Seguramente
esto poco tiene que ver con nuestra temática, pero hay cosas que por mucho que
miremos para otro lado, son tan evidentes que aún con los ojos cerrados,
parecen obvias.
Si hay algo
que molesta a muchas personas es tropezar en la calle con cientos de vendedores
ambulantes que invaden el espacio público, y si hay algo que conmueve a muchos,
es ver a estos mismos vendedores huir de la policía que los persigue como a
verdaderos criminales. Y es que respecto a los vendedores ambulantes, muchos
ven un problema, otros, simplemente un drama social.
Las dos
cosas son preocupantes. Por un lado muchos ven a gente estorbando en la calle,
pero por otro lado se ven unos seres humanos atemorizados por la persecución,
tratando desesperadamente de evitar que le decomisen todo su patrimonio y medio
de vida.
Mirar la
cara de un vendedor ambulantes mientas se esfuerza para vender algo, y mucho
más para evitar ser arrestado y que le apliquen extinción de dominio sobre su
mercancía, que es todo lo que posee, es una escena triste y conmovedora.
Seguramente
quienes toman las decisiones, desde sus cómodas e inaccesibles oficinas y desde
sus lujosos carros con vidrios polarizados, nunca tienen la oportunidad de ver
la realidad de una persona que lucha por subsistir mientas se le trata como
delincuente. La indiferencia y desidia total no les permite ver las necesidades
de quien mandan a perseguir y expulsar de las calles.
Si bien para
muchos, los vendedores ambulantes son un problema, la solución no es privarlos
de su única forma de subsistencia; es como aplicar lo dicho por algún personaje
cuando en un grafiti invitó a luchar contra la pobreza matando a los pobres.
Acabar con
los vendedores ambulantes simplemente expulsándolos por la fuerza, no es una
solución razonable, por cuanto el problema de fondo no es el vendedor, sino la
imposibilidad de ganarse la vida de otra forma. Aquí lo que se está haciendo es
atacando la victima del problema, no el problema como tal.
Cualquiera
que tenga nociones básicas de economía sabrá que la solución al problema de los
vendedores ambulantes, no es el uso de la represión.
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