Muchas veces
en tu camino como emprendedor encuentras información sobre las cosas que debes
hacer o que debes evitar para que tu proyecto tenga éxito. Sin embargo, aunque
es información muy útil que puede cambiar tu negocio, muchas veces no se
mencionan los “peros”. Los “peros” son los que hacen que llegues a casa después
de una charla o que acabes de leer un libro buenísimo y sigas sin hacer nada.
Por eso en
este artículo te quiero comentar tres errores que todos cometemos y que
sabotean tu probabilidad de éxito. No para que no los cometas (porque es casi
inevitable que lo hagas), sino para que sepas reconocerlos y no pienses que tu
no vales para esto o que no estás a la altura de los demás y abandones antes de
tiempo; y, por supuesto, para que sepas qué hacer al respecto.
Error nº 1:
Dejar que la impaciencia te domine
Esto es
especialmente frecuente cuando acabas de empezar. Trabajas mucho, tienes mucha
ilusión, te esfuerzas, te arriesgas y… no ves resultados. Y empiezas a pensar
que tú no vales para esto, que seguro que has hecho algo mal, etc.
Aquí es
donde entra la impaciencia. Hay un tiempo para sembrar y un tiempo para
cosechar, y entre uno y otro tiene que pasar tiempo. Será más o menos
dependiendo del negocio, pero todo necesita su tiempo y hay que ser consciente
de ello. Es normal estar inquieto, nervioso y deseando ver resultados ya, pero
tienes que tener en cuenta que muchas veces lo único que pasa es que necesitas
un poco de tiempo.
Lo que sí es
importante es conocer bien tu negocio para poder diferenciar cuando estás
haciendo las cosas bien y solo necesitas tener paciencia (una pista: cuando ves
movimiento y crecimiento, aunque sea poco a poco) y cuando hay algo que falla
(no haces publicidad, no te centras en lo importante, etc.)
Error nº 2:
La formación infinita
Hay muchos
profesionales que se esconden en acreditaciones y títulos pero no tienen
resultados, no tienen clientes. Formarse es fundamental, eso está claro, y
tienes que estar haciéndolo continuamente, pero siempre con una visión
estratégica. No utilices la formación como excusa porque tienes miedo de entrar
en acción. Esto es muy frecuente en
coaches, que tienen mil y un títulos y ningún cliente. Si no tienes clientes no
eres coach, si no tienes clientes no tienes negocio.
Así que a
partir de ahora, antes de hacer cursos porque sí, piensa “¿qué necesito ahora
mismo para mi negocio?” ¿Necesitas conseguir clientes y no sabes cómo hacerlo?
Apúntate a un curso sobre ese tema o contrata a un mentor. ¿Necesitas
perfeccionar una técnica para mejorar lo que ofreces? Perfecto, apúntate y
mejórala; pero siempre sabiendo lo que haces, con una visión estratégica, no
para rellenar curriculum o para evitar salir al ruedo
Error nº 3:
Compararte con los demás.
Esto es algo
inevitable, ya escribí un artículo sobre eso hace tiempo. Compararte con los
demás es muy perjudicial, ¿por qué? Porque siempre nos comparamos con personas
que han llegado más lejos que nosotros. No nos comparamos con nuestros iguales
o con gente que todavía no ha llegado a nuestro nivel. Consecuencia: te sientes
inseguro, piensas que no estás a la altura y que tú no vas a llegar nunca a ese
nivel y empiezan a flaquear tus fuerzas.
Dejas de
centrarte en lo que tú haces para ver sólo lo que hacen los demás e incluso los
copias, a ver si se te pega algo. Error.
Ten en
cuenta que la gente a la que miras incluso con cierta envidia lleva mucho
tiempo trabajando en lo suyo, y saben lo que hacen, han pasado lo suyo para
llegar allí y un día estuvieron exactamente donde tú estás ahora. Y sí, también
hay personas que quizá con menos experiencia, han estado en lugar adecuado en
el momento adecuado y han triunfado con rapidez. Pero eso casos son muy poco
frecuentes.
Está bien
que te inspires en gente que ha llegado más alto que tu, que los uses como un
estímulo para seguir adelante, pero no para copiar. Tú céntrate en lo tuyo,
sigue con tu estrategia y, paso a paso, un día, verás que estás donde quieres
estar. Y no te preocupes, eso nos ha pasado a todos y te seguirá pasando.
Reconoce el sentimiento, acéptalo (“ya estoy otra vez!”) y a lo tuyo. Esa es la
clave, centrarte en tu forma de hacer las cosas, en cómo te puedes diferenciar
de los demás y ser tu mismo, no la copia de otro. Como mucho, piensa qué es lo
que de verdad envidias sobre esas personas o sus logros para ver qué es
importante para ti y ponerte manos a la obra para lograrlo. Y sobre todo, no
copies, es desleal y dice poco de ti, te convierte en una copia de otro y
¿quién quiere eso?
¿Con cuál de
estos 3 errores te identificas más?
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