En una calle
de Agueda, en Portugal, la luz del verano se ve distinta. Será por sus coquetos
balcones, sus farolas con petunias colgantes o quizá por la impresionante
instalación de paraguas flotantes que cubren toda la calle. Esta sorprendente
decoración filtra el sol de verano y dejan pasar infinidad reflejos
multicolores que enamoran a todo el que pasa debajo de ella.
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