siguenos

martes, 26 de noviembre de 2013

Elimina la grasa sin pasar hambre


Michael Sachs le encanta comer. Antes, cuando ordenaba pizza no se limitaba a dos rebanadas, era muy probable que se comiera hasta seis. "Si escogía espagueti no me conformaba con un plato, tenían que ser tres", asegura.

Hoy a sus 55 años recuerda que hasta hace poco era una persona de 1.95 metros de estatura con un sobrepeso de 105 kilogramos y unos hábitos alimenticios que le habían ocasionado diabetes. "Fui de un doctor a otro y cada uno me prescribía una dotación de medicamentos, pero no resolvía mi problema."

Cuando Sachs acudió al Center for Balanced Health localizado en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, temía por su vida como consecuencia de su padecimiento. "Me era imposible controlar tanto mi forma de comer como el azúcar en mi sangre", agrega.

En ves de pastillas, los especialistas de esa institución le dieron un plan nutricional que comprendía cuatro puntos clave -diseñados especialmente para que nunca experimentara la sensación de hambre. De hecho, Sachs siempre disfrutó comer y hoy ingiere más comida que antes. "Lo más importante", asegura, "fue saber qué y cuando ingerirlo".

"Todos los productos de mi nuevo plan son alimentos comunes y con alto contenido de fibra", explica. "Eliminé los carbohidratos ricos en almidones y procuré ingerir seis platillos ligeros al día en vez de tres abundantes. En la noche cuando me sentía desesperado por algo dulce, comía queso ricota mezclado con canela en polvo, un endulzante artificial, un poco de vainilla y semillas de girasol. El resultado era un sabor similar al de un helado."

En menos de seis meses, Sachs no sólo perdió 10 kilos, sino que el índice de glucosa en su sangre se redujo a menos de 100. Su presión sanguínea y colesterol también descendieron de forma favorable. Además de todo, cada mes ahorró más de 400 dólares que empleaba en la compra de fármacos.

El plan de nutrición que llevó a cabo mantiene un bajo contenido de carbohidratos y satisface tus necesidades de grasa. Pero ocasionalmente puedes comer alimentos "prohibidos" para que no te sientas completamente limitado. Lo más importante es que es muy sencillo incorporar este tipo de dieta a tu vida diaria sobre todo si buscas reducir mucho peso o sólo esos últimos cinco kilos que llevas tiempo tratando de eliminar.


1 Que cada carbohidrato cuente

Los especialistas del Center for Balanced Health recomiendan a sus pacientes el consumo de carbohidratos altos en fibra y bajos en almidones. Pero ¿cuál es la razón? La fibra evita que aumente el nivel de glucosa en la sangre y te ayuda a sentirte satisfecho. Mientras que los otros compuestos hacen lo contrario. Date cuenta de que los alimentos ricos en almidones -como la pasta, el pan y el arroz- suben rápidamente el azúcar en la sangre, lo que representa un gran problema porque este proceso es como un gatillo que obliga al páncreas a disparar un flujo de insulina, la hormona que hace bajar los niveles de glucosa, pero también le avisa a tu metabolismo que debe almacenar grasa.

Las estadísticas demuestran que un tercio de la población tiende a sobreestimular la producción de insulina como consecuencia de su dieta, lo que a largo plazo provoca una disfunción de esta hormona y genera que los niveles de glucosa en la sangre se mantengan elevados. Esta es la razón por la que te sientes hambriento poco después de comer una deliciosa bagel que contiene cerca de 400 calorías. En cambio, si escoges de forma cuidadosa los carbohidratos que ingerirás, como aquellos con alto contenido de fibra podrás estabilizar los niveles de insulina y reducir tu hambre. El resultado final: sólo comerás pocas calorías.

Entonces, ¿cómo elijo los mejores carbohidratos? Son casi todos los vegetales, pero al principio de la lista se encuentran el brócoli, la espinaca, las coles de Bruselas y los pimientos -que además son bajos en almidones. Lo mejor es que como todos estos productos también son reducidos en calorías, puedes comer la cantidad que desees. Otro secreto para identificar los que te convienen es elegir los que cuentan con menor industrialización, los frutos frescos en vez de los enlatados o las nueces crudas en lugar de las tostadas, por ejemplo. Los granos enteros -como centeno, arroz salvaje, avena o cebada- son mejor que los preparados con harina (como los cereales comerciales), aun cuando ésta sea integral.

Seguir estos consejos promueven una mejor salud. Escoger los mejores carbohidratos para incluir en tu dieta, además de reducir el número total de los que ingieres y que sean mejor utilizados por tu metabolismo para producir energía. Ayuda a disminuir también el nivel de triglicéridos en tu flujo sanguíneo, el exceso de este tipo de grasa promueve trastornos cardiovasculares.



2 Escoge productos "limpios"

Con este término nos referimos a aquellos que son producidos naturalmente y están libres de componentes sintéticos. Los alimentos "limpios" no contienen...

Grasas trans

Endulzantes, colorantes o saborizantes artificiales

Conservadores

Pesticidas y herbicidas

Muchas de estas sustancias pueden afectar tu salud, y estamos seguros de que no benefician a tu metabolismo -ni te ayudan a bajar de peso. Por ello no debes consumir comida procesada porque es una enorme fuente de estos ingredientes. Pero, ¿cómo puedes saber cuáles productos no han sido adicionados con esas sustancias? Aquí te damos dos pistas:

Si vienen empacadas en una caja, lata o bolsa transparente (no te preocupes, ésta última también ha sido procesada y contiene conservadores)

Si está preparado con harina, como los cereales, galletas o pan.

3 Come grasa para quemar grasa

Las grasas trans están relacionadas con trastornos de la salud como la obesidad. Las naturales, también llamadas grasas reales, son mejores para tu cuerpo, incluso aquellas que derivan de los animales. Para tu consumo puedes elegirlas de diferentes fuentes, incluyendo:

Aceite de oliva o coco

Res, pollo o puerco de granja (no aquellos que fueron alimentados sólo con granos o soya)

Frutos como el aguacate y aceitunas

Nueces y semillas

Pescado

Así que adelante y sin miedo, cómete un huevo, añade aguacate a tu ensalada, cómete el pellejo del pollo rostizado. Para tu ensalada usa aceite de verdad, no light. Disfruta la grasa, y hazlo sin remordimientos; siempre y cuando las porciones sean razonables, estarás bien. De hecho, en la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, los investigadores descubrieron que ingerir este tipo de alimentos combinado con la reducción de carbohidratos refinados disminuye los factores de riesgo de sufrir un trastorno cardiovascular. Incluso este plan de alimentación es más efectivo en comparación con una dieta baja en grasas saturadas.


4 Engaña y perdona

Nadie quiere ir por la vida sin poder tomar una cerveza o disfrutar un helado de vez en cuando. Por esa razón, este plan de cuatro puntos te permite darte un gusto cada semana con tu alimento preferido. De los alimentos que enumeramos a continuación elige tu preferido y descubre cómo puedes disfrutarlo con responsabilidad.

Helado. Cómete uno después de cenar, cuando pasarán varias horas para que vuelvas a ingerir alimento. Elige aquellos preparados con frutas naturales, que no tienen aditivos. Azúcar, crema y leche deben ser los únicos ingredientes que aparezcan en la etiqueta que acompaña al producto. Limítate a ingerir sólo media taza servida en un bowl, añade frutas o nueces. Hasta que hayas perdido 20% del peso que deseas bajar podrás darte este gusto dos o tres veces por semana.

Cerveza y vino. Aunque continúe la hora feliz en el restaurante después de cenar, tienes que considerar que estas bebidas son un postre, por lo que sólo debes limitarte a consumir 350 ml de cerveza y 150 ml de vino o 20 ml de licor digestivo. Si lo tomas después de los alimentos reducirás la probabilidad de que la debilidad te traicione y rebases esa cantidad. Puedes beberlas una o dos veces por semana (si lo haces más, el descenso de peso será más lento).

Botanas saladas. Una vez a la semana podrás consumir una botana que sea libre de grasas trans como los pretzels o las papas horneadas. Siempre que te des este gusto, acompaña el snack con algún alimento que tenga grasa de lenta digestión para que puedas mantener el control de lo que comes; como una cucharada de crema de cacahuate o mantequilla de almendra, aguacate, queso ricota o hummus.
Estos productos debes evitar

No hay comentarios:

Publicar un comentario