Gran parte
de los empresarios dedica tiempo y esfuerzo a perfeccionar su estilo de
liderazgo, la información para evitar errores en este proceso es escasa. Sepa
qué elementos pueden dañar las bases de un líder.
¿Qué ha
hecho hoy, esta semana o este mes para mostrar su gratitud a su equipo de
trabajo? Según Forbes, la brecha que separa a un verdadero líder de un falso
guía reside en tomar en cuenta los riesgos evitar, a lo largo del ejercicio de
liderazgo.
Violar la
confianza.
Este punto
va más allá de la mentira. Los líderes deben mostrar coherencia entre la
palabra y la acción. Usted puede perder la confianza de todos los miembros
importantes de su equipo por no llevar a cabo sus compromisos. Recuerde que sus
colaboradores respaldan su labor y, viceversa. Traicionar la confianza de los
demás implica perder, así también, su respeto.
No haga
promesas que no pueda cumplir, aunque se trate de pequeños compromisos.
Ser egoísta.
Su meta es
alcanzar los objetivos trazados, junto a su equipo, y celebrar las victorias de
cada persona, no la suya propia. Priorice las necesidades de sus trabajadores
para poder para ayudarles a ayudarse a sí mismos. Dicha práctica repercutirá de
manera positiva en su empresa.
Cuando se
dedica a celebrar -lo que usted considera- sus propios logros, no sólo estanca
los alcances de todo un equipo, también se convierte en alguien extremadamente
impopular.
Sea claro en
definir las prioridades.
Para que los
demás consigan los resultados deseados, defina de manera clara y precisa cuáles
son los objetivos a conseguir, así como el camino prioritario para la
realización de cada uno de ellos.
Elabore un
plan. Ahí podrá establecer los objetivos fundamentales y las mini-metas que
cada persona es responsable de llevar a cabo.
Ser hostil.
Si un líder
no es accesible, o si los integrantes de su equipo tienen que pasar por un ‘aro
de fuego’ para conversar con usted sólo por un breve momento, es inevitable
dejarle un sinsabor al resto. La impresión negativa en torno al líder sólo
produce insatisfacción a lo largo del tiempo.
Dejar de
lado el seguimiento.
La visión es
crucial. Esa visión requiere ejecución para que se convierta en una realidad.
Es necesario efectuar un seguimiento a su equipo mediante métricas, para así
hacer ajustes en tiempo real. De esa manera, sabrá qué tan cerca o lejos está
cada uno de sus colaboradores en cuanto a sus objetivos.
Ausencia de
creatividad y pasión.
Si espera
que sus subordinados se aproximen a lo que usted les ha propuesto alcanzar,
debe estar dispuesto a orientarlos. Si no posee pasión, el equipo va a generar
resultados en esa línea. Permítales dar rienda suelta a su creatividad,
ejerciendo la suya.
No plantear
estrategias, como en el juego ajedrez.
Como líder,
es necesario pensar en un par de movimientos abajo del tablero, al igual que un
jugador de ajedrez. Ayude a los miembros de su equipo a descifrar la estrategia
de un objetivo de ventas o lo que la junta directiva dirá en la próxima
propuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario