Cuando leí por primera vez el título del libro de Dale Carnegie, “Cómo
ganar amigos e influir sobre las personas” pensé que se trataba de un compendio
de trucos y artimañas para manipular a la gente. Apenas comencé a leerlo, todos
los prejuicios que albergaba respecto a su contenido se desvanecieron por
completo. Y al finalizar su lectura, comprendí que el
material que tenía en mis manos no sólo era de excelente calidad, sino también
una poderosa herramienta para cualquier emprendedor.
En la
primera parte hay una frase que me causó mucha gracia y que de alguna manera
resume todo el libro: “Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena”.
Esto puede sonar obvio, pero pienso que muchos de nosotros no aplicamos este
elemental principio en nuestras relaciones. ¿O acaso, en determinados momentos
de nuestras vidas, no hemos pateado colmenas en busca de miel?
Creo que
el éxito en nuestros emprendimientos, cualesquiera sean, no se consigue nada
más que apelando a cuestiones técnicas propias del rubro al que nos dediquemos.
Es decir, no se trata sólo de ganar dinero, sino de lograr una buena calidad de
vida. Y para eso, necesitamos algo más que frías técnicas de mercadeo; tenemos
que crecer como personas y lograr una relación armoniosa con nuestro entorno,
porque pienso que este es el camino para alcanzar nuestro máximo potencial.
En el
prólogo de su obra, Dale Carnagie lo explica de esta manera:
“Tratar con la gente es probablemente el mayor
problema que se afronta, especialmente si se es una persona de negocios. Sí, y
también si se es un contador, una ama de casa, un arquitecto o un ingeniero. La
investigación y el estudio realizado hace pocos años bajo los auspicios de la
Fundación Carnegie revelaron un hecho muy importante y significativo: un hecho
confirmado más tarde por los estudios adicionales efectuados en el Instituto
Carnegie de Tecnología. Estas investigaciones demostraron que aun en los ramos
tan técnicos como la ingeniería, alrededor del quince por ciento del éxito
financiero de cada uno se debe al conocimiento técnico, y alrededor del 85 por
ciento se debe a la habilidad en la tecnología humana: la personalidad y la
capacidad para tratar con la gente.”
“Durante muchos años dirigí cursos en el
Círculo de Ingenieros de Filadelfia y también en la rama de Nueva York del
Instituto Norteamericano de Ingenieros Electricistas. Por mis clases han pasado
probablemente más de mil quinientos ingenieros. Fueron a ellas porque
comprendieron finalmente, al cabo de años de observación y experiencia, que
frecuentemente el personal mejor pagado en el ramo de la ingeniería no es el
que conoce más ingeniería. Por ejemplo, se puede contar con los servicios
simplemente técnicos de ingenieros, contadores, arquitectos o cualquier otro
profesional, por un salario fijo. Pero el hombre que dispone de conocimientos
técnicos más la habilidad de expresar sus ideas, para asumir la dirección, y
para despertar entusiasmo entre los demás, esa persona tiene posibilidades de
aumentar indefinidamente sus ingresos.”
(Del libro: “Cómo ganar amigos e influir sobre
las personas” de Dale Carnagie)
No hay comentarios:
Publicar un comentario