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lunes, 30 de diciembre de 2013

Comienza con el pie derecho

Día “D”

¿Comienzas mañana a trabajar en una oficina o tienda? ¡Felicitaciones! Es tu mejor oportunidad para establecer desde el principio reglas de juego bien claras. Así como comiences será tu futuro en ese empleo. Tus compañeros deberán saber que no sólo eres “el nuevo” o “la nueva” sino alguien con personalidad y grandes cualidades.
Lo primero es la imagen personal. Lo mejor será que el primer día te vistas en forma correcta y discreta. No uses ropa, accesorios o peinados muy llamativos. Muestra simpatía, pero mantén algunas distancias. Que nadie piense que podrá conseguir de ti cualquier cosa. Ser compañeros de trabajo no implica obligatoriamente que debes ser amigo de todos. La amistad es una relación muy personal y profunda, que no siempre se da entre quienes comparten diariamente las tareas.

Primero conócelos

No te dejes llevar por las primeras impresiones. Espera a conocer a todos antes de establecer preferencias. Si existen problemas en el grupo, lo más probable es que algunos quieran ganarte para su bando y ponerte en contra de los demás. No dejes que nadie te use para sus propósitos.
Si bien los problemas en la convivencia laboral son frecuentes, desde el principio asegúrate de no ser tú quien los provoca más a menudo. Que todos sepan que a ti no te agradan los inconvenientes, y que siempre estarás dispuesto a buscar una solución. Pero cuidado, tampoco muestres debilidad porque esta será una muy mala señal en un ambiente competitivo. Quienes gustan de la pelea, siempre buscan personalidades débiles para poder desafiarlas y confrontar.
Lo ideal es que te muestres firme en tus convicciones, y con predisposición a un permanente diálogo constructivo.

Da el ejemplo

Si tú vas a ser el jefe, no creas que tu posición puede ser la más aliviada. Claro que ser quien manda te permitiría hacer los cambios que tú consideras necesarios para la buena convivencia.
Pero se requiere no sólo de un sillón alto y un título importante, sino de una verdadera autoridad para convencer los demás. Da siempre buen ejemplo. Lo mejor es el equilibrio entre una gran firmeza personal y una amplia voluntad de encontrar acuerdos con quienes tengas bajo tu mando. Todos estarán mejor dispuestos a respetar las reglas si ellos mismos han participado en construirlas. Recuérdalo siempre, sin violencia pero sin debilidades: así es como los mejores líderes llevan a buen puerto los proyectos en conjunto.

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