Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- Una sola palabra emitida desde dentro de sus muros, decorados por los más grandes maestros del Renacimiento, es capaz de atraer y movilizar a millones de personas en todo el mundo.
La Ciudad del Vaticano, también llamada 'Santa Sede', es el estado más pequeño y urbanizado del mundo y cuenta con menos de 1,000 habitantes, abarcando menos de medio kilómetro cuadrado.
Aunque 'Ciudad del Vaticano' y 'Santa Sede' se utilizan a menudo como si fueran equivalentes, el primero se refiere a la Ciudad y a su territorio, mientras que el segundo se refiere a la institución que dirige la Iglesia Católica y que tiene personalidad jurídica propia.
En rigor, es la Santa Sede, y no el Estado del Vaticano, la que mantiene relaciones diplomáticas con los demás países del mundo. Por otro lado, el Vaticano es quien da el soporte temporal y soberano (sustrato territorial) para la actividad de la Santa Sede.
El punto neurálgico de la Iglesia Católica, a pesar de su reducida extensión cuenta con un presupuesto de varios millones de dólares y una serie de secretos arraigados en su historia.
La revista 'The Week' pasa lista a 10 secretos y curiosidades del Vaticano.
Exorcismos regulares
En la Ciudad del Vaticano el diablo se considera activo. El papa Juan Pablo II realizó personalmente tres exorcismos durante su reinado, y el papa Benedicto XVI expandió las filas de los exorcistas patrocinados por católicos en todo el mundo.
De hecho, el padre Gabriele Amorth, exorcista en jefe de la Iglesia, pretende expulsar a más de 300 demonios al año más allá de los límites de su oficina del Vaticano. Solo en Italia hay unos 350 exorcistas que operan en nombre de la Iglesia Católica.
El muchacho respiró profundamente media docena de veces, sufrió una convulsión y luego se abatió sobre su silla de ruedas mientras el Jefe de la Iglesia Católica oraba frente a él.
'Paraíso' de carteristas
Con 1.5 delitos por cada ciudadano, el Vaticano tiene el índice de criminalidad más alto del mundo. Las multitudes de turistas convierten el Vaticano en un 'paraíso' para los carteristas.
La situación se complica por el hecho de que el Vaticano no tiene prisión y cuenta con un solo juez. El Código Penal del Vaticano se basa en el de Italia, con algunas modificaciones con respecto al aborto y el divorcio.
No se absuelven todos los pecados
Algunos pecados simplemente no pueden ser perdonados por un obispo local. Mientras los sacerdotes pueden absolver un pecado tan grave como el asesinato (de acuerdo con la Iglesia), hay cinco pecados específicos que requieren la absolución de la Penitenciaría Apostólica.
Este tribunal secreto se reunía durante los últimos 830 años, pero en enero de 2009, por primera vez en su historia, sus miembros celebraron una conferencia de prensa para hablar de su trabajo.
Se puede leer el correo del Papa
Los archivos secretos del Vaticano son en este momento accesibles. Todo el mundo puede examinar libremente las correspondencias de cada papa durante los últimos 1,000 años, aunque hay un pequeño problema: la gente tiene que saber exactamente lo que está buscando.
Con 22 kilómetros de estanterías de archivos, las bibliotecas no permiten hojear libros.
A los Papas les gustan los SMS
Durante su mandato, el papa Benedicto XVI enviaba de forma rutinaria mensajes de texto de sus homilías a los suscriptores móviles en todo el mundo, y en 2009 el Vaticano abrió un canal oficial de YouTube para mostrar varias direcciones y las ceremonias papales.
El Vaticano incluso lanzó una aplicación para iPhone que contiene las versiones multilingües del libro de oraciones Breviario y las oraciones de la misa diaria. Más recientemente, el papa Benedicto se unió a Twitter, cosa que también ha hecho el papa Francisco.
Reúne a los mejores guardias de Suiza
En la actualidad un centenar de miembros de la Guardia Suiza pasa la mayor parte de su tiempo adornado con atuendo renacentista, haciendo girar sus alabardas en las ceremonias o en los puestos de control alrededor del Vaticano.
Cuando los guardias protegen al Papa, viven de civil y llevan armas netamente modernas.
La mafia echa mano a la colecta
La historia muestra que el Vaticano mantenía vínculos con el crimen organizado. En 1982 el presidente del Banco del Vaticano, el padre Paul Marcinkus, renunció a su cargo después de que una serie de escándalos sacaran al descubierto relaciones del banco con la mafia.
Finalmente, la entidad tuvo que pagar más de 200 millones de dólares a sus acreedores. Marcinkus, que nunca fue acusado de ningún crimen aunque se sospecha que estuvo involucrado en varias muertes misteriosas, como la del papa Juan Pablo I, reclamó con éxito la inmunidad diplomática de Estados Unidos y se retiró a Arizona en 1990, donde murió 16 años después.
No hay vice-papa
Una vez que un cardenal se convierte en Papa, es el líder designado de la Iglesia Católica y representante de Dios en la Tierra durante el resto de su vida, al menos hasta la inesperada renuncia del papa Benedicto XVI.
En general, si el papa está gravemente enfermo un cardenal puede hacerse cargo de las responsabilidades papales como jefe de Estado del Vaticano, aunque nadie puede llevar a cabo sus deberes ceremoniales. Al final, muchas misas y bendiciones simplemente no se celebran hasta que el papa no se recupera.
Economía basada en la fe
El Vaticano requiere varios cientos de millones de dólares al año para su funcionamiento. Entre sus muchas responsabilidades financieras figura la financiación de las embajadas internacionales, el pago de los viajes del papa por todo el mundo, el mantenimiento de templos antiguos y la donación de recursos a las escuelas, iglesias y centros de salud.
¿De dónde proviene ese dinero? Los católicos pagan diezmos a las parroquias locales y donan unos 100 millones de dólares cada año para el mismo Vaticano.
Además, la ciudad-estado también recibe dinero del turismo gracias a los libros, los museos, los sellos y las tiendas de recuerdos.
Cajeros automáticos en latín
El Banco del Vaticano es el único banco del mundo que permite a los usuarios de los cajeros automáticos seleccionar el latín para llevar a cabo las transacciones.
Se trata de un símbolo de la dedicación permanente de la Santa Sede a esta lengua clásica. El papa Benedicto XVI se mostró especialmente proclive a la reactivación del latín y mantuvo muchas conversaciones informales en esa lengua.