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viernes, 8 de marzo de 2013

Buenos negocios y malos negocios

Que algo sea un buen o mal negocio puede entenderse en sentido muy amplio, y existen un montón de ejemplos, a continuación muestro algunos de los que yo creo que son más típicos.


Malos negocios

Vivir un estilo de vida insustentable es un mal negocio. Muchas veces, gastamos el dinero no de acuerdo a lo que tenemos, sino a lo que quisieramos tener. Es decir: vivimos la vida que pensamos que nos mereceríamos en un mundo perfecto, no la vida que nos ganamos realmente.
Estamos constantemente bombardeados por avisos que nos dicen que compremos ésto o lo otro y seremos más atractivos, más felices, más cool, etc. Tener algunas cosas más nos hace más felices a veces, y es agradable la sensación de comprar algo, pero a veces el costo es muy alto y hay que aprender a arreglárselas con lo que uno tiene también.
Algo que ayuda en ésto es el decidir conscientemente cuál es el estilo de vida que tenemos. Claramente para muchos no es el que vemos en las televisión acerca de cómo viven los ricos. Ayuda preguntarse: ¿la gente que gana lo que gana uno, puede permitirse este tipo de gasto?
Endeudarse para consumir es mal negocio. Cuando uno pide dinero, el banco le "cobra" a uno por prestarle el dinero. Por ejemplo, si pides 1.000.000 de soles por un año, al final de ese año pagarás 1.100.000 o más. Si es para hacer un negocio, y el negocio es bueno, entonces vale la pena hacerlo porque lo que ganamos con el dinero es más de lo que el banco cobra por el crédito. Pero si es para comprárnos algo, es decir, para consumo, entonces es mucho más barato ahorrar.
Muchos bancos aplican una regla similar a ésta: si tú tienes un crédito con ellos y haz pagado puntualmente algunas de las cuotas, y de pronto te empiezas a atrasar, te llaman y te ofrecen aumentarte el cupo de crédito para que te endeudes más. Mientras más endeudado tu estés, más dinero pierdes por los créditos. Lo mismo pasa en las tiendas comerciales, donde lo que más ganan ellos es por cobrarte intereses altos por los créditos, mucho más que por la venta de la ropa o los bienes que te venden.
Comprar una casa sin ahorrar lo suficiente es mal negocio. El costo de pedir dinero prestado empeora mucho cuando el crédito es por un plazo largo. Por ejemplo, si uno pide dinero para una casa a 20 años plazo, entonces durante los primeros 8 años solamente paga intereses, es decir, solamente está pagando el precio de no haber ahorrado lo suficiente. Comprar una casa puede ser un buen negocio para tí eventualmente si ahorras lo suficiente para dar una parte importante de pie, y si escoges una casa y un crédito que sean apropiados para lo que tú ganas.
El problema mayor de comprar una casa es que es una inversión que tiene demasiada seguridad, y por lo tanto una ganancia muy pequeña. En los negocios, es necesario arriesgarse al menos un poco para ganar dinero. Tener 100% de seguridad significa tener 0% de beneficios. Por eso, desde un punto de vista estrictamente económico, la mayor parte del tiempo hay cosas mejores que hacer con el dinero que comprar una casa.
Aceptar condiciones laborales abusivas es mal negocio . Esto ciertamente tiene que ver con la aversión al riesgo, con el miedo a perder el trabajo. Hay que tener en mente que existe una tremenda diferencia entre que los que le dan el trabajo a uno le exijan hacer cumplir y ser productivo, y que lo exploten por avaricia. Hay que tener la mente fría y pensarlo como un negocio: cuando uno trabaja para alguien, uno está vendiendo algo, su tiempo; y cuando uno vende algo, tiene que tratar de sacar el mayor precio posible de lo que vende, no es nada del otro mundo. Hasta cierto punto, esto significa que es necesario mantener un cierto nivel de ahorro que permita tener independencia económica para, llegado el momento, dejar un mal trabajo en busca de mejores perspectivas.
Comprar sin comparar precios es mal negocio. Por último, el mal negocio en el que más frecuentemente nos embarcamos es el de no cotizar bien las alternativas y comprar mal. Compramos mal muchas veces porque nos da pereza comparar, y otras veces porque nos dejamos llevar por lo que dice la publicidad sin pensarlo dos veces. Este es un mal negocio perfectamente evitable, que sólo exije el estar atentos.

Buenos negocios

Ahorrar es buen negocio. Tal como endeudarse te empobrece, ahorrar te enriquece. Ahorrar es juntar energía --dinero-- para emplearlo en el momento que es más favorable para uno. Normalmente, esto implica postergar algunas satisfacciones.
Aprender a postergar las recompensas y tener paciencia es algo muy importante. Te voy a dar un ejemplo que te puede ofender, pero es con buena intención. A una foca se le puede adiestrar para que haga ciertos trucos, como equilibrar una pelota, pero es necesario darle un pescado inmediatamente después de cada truco, porque la foca tiene una mente muy de corto plazo y si no le das una recompensa de inmediato, no hace nada. Un delfín, por otra parte, puede hacer una serie larga de trucos, como equilibrarse, saltar, nadar de espaldas, etc, sin necesitar a cada momento una recompensa. El delfín es más inteligente que la foca y puede retener en su mente por más tiempo el hecho de que después recibirá su premio. Los humanos somos el eslabón final en esta cadena y podemos esperar incluso años si es necesario. No necesitamos un pescado cada dos minutos para hacer las cosas que hacemos. Podemos ahorrar y esperar.
Emprender es buen negocio. En materia de dinero, el que no se arriesga no cruza el río. Antes que gastarlo en cosas grandes que no podemos pagar y por las que tenemos que endeudarnos, es mucho mejor negocio juntar e invertir dinero en una pequeña empresa, con familia o amigos, en algún tema de cuál uno sepa mucho, y junto a alguien que sepa hacer negocios. En los mismos 20 años que estarías deslomándote por pagar, por ejemplo, una casa comprada con una hipoteca que solo favorece al banco, puedes usar el pie para iniciar un negocio, trabajar igual de duro, pero para tí mismo, y disfrutar por lo tanto de los beneficios íntegramente.
Emprender no es un camino fácil, por cierto. Implica tomar una serie de decisiones, asumir una cuota de riesgo. La mayoría de los emprendedores trabajan muy duro y son los jefes más exigentes de sí mismos. Al mismo tiempo, obtienen beneficios que jamás tendrían si solamente trabajaran para otro durante toda su vida.
Negociar las condiciones de trabajo es buen negocio. Si trabajar para otra persona, es importante hacerlo en buenas condiciones y con un buen sueldo. En el caso de trabajadores con mayor calificación, técnicos y profesionales, hay algo más márgen de maniobra para sacar un buen precio del trabajo que uno hace. Poder negociar bien exije, por cierto, el tener algo de ahorros para poder tener el tiempo suficiente para buscar un buen trabajo, y no tener que aceptar lo primero que nos propongan. Esto requiere tener paciencia y la mente fría.
En el caso de trabajadores con menos calificación, la única solución para poder negociar bien es unirse. En prácticamente todo el mundo occidental, existe el derecho a negociar colectivamente con los empleadores, y es absurdo no hacerlo cuando corresponde. Cada trabajador por separado tiene muy poco poder de negociación, así que es un asunto de sentido común el negociar en conjunto las condiciones de trabajo y el sueldo. Como en toda negociación, para esto se necesita tener la mayor cantidad de información posible para pedir y obtener sin pasarse por mucho ni por poco.
Comprar informadamente es buen negocio. Afortunadamente, los consumidores podemos explotar la libre competencia a nuestro favor, simplemente comparando precios y condiciones. Por ejemplo: en casi todos los supermercados hay ofertas muy baratas de ciertos productos, pero otros son bastante caros; lo que hace la mayoría es comprar todo de una vez en el mismo lugar, así que pensando que se ahorra termina gastando más, cuando ordenándose y comparando un poco mejor podría ahorrar un montón de dinero.
Otro ejemplo: al contratar un servicio como Internet o telefonía, por ejemplo, las ofertas más publicitadas son muchas veces las más caras y las que dan peores condiciones, vale la pena buscar bien y comparar precios, porque siempre hay empresas pequeñas pero que ofrecen servicios super competitivos y buenos.

Emprendimiento

Si simplemente actuamos ciegamente y por inercia, lo único que haremos será enriquecer a otros a costa nuestra. Dentro de las posibilidades de cada uno, emprender es una alternativa muy interesante.
Lo central es analizar bien las alternativas y, antes de meterse la mano al bolsillo, preguntarse si lo que uno está haciendo es mal negocio, o buen negocio. Es algo que no se enseña en la escuela, pero que hay que aprender pronto.













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