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jueves, 21 de noviembre de 2013

¿El problema o el drama del vendedor ambulante?


Seguramente esto poco tiene que ver con nuestra temática, pero hay cosas que por mucho que miremos para otro lado, son tan evidentes que aún con los ojos cerrados, parecen obvias.

Si hay algo que molesta a muchas personas es tropezar en la calle con cientos de vendedores ambulantes que invaden el espacio público, y si hay algo que conmueve a muchos, es ver a estos mismos vendedores huir de la policía que los persigue como a verdaderos criminales. Y es que respecto a los vendedores ambulantes, muchos ven un problema, otros, simplemente un drama social.

Las dos cosas son preocupantes. Por un lado muchos ven a gente estorbando en la calle, pero por otro lado se ven unos seres humanos atemorizados por la persecución, tratando desesperadamente de evitar que le decomisen todo su patrimonio y medio de vida.

Mirar la cara de un vendedor ambulantes mientas se esfuerza para vender algo, y mucho más para evitar ser arrestado y que le apliquen extinción de dominio sobre su mercancía, que es todo lo que posee, es una escena triste y conmovedora.

Seguramente quienes toman las decisiones, desde sus cómodas e inaccesibles oficinas y desde sus lujosos carros con vidrios polarizados, nunca tienen la oportunidad de ver la realidad de una persona que lucha por subsistir mientas se le trata como delincuente. La indiferencia y desidia total no les permite ver las necesidades de quien mandan a perseguir y expulsar de las calles.

Si bien para muchos, los vendedores ambulantes son un problema, la solución no es privarlos de su única forma de subsistencia; es como aplicar lo dicho por algún personaje cuando en un grafiti invitó a luchar contra la pobreza matando a los pobres.

Acabar con los vendedores ambulantes simplemente expulsándolos por la fuerza, no es una solución razonable, por cuanto el problema de fondo no es el vendedor, sino la imposibilidad de ganarse la vida de otra forma. Aquí lo que se está haciendo es atacando la victima del problema, no el problema como tal.

Cualquiera que tenga nociones básicas de economía sabrá que la solución al problema de los vendedores ambulantes, no es el uso de la represión.

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