El proceso de la creación es tan maravilloso que cada ser es
único e irrepetible, así que comienza a valorarte porque como dice el dicho,
cuando naciste rompieron tu molde. Tú eres único y eso es muy importante, si lo
sabes encontrar y aprovechar. No siempre detectamos a primera vista nuestras
fortalezas y especialidades, así que ponte en ese cometido.
Porque tan pronto
encuentres tu valor único e irrepetible, no te quedará más camino que salir por
todas partes a divulgarlo.
La autoestima
no se gana de la noche a la mañana, y mucho menos debes esperar a que los demás
hagan lo que te corresponde solo a ti mismo. La autoestima nace en el
momento en que tu conciencia se da cuenta de tu valor, y argumentos no te
faltarán para encontrarlo. Ya sabes que eres único, y alguna que otra gracia
habrás hecho en tu vida. Comienza por escribir cada una de las cosas positivas
que tienes, y ten presente que lo que te gusta puede ser un buen punto de
partida porque es un buen termómetro de tus habilidades.
Si te detienes en el aspecto físico, no te concentres en lo que
te falta sino en lo que tienes, y tampoco le gastes energía a lo que tienen los
demás y sientes envidia de ello. La mayoría de las veces nos la pasamos
buscando lo que no se nos ha perdido, y perdiendo tiempo con la envidia en
lugar de agradecer lo que somos. Comienza por valorar y agradecer tu aspecto
físico.
No importa si en el campo mental tienes el coeficiente
intelectual por encima del promedio, y parte de la base que estás en la media
perfecta. Así no te distraerás en falsos espejismos y en creerte superior. Por
el contrario, ponte metas y retos en la vida, al comienzo objetivos pequeños
para que los puedas alcanzar fácilmente, y te felicites con los logros, poco a
poco irás poniendo mayor exigencia para retarte a ti mismo. Recuerda que lo importante
no es vencer a los demás sino superarte a ti mismo.
Las emociones son la chispa de la vida y lo que le añade alegría
y bienestar. No temas en sentir con amplificador y expresarlo sin vergüenza.
Nadie te podrá quitar lo que vivas y sientas, así que comienza a experimentar y
con cada sentimiento positivo fortalecerás al mismo tiempo tu autoestima.
No creas que el campo espiritual no tiene cabida y lugar para
aportar también a tu autoestima. El sentirse parte de un engranaje superior y
tener un lugar en él, es muy importante, así como la misión, el logro y el
dejar huella en la existencia. Todo esto te mantendrá activo y alerta, te dará
nutrientes y razones de seguir en la lucha. Entre más rápido encuentres que el
dar y recibir no es un cuento de niños, y que aceptar el cariño externo te
fortalecerá de la misma forma como lo hará tu amor propio, en ese momento tu autoestima latirá con más
fuerza y vitalidad. Recuerda que tú eres único y eso es un buen punto de
partida.
El proceso de la creación es tan maravilloso que cada ser es
único e irrepetible, así que comienza a valorarte porque como dice el dicho,
cuando naciste rompieron tu molde. Tú eres único y eso es muy importante, si lo
sabes encontrar y aprovechar. No siempre detectamos a primera vista nuestras
fortalezas y especialidades, así que ponte en ese cometido. Porque tan pronto
encuentres tu valor único e irrepetible, no te quedará más camino que salir por
todas partes a divulgarlo.
La autoestima
no se gana de la noche a la mañana, y mucho menos debes esperar a que los demás
hagan lo que te corresponde solo a ti mismo. La autoestima nace en el
momento en que tu conciencia se da cuenta de tu valor, y argumentos no te
faltarán para encontrarlo. Ya sabes que eres único, y alguna que otra gracia
habrás hecho en tu vida. Comienza por escribir cada una de las cosas positivas
que tienes, y ten presente que lo que te gusta puede ser un buen punto de
partida porque es un buen termómetro de tus habilidades.
Si te detienes en el aspecto físico, no te conentres en lo que
te falta sino en lo que tienes, y tampoco le gastes energía a lo que tienen los
demás y sientes envidia de ello. La mayoría de las veces nos la pasamos
buscando lo que no se nos ha perdido, y perdiendo tiempo con la envidia en
lugar de agradecer lo que somos. Comienza por valorar y agradecer tu aspecto
físico.
No importa si en el campo mental tienes el coeficiente
intelectual por encima del promedio, y parte de la base que estás en la media
perfecta. Así no te distraerás en falsos espejismos y en creerte superior. Por
el contrario, ponte metas y retos en la vida, al comienzo objetivos pequeños
para que los puedas alcanzar fácilmente, y te felicites con los logros, poco a
poco irás poniendo mayor exigencia para retarte a ti mismo. Recuerda que lo importante
no es vencer a los demás sino superarte a ti mismo.
Las emociones son la chispa de la vida y lo que le añade alegría
y bienestar. No temas en sentir con amplificador y expresarlo sin vergüenza.
Nadie te podrá quitar lo que vivas y sientas, así que comienza a experimentar y
con cada sentimiento positivo fortalecerás al mismo tiempo tu autoestima.
No creas que el campo espiritual no tiene cabida y lugar para
aportar también a tu autoestima. El sentirse parte de un engranaje superior y
tener un lugar en él, es muy importante, así como la misión, el logro y el
dejar huella en la existencia. Todo esto te mantendrá activo y alerta, te dará
nutrientes y razones de seguir en la lucha. Entre más rápido encuentres que el
dar y recibir no es un cuento de niños, y que aceptar el cariño externo te
fortalecerá de la misma forma como lo hará tu amor propio, en ese momento tu autoestima latirá con más
fuerza y vitalidad. Recuerda que tú eres único y eso es un buen punto de
partida.
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