Uno de los factores que más influyen en la experiencia sonora de nuestros equipos de cine en casa es la colocación de los altavoces en la sala, hasta tal punto que puede que tengamos un equipo de alta gama y muy buenas características y no obtengamos el buen resultado esperado.
En este artículo vamos a tratar de comentar los aspectos fundamentales que tenemos que tener en cuenta a la hora de ubicar los altavoces en nuestras salas para obtener un verdadero sonido de cine.
El principal problema de las instalaciones de cine en casa domésticas es que, en general, no podemos contar con una sala especial dedicada a la visualización de películas que esté perfectamente acondicionada acústicamente hablando y libre de obstáculos que nos permitan colocar los altavoces en el lugar deseado.
En vez de esta situación ideal solemos tener salas con mala acústica y repletas de obstáculoscomo muebles, estanterías, lámparas, sillones, mesitas, televisores de gran formato, etc. que dificultan la situación ideal de los bafles. No obstante, siguiendo las recomendaciones que os vamos a contar deberíamos ser capaces de obtener un sonido más que satisfactorio en la mayoría de los casos.
Trío frontal
En nuestro especial sobre altavoces de cine en casa vimos los diferentes tipos de altavoces frontales y sus misiones a la hora de disfrutar del cine. En las salas comerciales lo habitual es que el trío frontal de altavoces (canal izquierdo, derecho y central) se sitúen detrás de la pantalla microperforada, todos en el mismo plano y dando la sensación de que el sonido viene realmente de detrás de la misma.
En casa las cosas son bien distintas, ya que lo habitual es tener un televisor o una pantalla de proyección convencional detrás de la cual no podemos colocar ningún altavoz. En estos casos tenemos que situar los bafles izquierdo y derecho a ambos lados de la pantalla y el canal central encima o debajo de ésta.
Es necesario que los tres altavoces se encuentren en el mismo plano frontal de emisión de sonido, de forma que podamos minimizar los problemas de difracción ocasionados por los muebles e igualar distancias (aunque esto se puede corregir con el receptor A/V).
El problema que se nos puede plantear aquí suele estar en el plano vertical, ya que el altavoz central muchas veces se encuentra desplazado verticalmente con respecto a los tweeters de las torres o monitores frontales derecho e izquierdo.
Lo ideal sería que estuviesen todos a la misma altura, pero como esto pocas veces es posible, por lo menos debemos tratar de que el altavoz central esté tan cerca de la pantalla como sea posible. Por ejemplo, es un error muy común tener dos torres para los canales frontales principales de una altura de entre 80-90 centímetros y luego poner el altavoz central en el suelo. Esto dará como resultado una escena sonora poco convincente.
El canal central debería estar siempre situado justo enfrente del oyente, con el tweeter apuntándonos directamente y a cero grados con respecto del punto de escucha principal. Esta situación puede hacer que en ocasiones no de la sensación de que el sonido procede de dentro de la pantalla, sino más bien de debajo, sobre todo si tenemos una pantalla muy grande de proyección (100 o más pulgadas).
¿Cómo solucionarlo? Pues hay varias formas. La más sencilla es que los altavoces frontales tengan susección de medios y agudos en una posición ligeramente superior a la del central, en un nivel más o menos intermedio con respecto a la altura de la pantalla.
Para que esta ubicación sea efectiva y de calidad, conviene que los altavoces izquierdo y derecho cuenten con unos agudos algo más remarcados de lo normal, ya que al no estar situados justo a la altura de nuestros oídos perderemos dispersión a altas frecuencias y por tanto podría dar la sensación de un sonido apagado (situación que también se puede solucionar parcialmente con ecualización).
La otra solución pasa por usar alguno de los modos DSP que se suelen incluir en los receptores A/V de nueva generación y que utilizan canales virtuales de posicionamiento para dar la sensación de que el sonido sale de detrás de la pantalla.
Esta solución puede ser efectiva siempre que el modo DSP no aplique ecualización excesiva y siempre que los altavoces de posicionamiento sean de una calidad similar al resto de altavoces, ya que de lo contrario estaremos empeorando la calidad global más que mejorándola.
Y, ¿qué hay de la orientación de los altavoces frontales? Pues depende de cuantos oyentes seamos en la sala. Lo recomendado es que entre el altavoz izquierdo y derecho se forme un ángulo de 60 grados con respecto al asiento central, aunque según como sea nuestra sala y cuántos asientos tengamos podemos variar este ángulo hasta obtener el resultado óptimo.
Altavoces de sonido envolvente
La misión de los altavoces surround o de sonido envolvente es ayudar a recrear una escena sonora realista sumergiéndonos en la acción por medio de la reproducción de efectos de localización, parte de la banda sonora e incluso voces secundarias.
La teoría nos dice que en los sistemas 5.1 los altavoces de efectos deberían estar situados con unángulo de entre 90 y 100 grados con respecto a la esfera imaginaria que envuelve al espectador. Es decir, más o menos detrás de nuestras cabezas apuntando directamente a nuestros oídos.
Esto sería el caso ideal, pero en la realidad no siempre podemos optar por esta disposición, con lo que muchas veces tenemos que colocarlos donde buenamente podamos. ¿Significa esto que no podremos obtener un sonido de calidad ni realista? Pues no tiene por qué, siempre que tengamos en cuenta una serie de detalles.
En primer lugar la altura de los altavoces. Deben estar situados por encima del nivel de nuestras cabezas, de forma que el sonido se distribuya creando un ambiente algo difuso por la habitación. ¿A qué altura? Pues lo normal es que nos digan que entre 50 y 70 cm con respecto a nuestros oídos, aunque esto depende de cómo sea el altavoz y sobre todo de donde tenga el tweeter y la sección de medios, ya que éstos drivers determinarán la altura real de colocación.
Así, en general deberemos tomar como punto para calcular la altura el tweeter, y a partir de ahí orientar el altavoz directamente hacia nuestros oídos (inclinándolo si es necesario) para obtener un sonido más directo, o bien si optamos por un sonido más difuso orientarlo hacia el altavoz de efectos opuesto.
Todo esto varía si los altavoces surround que tenemos son de tipo dipolar, en cuyo caso no tiene sentido orientarlos hacia nuestros oídos, ya que en esa dirección se produce un nulo a ciertas frecuencias medias-graves.
Si contamos con un sistema 7.1, los altavoces surround back o traseros deberían colocarse formando un ángulo de entre 135 y 150 grados, de forma que refuercen y centren la presencia de los efectos en la zona trasera de la sala. Existe también otra posibilidad, que es usar esta ubicación de entre 135 y 150 grados para colocar los bafles surround en sistemas 5.1. ¿Qué inconvenientes presenta? Pues que perdemos una parte del sonido trasero-lateral y los efectos vendrán siempre de la parte trasera de la sala.
Dependiendo de la acústica de la misma y de las características de los altavoces podemos obtener un resultado bastante bueno o muy pobre en efectos traseros, perdiendo gran parte de la presencia surround, por lo que sólo deberíamos optar por esta colocación si no tenemos más remedio.
Lo mejor es que probéis varias configuraciones in situ hasta dar con la que mejores resultados os ofrezca. Para ello os recomiendo, además de pasar los típicos tests de ruido rosa o blanco para establecer el nivel de audición, que cojáis varias películas de diferente estilo (por ejemplo de acción, de misterio, etc.) y probéis hasta obtener unos efectos convincentes a un nivel de volumen adecuado.
Esto último lo debería calcular automáticamente el sistema de corrección acústica de la sala de vuestro receptor A/V. Si no tenéis un equipo con calibración automática, tratad de que en el punto de escucha el volumen de los traseros esté al mismo nivel que el del resto de altavoces.
Ya sé que muchas veces estamos tentados de subirle un poco más el volumen para que se “escuchen con más presencia” y mejorar el nivel de efectos traseros, situación que también se suele dar con el altavoz central para mejorar el nivel de los diálogos. Esto puede ser bueno en algunos casos extremos, pero en general empeoraremos la escena sonora perdiendo parte de esa sensación de “conjunto empastado” que debemos buscar en las instalaciones de cine en casa.
Colocación del subwoofer
Ya hemos comentado muchas veces que el subwoofer es uno de los altavoces más importantes de los equipos de home cinema. Además de reproducir el canal LFE o de efectos de bajas frecuencias, nos ayuda a reproducir los graves que el resto de altavoces de nuestra instalación doméstica no son capaces de alcanzar.
Sin embargo, por el hecho de tratar con frecuencias de menos de 120-150 Hz, los subwoofers se mueven en el rango de longitudes de onda de las dimensiones físicas de nuestras salas, es decir, de las distancias entre paredes y entre suelo y techo.
¿Qué supone esto? Pues que dependiendo de donde coloquemos el subwoofer podemos excitar o no ondas estacionarias en la sala, produciendo incrementos en la potencia de ciertas frecuencias que empeorarán la calidad del conjunto con el típico sonido retumbón que no sabemos muy bien de donde sale pero que nos puede llegar a molestar bastante.
Esto suele darse principalmente a frecuencias de entre 40 y 100 Hz, y es un problema que los sistemas de calibración de sala no suelen ser capaces de corregir de forma automática, o por lo menos no del todo.
Además, a frecuencias inferiores a esos 40 Hz suele darse un problema adicional de resonancias con elementos de la decoración de la sala o de su estructura de construcción. Muebles, paredes, techos, vigas y cimientos pueden vibrar a esas frecuencias produciendo un sonido bastante molesto en algunas ocasiones.
¿Cómo resolver estos problemas? Pues sobre todo este último es bastante difícil, ya que la mejor opción sería aislar acústicamente la sala. No obstante la situación puede mejorar algo si tenemos cuidado con dónde colocamos el subwoofer. En el caso ideal podríamos contar con 2 o 4 subwoofersinstalados en los puntos clave que nos permitieran reducir las resonancias y la creación de ondas estacionarias. Como os podéis imaginar, la mayoría de nosotros no podemos instalar 4 subwoofers en casa, por lo que tenemos que apañarnos con uno.
Aún así, podemos tener en cuenta unos consejos básicos. En primer lugar, no colocarlo justo en las esquinas, ya que en este caso estaremos excitando todos los modos resonantes de la sala.
Si lo vamos a colocar en la parte frontal, lo mejor es situarlo a unos 40-50 cm de las paredes laterales y separándolo un poco de la pared frontal, sobre todo si es de tipo bass-reflex y tiene la salida de aire hacia atrás. No obstante, puede que obtengamos mejores resultados colocándolo en una de las paredes laterales detrás de la posición del espectador y apuntando hacia la pared opuesta.
Todo dependerá de las dimensiones de la sala y de las capacidades frecuenciales de los altavoces frontales, ya que si son de espectro completo en esta ubicación podemos corregir la onda estacionaria longitudinal de la sala, que suele ser una de las más molestas.
Claro que todo esto es en teoría, ya que cuando llegamos a casa y buscamos a ver donde podemos colocar el subwoofer muchas veces las opciones por falta de espacio o estéticas se reducen considerablemente.
Mi consejo es que a la hora de instalarlo por primera vez, primero tratéis de encontrar el punto idóneo. ¿Cómo? Pues os buscáis algún test de frecuencias graves (por ejemplo de esos que van reproduciendo escalas de frecuencias hasta unos 150-200 Hz) y algunas películas o trozos de películas que conozcáis bien y empecéis a hacer audiciones tratando de buscar el punto en el que los graves están lo más controlados posible pero sin perder en impacto ni contundencia.
Para ello retiráis el sillón en el que os sentaréis para ver las películas y colocáis ahí el subwoofer. Le dais al play en vuestro reproductor y escucháis las películas y tests moviéndoos por la sala buscando ese “punto de escucha dulce”, que una vez encontrado será el lugar donde deberemos colocar el subwoofer.
Puede que justo ahí haya algún mueble y resulte imposible colocar el subwoofer. En este caso deberemos buscar el siguiente punto de escucha dulce. Si hay un obstáculo pero podemos situarlo un poco desplazado, digamos a unos pocos centímetros, en este caso podemos jugar con el control de fase del subwoofer (si tiene uno) para terminar de ajustar la posición.
Colocar adecuadamente el subwoofer en nuestra sala puede darnos un montón de quebraderos de cabeza. Incluso puede darse el caso de que lo pongamos donde lo pongamos nunca consigamos una respuesta totalmente plana en la banda de graves, sobre todo si el resto de altavoces no son capaces de ayudarnos.
¿Qué quiero decir? Si habéis seguido el resto del especial recordaréis mi insistencia en que todos los altavoces del home cinema sean capaces de bajar hasta por lo menos 40 Hz. De esta forma tendremos más margen a la hora de ajustar las frecuencias de corte óptimas y minimizar problemas de ondas estacionarias jugando con la posición del subwoofer y con la frecuencia de corte.
En caso de que contéis con este tipo de altavoces con buena respuesta en graves mi recomendación personal (aquí hay mil opiniones diferentes, escoged la que más os guste) es que tratéis por todos los medios de eliminar esas frecuencias que producen un sonido retumbón, aún a riesgo de perder potencia en ellas.
Solemos percibir mayor calidad sonora (o por lo menos nos damos menos cuenta) con una caída puntual a una cierta frecuencia grave que nos resulta problemática (digamos por ejemplo una caída de 9 dB a 40 o 50 Hz) que una elevación de la ganancia de la misma magnitud a dichas frecuencias, algo que llamará inmediatamente nuestra atención y que nos hará estar fijándonos constantemente en el problema.
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