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jueves, 5 de diciembre de 2013

Esto es la hepatitis… Conócela. Afróntala.

El 28 de julio es el Día Mundial contra la Hepatitis, que tiene por objetivo acrecentar la sensibilización y la comprensión de la hepatitis viral y las enfermedades que provoca.

Los virus de la hepatitis A, B, C, D y E pueden causar infección e inflamación grave y crónica del hígado, que a su vez puede dar lugar a cirrosis y cáncer del hígado. Estos virus representan un importante riesgo sanitario mundial, reflejado en los 240 millones de personas que padecen infección crónica con el virus de la hepatitis B, y unos 150 millones con el de la hepatitis C.

La campaña de la Organización Mundial para la Salud para este año es: “Esto es la hepatitis… Conócela. Afróntala.” La campaña hace hincapié en que, en general, la hepatitis sigue siendo desconocida como amenaza sanitaria en gran parte del mundo; pasar de la sensibilización al compromiso y la acción, a fin de afrontar la “epidemia silenciosa” de la hepatitis viral.

Millones de personas padecen hepatitis viral y muchos otros millones están expuestos al riesgo de contraer la infección. La mayor parte de las personas que padecen infección crónica con el virus de la hepatitis B o C no son conscientes de estar infectadas con el virus. Por lo tanto corren el riesgo de desarrollar una enfermedad hepática crónica grave, y sin saberlo pueden transmitir el virus a otras personas. Aproximadamente un millón de personas muere cada año por enfermedades relacionadas con la hepatitis viral, en la mayoría de los casos por cirrosis y cáncer del hígado.

La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasores en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre a la criatura en el parto o de un miembro de la familia al niño, y también el contacto sexual.

La infección aguda puede acompañarse de pocos síntomas o de ninguno; también puede producir manifestaciones como la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

A pesar de que la carga de casos de muertes relacionadas con la hepatitis es muy alta en la mayoría de los países, el problema no se ha encarado de forma integral por muchos motivos. Entre ellos el hecho de que la mayor parte de las personas no desarrollan ningún síntoma cuando contraen la infección, y suelen no tenerlos durante decenios, hasta que desarrollan la enfermedad hepática crónica. Conjuntamente, esos factores han provocado la “epidemia silenciosa” que experimentamos en la actualidad.

El Día Mundial contra la Hepatitis se fijó el 28 de julio en honor del descubridor del virus de la hepatitis B, Profesor Baruch Samuel Blumberg, galardonado con el Premio Nobel, nacido ese día.

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