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¿Conoces a
alguien que se dedique de forma profesional al cultivo de plantas aromáticas o
medicinales? En España probablemente pocos podrían contestar con un sí, a pesar
de tener una condiciones climatológicas y orográficas excepcionales para este
tipo de cultivo y de contar ya de forma natural con una gran biodiversidad de
flora autóctona.
El cultivo
de plantas aromáticas y medicinales presenta una gran oportunidad de negocio y
la posibilidad de incorporarse a un sector dinámico con una demanda creciente
que especialmente en el caso de España no ha sido correspondida con un aumento
en la producción de estas plantas, a diferencia de nuestros vecinos europeos,
principalmente Alemania, que según el Dr Joerg Gruenwald a fecha de 2010
alcanzó el 26% del mercado mundial en cuanto a medicamentos elaborados a través
de hierbas.
Según datos
del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) de 2010, de
todos los cultivos ecológicos presentes en España tan sólo los de PAMC (Plantas
Aromáticas, Medicinales y Condimentarias) suponen un 2.28%, alrededor de unas
9614 ha, de los cuales casi el 42% pertenecen a Andalucía, el 26% a Castilla la
Mancha y muy a lo lejos, en tercer lugar con un 11% Murcia.
El uso de
plantas aromáticas y medicinales se remonta hasta tiempos muy antiguos.
Civilizaciones como la egipcia, persa, griega y romana desarrollaron una red de
comercio en torno a ellas, y en la actualidad existe una importante industria
que requiere de estas plantas como fuente de materia prima.
En España
existe una gran superficie de tierras improductivas y abandonadas de las que
una parte son calizas, pedregosas, de escasa fertilidad, y en las que no es
rentable utilizarlas para cultivo. Estas tierras son, sin embargo, un medio
idóneo para el desarrollo de plantas medicinales.
Las plantas
que se consideran medicinales y aromáticas se caracterizan por ser un grupo de
especies con unos ingredientes activos o principios químicos que les provee un
aprovechamiento diferente al de los cultivos tradicionales. En este artículo
vamos a hablar de los posibles aprovechamientos en diferentes sectores industriales.
Sector
Alimentario
Hierbas
secas
Hay
alrededor de unas 110 industrias a nivel nacional, que pertenecen
mayoritariamente a la Comunidad Valenciana y Castilla la Mancha que aprovechan
las plantas como hierbas secas.
Representan
el consumo mayoritario de este tipo de plantas, mediante los condimentos en
frasco como puede ser orégano, tomillo, romero,… La comercialización es en
polvo o en seco y se suelen emplear como potenciadores del color o
conservantes. Se las conoce también como especias y según el tipo de cultivo se
elaboran de partes diferentes de la planta como corteza, rizoma, raíces,
semillas, hojas, yemas, etc.
Por otro
lado, en cuanto a hierbas aromáticas correspondientes a las infusiones su
consumo es cada vez menor ya que no se tienen en cuenta por sus propiedades
medicinales. Un ejemplo de ello es la manzanilla, que además es la única que se
elabora en España.
Hierbas
frescas
En cuanto a
hierbas frescas generalmente son proporcionadas por los sectores hortícolas y
viveristas ya que se trata de especies como perejil, albahaca, cebollino,… y en
los últimos años al haberse incluido en alimentos de cuarta gama ha beneficiado
a la comercialización e implantación de este tipo de plantas en grandes
superficies.
Aditivos
La industria
alimentaria emplea principalmente este tipo de plantas como saborizante y
aromatizante ya que estos dos factores juegan un papel clave en el consumo de
un alimento. Se elaboran a través de los extractos vegetales o aceites
vegetales para dar un mayor valor añadido a los productos y los sectores
industriales que los utilizan son los siguientes:
Bebidas: Se
suele emplear tanto para bebidas alcohólicas como el lúpulo para la cerveza, el
endrino para el pacharán como para no alcohólicas como cítricos y mentas.
Industria
láctica: Para la elaboración de yogures se comienzan a utilizar plantas
medicinales como soja, tila y convertirlos en funcionales. La industria quesera
en cambio los emplean para que contengan una calidad bacteriológica mediante
perejil, comino…
Charcutería:
Se usan numerosas especies como orégano, tomillo, principalmente por su
actividad conservadora y además para aromatizar los alimentos.
Precocinados:
Generalmente se aplican en sopas, salsas de diversas maneras, en forma fresca,
seca, para dar un aroma característico.
Aperitivos:
Fundamentalmente para potenciar el sabor en numerosos productos como galletas
saladas, papas mediante pimentón, ajo, etc.
Aliñadoras:
Actualmente, cada vez más, salen al mercado vinagres y aceites con una serie de
aromatizantes para atraer al consumidor con gustos y olores diferentes.
Alimentos
funcionales
Son aquellos
alimentos que no sólo sirven para la alimentación básica de un individuo sino
que además tienen propiedades beneficiosas para la salud. Las áreas en las que
se está aplicando este tipo de plantas son las siguientes:
Sistema
cardiovascular: Se sabe que algunas de estas plantas tienen elementos como los
fitoesteroles (aceites esenciales de soja entre ellos) y flavonoides (perejil,
mora…) que reducen el riesgo de padecer enfermedades de este tipo.
Prevención
contra el cáncer. Las isoflavonas de la soja, algunas semillas que tienen altos
contenidos de fibra y ajo por sus componentes sulfurados son claros ejemplos
que a medio plazo tienen propiedades beneficiosas para evitar la aparición de
cáncer.
Función
digestiva: Primordialmente se refieren a mejorar la función digestiva mediante
simbióticos y probióticos como el espárrago, ajo que ayudan a el equilibrio de
la flora microbiana.
Medicinal
Farmacia
En las
industrias farmacéuticas, se ha logrado un gran avance en el sector, por la
incorporación de principios activos extraídos a partir de plantas medicinales.
Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) alrededor del 25% de
estos principios activos que se extraen provienen de material vegetal.
Debido a las
propiedades beneficiosas que tienen para la salud, previamente al
aprovechamiento como alimentos funcionales, se ha conseguido durante las
últimas décadas su empleo en esta importante industria.
El
desarrollo de nuevos medicamentos en la industria farmaceútica es un tanto
difuso porque depende fundamentalmente de la investigación en las propiedades
de los vegetales y que posteriormente se puedan reproducir estas moléculas
mediante síntesis para la elaboración en los laboratorios.
Actualmente
a nivel nacional los dos principios activos que presentan un comercio exterior
significativo elaborado a partir de sustancias de origen vegetal son los
alcaloides y los heterósidos.
Fitomedicamentos
En zonas del
mundo como el sur de África y el este de Asia la mayor mparte de la población
resuelve sus problemas de salud con plantas medicinales. Aunque en Europa
también hay una importante tradición, actualmente se suelen comercializar como
jarabes, píldoras, infusiones a través del sector farmaceútico.
Este mercado
está al alza debido a que los consumidores que no está convencidos por el
consumo de medicinas elaboradas sintéticamente, pueden ahora mediante
comprimidos de plantas medicinales realizar un consumo con garantía y mediante
unos principios activos naturales.
Perfumería y
cosmética
Las plantas
aromáticas poseen una serie de químicos aromáticos y aceites esenciales
volátiles que los hacen ideales para el sector de la perfumería y la cosmética.
En europa se comercializan numerosos aceites esenciales extraídos de la lavanda
o salvia o directamente la industria de la perfumería a través de las plantas
de jazmín, rosa realizan ellos mismo la extracción.
Se pueden
usar para perfumería de alta gama aunque en la actualidad presentan algunas
limitaciones con respecto a los ingredientes sintéticos, como el coste y la
coloración de los perfumes. También se emplean en productos para la higiene
personal como geles de baño, champús y desodorantes aunque en la perfumería industrial
es donde se emplean mayores cantidades aromáticas, fundamentalmente como
detergentes y ambientadores.
Herbicidas y
plaguicidas
Antiguamente
se sabía que los extractos de algunas de estas plantas repelen polillas como es
el caso de la lavanda u otros insectos como los mosquitos. Actualmente se están
llevando a cabo proyectos para la extracción de estos extractos para inhibir la
proliferación y el crecimiento de plagas que afecten a los cultivos, ya que
sería muy interesante este hecho desde el punto de vista de la agricultura
ecológica y para realizar tratamientos más sostenibles con el medio.
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