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miércoles, 10 de abril de 2013

Una familia nefasta – Historia de la familia Tarongí

 
Por Rabino Nissán Ben Avraham

EL POEMA DE LA “CREMADISSA”
En Valls duia sa bandera
i en Tarongí es pendó
amb sos Xuetes darrere
que feien sa processó.


Com es foc li va arribar
a ses rues des calçons
li deia “felet no’t dons
que ta carn no es cremarà”.


I venia gent d’Eivissa
pagesos d’Artà, d’Andratx
perquè es dia sis de maig
vàren fer sa sacorradissa.


(Traducción al castellano:
Valls llevaba la bandera
y Tarongí el pendón
con todos los Xuetes detrás
que hacían la procesión.


Cuando le llegó el fuego
a las arrugas de sus pantalones
ella dijo “¡Felet no te rajes!
que tu carne no se quemará”.


Y gente vino de Ibiza
y agricultores de Andratx y de Artà
porque en el día seis de mayo
hicieron la chamusquina. )


Es este un poema inscrito en 1870 en el calendario catalán, que relata una anécdota del Acto de Fe que tuvo lugar en Mallorca en el año 1691.

“Felet, no te rajes”, dijo Catarina Tarongí a su hermano Rafael (cuyo diminutivo catalán es ‘Felet’), de veintiún años de edad, cuando caminaba desde el convento dominicano, donde ahora está el Parlamento de las Islas Baleares, hasta la Hoguera de los Judíos, cerca de la Plaza Gomila.

EL PRIMER ACTO DE FE

En un primer Auto de Fe que tuvo lugar en el año 1679, la mencionada Catalina Tarongí (mujer de Guillermo Tarongí “Morro fès”) junto con su padre Rafael José Tarongí Aguiló, alias “Felós”, y su madre Francisca Tarongí Martí, sus hermanos Francisco y Guillermo y sus hermanas Isabel (mujer de Agustín Cortés, hijo de Rafael “Bruguea”), Francina Tarongí (mujer de Bartomeu Aguiló Tarongí), y Margalida, además de algunos sobrinos jóvenes y de otros que serían yernos y nueras, habían sido condenados a diferentes penas. Todos ellos habían sido capturados en una redada, después de una denuncia, por haberse reunido en el huerto de Pere Onofre Cortés, hijo de Guillem “Moixina”, para rezar las oraciones del Gran Día Puro (el Yom Kipur), junto con otras doscientas veintinueve personas. El huerto estaba situado entre las Puertas Pintada y de San Antonio, seguramente donde están ahora la Plaça d’Espanya y las estaciones de tren, y fue posteriormente sembrado de sal y erigida en él una lápida que decía:

“Año 1679 fue derribado, arado y sembrado de sal este huerto de orden de la Inquisición por enseñarse en la ley de Moises, nadie la quite, ni rompa esta columna en tiempo alguno para de excomulgación mayor.”

Este acontecimiento causó un hito en la historia mallorquina, y el año 1678, el de la redada, se denominó “el año de la Conspiración”.

LA “CREMADISSA”

Diez años más tarde, en 1688, se producían nuevas detenciones, que condujeron a cuatro Actos de Fe. En el primero, el día 7 de marzo, y en el último, día 2 de julio, hubo solo condenas “moderadas”.

Pero durante la primera semana de mayo, en dos actos de fe (el día 1º y el día 6), treinta y siete Judíos fueron quemados, tres de ellos vivos y los otros treinta y cuatro quemados después de darles garrote, sólo por querer seguir siendo Judíos. Era la llamada “Cremadissa” – la Chamusquina.

Los verdugos de la Inquisición querían hacer un acto de fe cristiana, pero creo que lo que hicieron realmente los treinta y siete judíos fue un acto de fe en la religión de sus ancestros, y especialmente los tres que fueron quemados vivos: el rabino Rafael Valls, y los dos hermanos Catarina y Rafel Tarongí.

Aceptemos como buenas las palabras del autor del gran libro “La Fe Triunfante”, el padre Garau, cuando dice que sólo 300 años después de su conversión forzosa al cristianismo, la mayoría de ellos no sabían nada del judaísmo, y sólo sabía que eran judíos que querían vivir y morir como tales. Yo no digo que sea un gran libro por sus intenciones, sino por el informe incomparable sobre un grupo de judíos que resistió el ataque de los mejores doctores y teólogos de la iglesia, cada uno de ellos, como Garau dice hablando del caso de Catarina Tarongí , “no perdió ocasión ni omitió medio que pudiese conducir para salvarla” ¿Quién sabe a qué torturas se refiere, exactamente?!

Estos dos Tarongí, Catarina y Rafel, tenían, como ya hemos visto, dos hermanos, Francisco y Guillermo, que alcanzaron a huir de Mallorca unos años antes, en 1682 y regresaron al judaísmo en Alejandría tomando los nombres de David y Shlomó. Y dos hermanas, Margalida e Isabel que fueron estranguladas y se quemadas el mismo día seis de mayo. Y otra hermana, Francina, mujer de Bartomeu Aguiló Tarongí, que no murió en ningún Acto de Fe, ya que tanto ella como los padres Rafael José y Francisca, murieron ‘misteriosamente’ en el 1688, cuando fueron detenidos por la Inquisición.

“LASTROSA” FAMILIA

Pero no fue solo el caso de esta “lastrosa familia”, como la llama Garau, o de los treinta y siete judíos quemados. Después de aquella primera captura de 1678, la mayoría escapó de la Inquisición: algunos huyeron al extranjero, otros se relajaron “de Levi”, a la ligera. Otros, la mayoría, pusieron tierra por encima, como sucedió durante los últimos tres siglos, haciéndose los sordos a los gritos de “xuia marrana” y “xuetonarro” que les perseguían doquiera que fueran.
“Felet, no te rajes!”, Dijo Catarina a su hermano, “que tu carne no se quemará”. Tampoco dejaremos nosotros que este terrible Acto de Fe en la Ley de sus antepasados pase al olvido. Su cuerpo sí fue quemado, pero no su espíritu.


APÉNDICE GENEALÓGICO

Francina Tarongí, la hermana de Catalina y de Rafel, fue la madre de Francina Aguiló Tarongí (mujer de Rafel Cortès Cortès “Enric”, que también fue condenado en 1679) y, siguiendo la línea genealógica, sus descendientes fueron Rafel Cortès Aguiló, su hijo Nicolau Cortès Fortesa, su hija Joana Cortès Fuster (mujer de Josep Aguiló Fuster), su hijo Gaietà Aguiló Cortès, su hijo Ramón Aguiló Pinya, su hijo Nicolau Aguiló Bonnín y su hijo Josep Aguiló Bonnín, que fue mi padre.

 


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