Centenares de miles de personas siguieron el féretro del mandatario rumbo a la capilla ardiente. Son tres días de homenajes. No se sabe dónde será sepultado. Tampoco cuándo se volvera a votar.
Caracas.
Enviada Especial - 07/03/13
La mujer oculta sus
ojos con unos enormes anteojos y se escuda del sol despiadado de Caracas bajo
un sombrerito rojo, azul y amarillo, pero no puede más y rompe a llorar. “Es
una pesadilla”, murmura. Un poco más allá, una chica de unos 15 años se aferra a
un muñequito de Hugo Chávez con unas banderitas venezolanas y solloza sin
parar. Estas pequeñas escenas se replican en todo Caracas, donde los ciudadanos
comenzaron a despedirse del líder que marcó la política del país y la región
por más de 14 años.
La capital es una
enorme alfombra roja bañada en lágrimas y congoja. Millones de venezolanos
colman las calles para acompañar a su comandante, que será enterrado mañana
viernes en una ceremonia acunada por los presidentes de la región. Cristina
Fernández de Kirchner, junto al uruguayo José Mujica, fueron los primeros en
llegar a Venezuela para los funerales. Arribaron a las 7 de la mañana en el
Tango 01 y llegaron junto al boliviano Evo Morales a la capilla ardiente, donde
los restos de Chávez permanecerán para ser despedidos por un desfile de
venezolanos. Anoche había un cruce de informaciones con respecto a la
mandataria argentina. Se sostenía que permanecería aquí hasta mañana, pero otro
rumor sugirió que regresaría hoy mismo a Buenos Aires sin explicarse los motivos.
Entre tanto en pocas
horas llegará el resto de una extensa lista de personalidades. La delegación de
primeros magistrados incluirá al peruano Ollanta Humala, el nicaragüense Daniel
Ortega y el mexicano Enrique Peña Nieto entre otros.
La conmoción aún
persiste en Venezuela: la gente no se imagina sin el líder omnipresente en sus
vidas. El de ayer fue un día de luto, que se extenderá hasta el martes próximo
y donde se añadieron medidas estrictas de seguridad: hay veda de alcohol, por
temor a incidentes.
El cortejo que
paralizó la ciudad y se extendió siete horas por las calles de la capital
venezolana, comenzó al mediodía desde el Hospital Militar y al son del himno
nacional. Allí, María Gabriela y Rosa Inés, dos de las hijas de Chávez, sus
padres y ministros despidieron al mandatario antes de que el féretro, cubierto
con la bandera venezolana, saliera a las calles. También estuvieron Hugo y
Rosinés, los otros hijos, y también la madre del presidente fallecido, Elena
Frías de Chávez. Todos participaron luego de una ceremonia privada que se
realizó en la Academia Militar, cuando llegó el féretro.
Ayer no se sabía aún
dónde será sepultado Chávez. Tampoco cuándo los venezolanos volverán a votar.
El vicepresidente Nicolás Maduro apareció en el Boletín Oficial local firmando
como “presidente encargado” al disponer los siete días de duelo. El título
sorprendió porque en cualquier caso debería ser la Asamblea legislativa
unicameral la que tendría que otorgarle ese título y ante la cual debería jurar
el propio Maduro. Aqui hay una gran confusión y mucho barullo respecto a la
aplicación de la Constitución chavista. La Carta Magna dice que Maduro no
debería estar a cargo, sino su histórico rival interno, el ex militar Diosdado
Cabello, titular del Parlamento. (ver página 5). En cualquier caso, la
convocatoria a nuevos comicios debería realizarse en los próximos 30 días, y
ese momento se indicaría cuándo, antes de tres meses como máximo, se vuelve a
votar. Todos los límites jurídicos se han vuelto muy flexibles hoy en este país
dolorido.
La gente en la calle,
estaba, sin embargo, muy lejos del debate entre analistas y leguleyos sobre el
destino de la república. La vigilia popular había comenzado en la puerta del
Hospital con una multitud espontánea que crecía a medida que avanzaba el día.
Un mar de camisetas rojas y gorritos con leyendas chavistas inundó la ciudad.
La gente colapsó las avenidas por donde circuló el féretro. Se desplazaban en
camiones colapsados de simpatizantes, motitos zigzagueantes y bicicletas que se
atrevían a cualquier hueco. Como la ciudad, el país todo se quedó paralizado
este día, la jornada posterior al anuncio de Maduro sobre la muerte del líder.
Pocos perdieron la
oportunidad de despedirse del presidente. En el hotel Intercontinental Tamanaco,
donde está alojada la delegación argentina, por ejemplo, advertían que su
servicio de limpieza y otros menesteres estaba en problemas debido a esas
ausencias inevitables. “La operatividad de nuestro hotel se verá afectada por
la posible falta de personal y alguna otra contingencia de orden logístico”,
rezaba una nota en español y en inglés y rogaban comprensión ante la situación
“excepcional”.
Es que la gente está
afuera, en la calle. “El dolor es grande, estamos con miedo y esto es una
pesadilla”, musita entre lágrimas Carmen García, una niñera que luce una remera
roja con la leyenda “P’alante comandante”. “Todavía no podemos asimilar la
muerte del presidente, pero aquí estamos, para acompañarlo y profundizar la
revolución, su legado”, agrega mientras camina rumbo a la capilla ardiente.
Aniceto González se
suma: “Vine a acompañar al presidente. Vine a compartir con él sus últimos
momentos”, dice el carpintero que luce una remera con una leyenda en la que se
definía “orgullosamente chavista”. Cuando se le pregunta si alguien podrá
alguna vez reemplazar el liderazgo de Chávez, responde sin dudar: “En la lucha
política sí, pero en el corazón no, como él no habrá ninguno”.
Muchos lloraban, otros
gritaban, otros cantaban y algunos preferían despedir a su líder en silencio.
Con la caída del sol, el multitudinario cortejo llegó al edificio sede de la
Academia Militar, donde esperaban los mandatarios y se instaló la capilla
ardiente.
Cristina Fernández de
Kirchner, siempre de luto, collar de perlas, consoló allí a las hijas de Chávez
y más tarde, en el lobby del hotel, definió ante los periodistas al fallecido
presidente venezolano como “un liberador de mentes” porque “creyó posible otra
Venezuela”. “El gran legado de Chávez es la inclusión social de los venezolanos”,
señaló.
En las calles de
Caracas hoy no se habla de inflación, devaluación o desabastecimiento, algunos
de los dramas actuales de esta Venezuela que en parte se agravaron por los
rumores de que faltarían productos. La oposición se llamó a silencio respetuoso
pero la batalla política comenzará en pocos días. Algunos tímidos, junto al
cortejo, se atrevieron a ensalzar a Maduro, hoy presidente encargado y
designado por el fallecido Chávez para relevarlo.
“Chavez vive, Maduro
sigue”, decía el lema y comentaban encuestas que le daban al ex canciller un 59
por ciento de los votos en el próximo llamado a las urnas, aun, insistimos, sin
fecha prevista. “La agenda del país esta supeditada al duelo”, aclaró la
profesora de opinión pública de la Universidad Central de Venezuela, Mariana
Bacalao, consultada por la agencia norteamericana AP. Es decir que no
necesariamente habrá elecciones en un lapso inmediato.
Anoche, en la capilla
ardiente miles de venezolanos desfilaban acongojados junto al féretro de
Chávez. La despedida continuará hoy y mañana, el día de la ceremonia oficial.
Aún se debate dónde será enterrado el presidente. El clamor chavista aquí es
que descanse en el mausoleo del gran héroe nacional, Simón Bolivar.
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