- El Ayuntamiento de Madrid
tiene previsto un despliegue de 250 sanitarios
- Habrá tres UVIs móviles, 12
ambulancias, 10 motos y 16 bicicletas preparadas
- Las incidencias más comunes:
heridas por rozaduras y dolores musculares
- Los antiinflamatorios antes
de la carrera pueden aumentar los calambres
La carrera empieza en la Plaza de Colón y termina en el emblemático Parque del Retiro y, aunque la mayoría de las incidencias sanitarias ocurren en la línea de meta, el Ayuntamiento de Madrid ha ideado un plan estratégico para atender a los participantes y asistentes que lo requieran.
En total, habrá 250 sanitarios a disposición de los participantes del acontecimiento. "Montaremos tres puestos médicos fijos con médicos, enfermeras, personal técnico y material suficiente de diagnóstico (electrocardiogramas, ecografías, etc.) y tratamiento", explica Fernando Prados, jefe del departamento de Proteccion Civil de SAMUR del Ayuntamiento de Madrid.
Además, "tendremos tres UVIs móviles, 12 ambulancias convencionales, 10 motos con desfibriladores y material básico para realizar primeras atenciones; 16 bicicletas con la misma dotación y personal a pie con mochilas" distribuidas por la ruta de los 42 km. A través del autobús CICOIN (Centro Integrado de Coordinación e Información), agrega el galeno, "estas unidades estarán en contacto con la policía municipal, la policía nacional, agentes de movilización (que son los que nos ayudan a despejar las calles) y otros servicios de emergencia (como los bomberos)".
Más percances, en la línea de meta
Por su experiencia en este tipo de eventos, Prados -que lleva atendiendo maratones desde 1995- asegura que entre el 70% y el 80% de los percances que se suelen producir suceden en la meta. "El corredor de maratón es un sacrificado. A partir de los 10km o de los 20 minutos de intenso ejercicio es la fuerza de voluntad la que le ayuda a soportar el cansancio. Tiene como meta completar el recorrido y muchas veces se sobrepasa". Si por el camino "tiene una herida o se notan indispuestos, no paran y aguantan el final antes de pedir ayuda".La mayoría de los daños, "entre 200 y 300 de media", remarca el doctor Prados, tienen que ver con heridas producidas por las rozaduras de las zapatillas o en los muslos, problemas musculares, caídas producidas por tropiezos derivados del cansancio, pequeñas deshidrataciones , síncopes, cansancio y mareos. "Son patologías normales en este tipo de acontencimientos, sobre todo si hace calor, pero siempre tenemos que descartar algo más serio, cualquier otra causa no relacionada con el ejercicio, por ejemplo, las arritmias".
Sólo de forma excepcional, los médicos de estas carreras deportivas pueden encontrarse con deshidrataciones severas o infartos. "Personas que ya tienen las arterias alteradas y, al someterse a este ejercicio tan intenso, se desencadena una angina de pecho. También estamos equipados y preparados para atender estos casos".
Recomendaciones y falsas creencias
Para evitar en la medida de lo posible cualquier contratiempo, el médico del SAMUR hace algunas recomendaciones. En primer lugar, el corredor debe estar entrenado, bien hidratado y correctamente alimentado. "Los días previos conviene no hacer mucho esfuerzo físico, sí pequeñas sesiones y estiramientos para preparar el músculo". Sugiere, además, "comer de todo con moderación, introducir hidratos de carbono (arroz, pasta y legumbres), frutas y verduras y huir de las grasas, ya que implican un metabolismo difícil".Durante y después de la carrera, "los corredores saben que tienen que beber el agua y bebidas isotónicas para hidratarse y recuperar los iones perdidos por el sudor".
En cuanto a la vestimenta y el calzado, algunos consejos: "Nos encontramos muchas ampollas por culpa de camisetas (de tejido duro) que los corredores estrenan ese día. El mismo roce provoca heridas en cualquier pliegue del cuerpo". En definitiva, hay que usar ropa cómoda, suave y que permita la evaporación del sudor. Y las zapatillas, igual, deben transpirar y permitir el movimiento del pie de acuerdo a la forma de trotar de cada individuo.
Lo que no recomiendan los expertos, subraya Prados, es tomar un antiinflamatorio antes de la carrera. Algunos competidores optan por esta vía porque creen que así paliarán dolores musculares. "No son pastillas inocuas. El proceso de analgesia es complejo y tiene sus implicaciones en el metabolismo y en el proceso de recuperación del organismo".
En este sentido, un estudio recién publicado en 'British Medical Journal' (BMJ) demuestra que el uso de los analgésicos para este fin conlleva algunos riesgos. Después de entrevistar a más de 4.000 corredores del Maratón de Bonn en 2010, observaron que los que tomaron esta medicación (el 54%), lejos de experimentar beneficios, tenían más calambres musculares y más dolores intestinales. "Los analgésicos bloquean unas enzimas llamadas ciclooxigenasas que regulan la producción de prostaglandinas, implicadas en la contracción y relajación del músculo", reza el artículo. Es decir, los analgésicos reducen el efecto de las prostaglandinas y, por lo tanto, la protección de los tejidos en momentos de máxima tensión muscular.
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