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miércoles, 27 de marzo de 2013

EL CAFÉ PENDIENTE



"Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos en una mesa
   Luego entran   dos personas y piden:
- Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres "pendientes".
   Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van. Pregunto:
- ¿Cuáles son esos “cafés pendientes”?

- Espera y verás.

Luego vienen otras personas. Dos chicas piden dos cafés - pagan normalmente. Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete cafés:

Me dicen:

-Espera y veras. Luego viene otras personas, Dos chicas piden dos cafés

- pagan normalmente. Después de un tiempo, Vienen tres abogados y piden siete cafés:

-Tres son para nosotros y cuatro “pendientes”. Pagan por siete, se toman los tres y se   marchan.

Después un joven pide dos cafés, bebe solo uno, pero paga los dos. Estamos sentados, hablamos y miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol delante  de la cafetería. De repente, en la puerta aparece un hombre vestido muy pobre y  pregunta en voz baja:

-¿Tiene algún “café pendiente”?

(Este tipo de caridad, por primera vez apareció en Nápoles. La gente paga anticipadamente el café a alguien que no puede permitirse el lujo de una taza de café caliente. Allí dejaban en el establecimiento de esta manera no solo el café, sino también comida. Esa costumbre ya ha  salido de las fronteras de Italia y se ha extendido muchas ciudades de todo el mundo).


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