Hay un
pequeño lugar en Nicaragua donde el café se pide tan solo con una mirada o una
seña.
Un café donde reina la paz y el silencio, donde la única regla es no hablar.
Este increíble lugar se llama “El Café de
las Sonrisas”, y lo fundó un español, Antonio Prieto, de 40 años.Un café donde reina la paz y el silencio, donde la única regla es no hablar.
Tal y como cuenta en la revista Yorokobu:
La realidad es que surgió como una alternativa para aquellos chicos con
discapacidad a los que había ayudado durante años pero no tenían salida laboral
después de sus estudios.
“Quisimos dar una respuesta real, y dijimos ¡si no les dan trabajo, lo
creamos! Nosotros ya teníamos un proyecto de elaboración de hamacas y
conocíamos a chicos con deficiencias auditivas; Granada es una ciudad turística
en desarrollo y teníamos el Centro Social cerca del punto neurálgico así que…
un café era una apuesta factible” explica el Tío Antonio, conocido así en toda
Nicaragua. (…)
(…) Actualmente siete chicos con discapacidad auditiva atienden este café,
donde la sonrisa es lo más importante. Detrás de la repisa se puede ver un
alfabeto del lenguaje de signos gigante. Los camareros, incluso, se toman el
tiempo de enseñar al cliente como pedir un café, como decir gracias y por
favor.
Os recomiendo leer el artículo entero en Yorokobu, realmente
merece la pena conocer este original y brillante proyecto.
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