El tratamiento
para vencer el colesterol comienza con un cambio en los hábitos de vida, el
seguimiento de una dieta adecuada y la práctica de ejercicio físico de forma
regular.
El papel de la
alimentación es fundamental en el control del riesgo cardiovascular. En
estudios publicados se ha identificado la relación entre el porcentaje de grasa
saturada de la alimentación y el incremento de riesgo cardiovascular. Por todo
ello, la dieta es una herramienta terapéutica en la prevención y en el
tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
A continuación
detallamos una serie de recomendaciones dietéticas:
· Se recomienda
consumir legumbres un mínimo de 2 días a la semana.
· Consumir a
diario 2-3 raciones de fruta. Se recomiendan enteras, sin pelar (para
aprovechar mejor la fibra).
· Aumentar el
consumo de cereales integrales (pan integral o tostadas integrales, arroz
integral, cereales de desayuno integrales,...)
· Los aceites
vegetales, en especial: el aceite de oliva virgen, de onagra y de borraja.
Reducen el colesterol LDL en sangre
· Consumir un
mínimo de 2-3 días a la semana pescado azul (anchoa, sardina, salmón,
atún,...). Contienen un tipo de grasa llamada omega-3 que aumenta el colesterol
HDL y reduce el LDL.
· Se recomienda
aumentar el consumo de pescado y disminuir el de carne.
· Se puede
consumir 4 huevos a la semana pero no más de una yema al día.
· Se recomienda el
consumo moderado de frutos secos crudos. Son fuentes ricas en grasas
insaturadas o cardiosaludables que reducen el colesterol en sangre. No se debe
sobrepasar la cantidad recomendada, ya que más de la mitad de su peso son
grasas y como tal son muy calóricos y de difícil digestión. Una ración equivale
a 30gr.
· Elegir
preferiblemente las carnes más magras (pollo y pavo sin piel, conejo, ternera
magra, solomillo de buey, lomo de cerdo, caballo, perdiz, codorniz...) y quitar
la grasa visible antes de su cocinado para evitar un exceso de grasa saturada.
· Se recomienda
desgrasar los caldos de carne y ave en frío.
· Evitar las
preparaciones culinarias excesivamente grasas como guisos, estofados, frituras
y rebozados. Se aconseja utilizar la plancha, asado, horno, papillote, vapor,
hervido o escalfado, por utilizar menos grasas.
· Moderar el
consumo de alcohol y aumentar la ingesta de agua. Mínimo 1.5 litros diarios.
· Reducir el
consumo de derivados cárnicos por su alto contenido en grasas saturadas y
colesterol (paté, foie gras, hamburguesas, charcutería...).
· Consumir lácteos
descremados (queso fresco, yogur desnatado y leche desnatada) y evitar los
enteros (nata, queso graso, mantequilla, yogur entero o enriquecido con nata,
helado,...) ricos en grasas saturadas y colesterol.
· Evitar el
consumo diario de bollería, pastelería y platos precocinados por su elevado
contenido en grasas saturadas.
Entre las
fuentes ricas en colesterol (por tanto sería los alimentos a evitar en caso de
hipercolesterolemia) destacan:
· Sesos y vísceras
(hígado, riñón, lengua, corazón,...)
· Caviar
· Langostinos,
gambas y cigalas (sus cabezas)
· Paté o foie gras
· Mayonesa
· Bollería
industrial: croissant, magdalenas
· Mantequilla,
manteca, nata
Entre las
fuentes ricas en grasas saturadas (por tanto sería los alimentos a evitar en
caso de hipercolesterolemia) destacan:
· Mantequillas y
mantecas
· Coco, aceite de
coco, aceite de palma
· Lácteos enteros
(nata, quesos curados y cremosos, leche entera, mantequilla,...)
· Margarina,
grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas
· Chocolate que
contenga menos del 75% de cacao
· Charcutería
(chorizo, salami, sobrasada, bacon, salchichas, butifarra,...)
· Cordero, pato,
ganso, cerdo (parte no magra)
· Para escoger
productos con bajo contenido en grasas se recomienda:
Acudir a la
compra con una lista elaborada con alimentos cardiosaludables
Leer las
etiquetas de los productos alimentarios
Rechazar los
productos con un contenido elevado en grasas saturadas. Pueden estar
introducidas como: grasa saturada, aceites vegetales (si no existe otra
información lo asociaremos a aceites de coco o palma, nocivos para la salud si
se ingieren en exceso) y grasas trans, hidrogenadas o parcialmente
hidrogenadas.
La importancia del ejercicio físico
La práctica de
ejercicio físico es imprescindible para mantener una buena salud y es un buen
aliado para el control del colesterol.
Seguir una
rutina de ejercicio físico adecuado a la edad, sexo y estado físico de cada persona,
disminuye las concentraciones de colesterol malo o LDL y aumenta el
"colesterol bueno" o HDL.
Para que el ejercicio sea efectivo, los cardiólogos
recomiendan, realizarlo durante un mínimo de 30 minutos seguidos, la mayoría de
los días de la semana.
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