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lunes, 18 de marzo de 2013

Un superhéroe normal

Pasaba con Clark Kent o Peter Parker. Los superhéroes se ocultan bajo el aspecto de una persona normal y en baloncesto ocurre con Juan Carlos Navarro. El escolta azulgrana nunca ha sido el más rápido, el más fuerte o el más atlético, pero sí el más dañino. De sus manos han salido canastas y milagros que llevan desencajando rivales desde hace más de 15 años. Y desde el pasado domingo, es el máximo anotador del Barça en la historia de la ACB.

Supera en la lista de la mitología azulgrana –sin contar la etapa en Liga Nacional– a Juan Antonio San Epifanio. 'Epi' para los más jóvenes o 'Super Epi' para los niños –y no tan niños– de los ochenta. El eterno '15' era otro magnífico tirador, si cabe con el gatillo más lento que su hoy sucesor, pero igualmente efectivo. Dejando rivales enganchados en los bloqueos ayudó a reescribir una sección de baloncesto que ha visto con Navarro sus páginas más gloriosas.

La canasta que lo hizo posible define toda una carrera. El Barça luchaba en los últimos minutos para derrotar a un rival incómodo. Juan Carlos Navarro salió de entre una maraña de bloqueos para recibir, aprovechó la muralla de Nathan Jawai para zafarse de su par. Marcó los pasos hacia canasta y soltó una ‘bomba’ con la mano derecha que encontró el fondo de la red con la misma facilidad de las miles anteriores.

7035 puntos ya llevan el nombre de Navarro, mito del barcelonismo mucho antes y por mucho más que esta muesca en los libros de historia. Lo consigue con retraso respecto al horario previsto, de nuevo por culpa de esas molestias que sufre desde la temporada pasada. Ya no era la espalda, sino la fascitis plantar, el contratiempo que le había tenido cinco jornadas sin jugar, seis sin meter una canasta. Y pese a todo, volvió anotando como si no hubiera parado.

Y a decir verdad nunca lo ha hecho. O cuesta recordarlo. La de este domingo fue una de sus legendarias explosiones. El equipo de Xavi Pascual sufría para despegarse de ese correoso CAI cuando Navarro encendió el generador. Una canasta de dos, un triple, una bomba, tres tiros libres... 17 puntos en el tercer periodo. 28 en todo el partido. El rival, resignado. El Palau, encendido.

Otro duelo roto a manos de uno de los mejores talentos ofensivos que ha conocido el Viejo Continente. "Sabía que estaba cerca y que era algo que pasaría esta temporada", concedió. Pero con Juan Carlos Navarro no se trata de cuándo, sino de dónde dejará su techo. Hace dos meses se convertía en el primer jugador en alcanzar los 3000 puntos en la Euroliga. Ahora es el máximo anotador del Barça en ACB, una liga que tuvo en Epi una de sus primeras estrellas. Todo bajo la apariencia de un hombre normal. De un superhéroe con camiseta de baloncesto.
 

 

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