió y repitió durante 40 días para que el pueblo esperase el descenso del Espíritu Santo en Jerusalén.
El día de Pentecostés, ¿cuántas personas estaban reunidas en el cenáculo en Jerusalén esperando el Espíritu Santo?
La mayoría va a responder:
- ¡500!
Otras responderán:
- ¡Más de 500!
Pero Hechos 1:15 afirma que eran aproximadamente 120 personas. Por lo tanto, ni la mitad de los que vieron al Señor Jesús resucitado, y que Lo oyeron hablar durante 40 días: “No salgan de Jerusalén, ¡esperen la promesa!”
Sí… Ni la mitad obedeció, oyó, practicó, etc.
¿Por qué?
¡Porque Jesús fue muerto en Jerusalén! Y, además de eso, estaban persiguiendo a Sus discípulos y seguidores.
Estar en Jerusalén era una amenaza. ¡Era un SACRIFICIO! Ellos vivían escondidos, perseguidos a causa de la fe.
¿Por qué Jesús no prometió el derramamiento del Espíritu Santo en otra ciudad?
¿Por qué no en Capernaúm, Nazaret o Belén?
Respuesta: ¡Porque no habría ningún SACRIFICIO, ningún esfuerzo! ¡¡¡Y para recibir el Espíritu Santo era necesario el sacrificio de estar en JERUSALÉN!!!
Los más de 500 querían el Espíritu Santo, ¡pero no querían sacrificar! Querían facilidad.
Los casi 120 sacrificaron y, aún siendo amenazados, permanecieron en la ciudad santa.
No importaba la amenaza, la persecución, ¡nada! Aún corriendo riesgo de morir, obedecieron, y quien sacrifica obedece; ¡quien obedece, sacrifica! Si usted quiere el Espíritu Santo o reconoce que necesita ser renovado, va a subir al Monte Hermón, este día 14.
O usted es como la mayoría que no sacrificó – está escuchando al pastor hablar durante varios días sobre la Campaña del Monte Hermón, sobre el Ayuno de Daniel y no toma una actitud, no quiere sacrificar – o usted es como la minoría, los 120 que sacrificaron, obedecieron, probaron que querían el Espíritu Santo, fueron transformados e hicieron historia.
Fueron testigos de Jesús y Lo glorificaron.
Colaboró: Pr. Luciano de Santos

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